PESCA EMBARCADO EN MONTE HERMOSO

[cazador1]

HOLA MUCHACHOS, POR FAVOR PODRIAN DECIRME SI ESTA SALIENDO VARIADA EN MONTE HERMOSO EMBARCADO??? TENEMOS PENSADO IR EN 15 DIAS.. (DE COSTA SALDRA ALGO) EN QUE LUGAR??
ALGUIEN TIENE EL TELEFONO DE ALGUN GUIA CONFIABLE??

MUCHAS GRACIAS ¡¡¡

SLDS A TODOS, BUEN AÑO¡¡¡

[fer3045]

hola cazador1.mandale un msj a vareto el te saca embarcado o de costa ,,, o te puede orientar,, El vivi en monte hermoso .saludos

[cazador1]

muchachos como esta el pique tanto embarcado como de costa en monte hermoso??? gracias ¡¡¡

[manumanu]

costa poco, entre con el kayac frente al faro, 500 metros aprox, pique pero muy chico..descartable todo.
La semana pasada pase la desembocadura 10km y nada dle otro fundo...
Embarcado adentro nose como estara..
un abrazo

[gastonmig]

muchas la pesca embarcado esta muy buena ,muy buenas corvinas pero d tarde , de mañana la pescadilla no la deja comer ,el precio d las escursiones creo que anda en unos 250 por cabeza por lo que escuche.espero disfruten d monte

[fer3045]

bueno muchachos el 4 de febrero ando por el sauce, podriamos juntarnos para hacer una salida de y para conocernos,,,, quien se prende?

[vareto]

cazador 1 te mande MP, como decia gaston esta buena la pesca, mucha pescadilla pero si te tiras mas cerca de la costa en lugares con barro salen unas corvinas interesantes. les dejo un par de fotos

[beto superpuesto]

cazador 1 te mande MP, como decia gaston esta buena la pesca, mucha pescadilla pero si te tiras mas cerca de la costa en lugares con barro salen unas corvinas interesantes. les dejo un par de fotos

Muy buena pesca!!!

Y que bueno el nombre de la embarcacion!!!

[cazador1]

HOLA MUCHACHOS ALGUIEN SABE COMO ESTA LA PESCA EN MONTE D COSTA Y EMBARCADO??

[pablo35]

HOLA MUCHACHOS ALGUIEN SABE COMO ESTA LA PESCA EN MONTE D COSTA Y EMBARCADO??

con kayak a 400 mts de la costa sale de todo. Pescadilla (chicas ) corvinas lindas, bagre, chucho y en punta tejada gatuzos buenos.

[cazador1]

GRACIAS PABLO. VEO QUE SOS DE BAHIA, SABES DONDE SE PUEDE COMPRAR UN KAYACK SIT ON TOP HONU O SIMILAR?

[pablo35]

GRACIAS PABLO. VEO QUE SOS DE BAHIA, SABES DONDE SE PUEDE COMPRAR UN KAYACK SIT ON TOP HONU O SIMILAR?

Hola cazador1, para mi gusto el honu es el kayak mas lindo que hay en este momento, pero esta medio caro. Yo tengo el K1 y para pescar en el mar sobra. No se que uso le queres dar, pero viendo el post calculo que es el pesca de mar.
Si no me equivoco el que tiene en bahia es el Pelicano ( casa de pezca) que esta en calle Don Bosco al 1500. Trabaja con tarjeta sin recargo hasta 6/c
Si lo buscas en internet aparece el telefono, sino avisame por MP y te lo paso.
El otro que tenia sit on top es la casa de pesca que estaba en Vieytes y Av. La Plata, pero se mudo y le perdi el rastro.

[pablo35]

GRACIAS PABLO. VEO QUE SOS DE BAHIA, SABES DONDE SE PUEDE COMPRAR UN KAYACK SIT ON TOP HONU O SIMILAR?

Ahora me acorde que Portezuelo en calle Belgrano frente a Vision 2000 tambien vende Sit on top y trabaja con tarjeta.
Si necesitas que te pase el tel. avisame.
Saludos.

[manumanu]

pelicano creo que lo representa en Bahia.

[elpampeano]

Muchachos, quiero contarles mi primer experiencia de pesca embarcado, que lamentablemente no fue la mejor, pero gracias a Dios terminó para todos los que estabamos bien. Esto sucedió el día lunes 24/12/2012 en Monte Hermoso. Es un relato que hizo mi hermano para contarle lo sucedido a los amigos, pero ya que sacaron el tema lo comparto con ustedes para que tomen todos los recaudos necesarios.
Espero que no se aburran.

Una Navidad en el Mar
La idea de hacer una pesca embarcados siempre estuvo en nuestra lista de actividades a realizar en algún momento de nuestras vidas. El tilde de “cumplido”, no puede faltar en el check list de ningún amante de la naturaleza y actividades al aire libre, pero por una cosa u otra de vaya a saber qué, se nos venía negando.
Cuando a principios de Diciembre surgió la idea de pasar Navidad fuera de Santa Rosa, se manejaban varias opciones, pero la que finalmente tomó ventaja sobre el resto fue Monte Hermoso, “la mejor playa del país” diría una amiga. Esto abría la puerta a poder cumplir con nuestro pendiente.
Fue así que empecé a buscar opciones de pesca en la ciudad balnearia. No me gusta mucho la idea de estar horas bajo el sol en una reposera. Puedo aguantar una par de mates, pero luego me tengo que mover. Luego de varias búsquedas a través de Google me contacté con Marcelo de Monte Pesca, gente con vasta experiencia y que garantizaban muy buena pesca, basándonos en la página del popular “Cara Libro o Facebook”.
Mail y llamados mediante despejando algunas dudas y previa confirmación de Mauro y Papá, reservé 3 lugares para el domingo 23 a las 6 de la mañana. Había que madrugar, pero si la excusa es alguna actividad que prometa adrenalina y te haga disfrutar esas pequeñas cosas de la vida, no hay horario que te detenga.
Las expectativas eran muchas y las ganas de traer algo de pescado para compartir con los amigos también. Reflejo de esto eran las conservadoras que se amontonaron en el garaje de la casa.
El clima no era prometedor, Windgurú no auguraba un buen fin de semana en la costa, pero esto no era suficiente para frenar nuestras ganas.
El día 23 la salida se nos negó, según Marcelo (dueño del barco), las condiciones no estaban dadas para salir al mar. Demasiado viento, aunque desde la costa el mar no se veía tan peligroso.
“Te llamo mañana temprano para ver cómo está el tiempo y ver si podemos salir” me dijo Marcelo por teléfono.
Esa noche, hubo temporal. Vientos muy fuertes y copiosas lluvias que se evidenciaron al día siguiente en las calles de Monte Hermoso. Árboles caídos, grandes zanjas que anegaron calles y algunos destrozos en la nueva fisonomía de la ciudad, por cierto muy cambiada desde mi última estadía en aquellos pagos.
Me fui a dormir con muy pocas expectativas, aunque dejé el celular cerca esperando el llamado de Marcelo. Ocho menos cuarto estaba con un ojo entre abierto. El reloj humano funciona a la perfección para este tipo de eventos. A las ocho sonó el celular. Era la confirmación de Marcelo, que proponía encontrarnos 9:15hs. en el espigón este (antiguo espigón en desuso que se evidencia por la presencia de tres postes que asoman sobre el agua).
Lo desperté a Mauro que reaccionó rápidamente. El intento con papá fue distinto, su sueño era profundo y gracias a Dios esta vez le ganó la fiaca; ”vayan ustedes, yo me quedo” se escuchó. No insistí mucho, lo dejé que aprovechara su cumpleaños como el eligiera y en mi interior pensaba que un colorado no lo hubiese hecho dudar; escuché las recomendaciones de rutina de mamá entre dormida y seguí con los preparativos.
Cargamos las cosas, pasamos por el cajero y encaramos para la playa. La llevamos a Mili hasta el faro, quería aprovechar la mañana para caminar, y nos dirigimos al punto de encuentro. El tractor con el “Iris” ya se veía en la playa y arriba de él dos o tres personas. Estacioné el auto, dejamos el equipo de mate, los celulares en la gaveta y arrancamos la aventura. En mis bolsillos me acompañaba la cámara de fotos y las llaves del auto y el Mauro se bajó con un bolsito de Mili con su cámara, lentes y algunas cositas más. En su chaleco de polar, que lo acompañó hasta lo último, llevaba los $700 para pagar.
Presentaciones de por medio, trepamos la rueda del tráiler y ya estábamos arriba de la embarcación. El tractor hizo su parte y en segundos estábamos flotando. A la embarcación la navegaba Marcelo, que era secundado por un ayudante. Dentro de la cabina, también iba un amigo de Marcelo con su hijo de unos 10 años. Afuera un hombre de Guatraché con su hijo de unos 25 años, Mauro y yo.
Navegamos varios minutos, charlas de pesca y cacería de por medio con la gente co provinciana, mientras pensaba lo insignificante que somos en tal inmensidad. Hicimos unos 7 kms. mar adentro hasta que Marcelo dio con el cardumen. Ancla abajo, nos pasaron las cañas y arrancó la pesca.
Arranqué en punta, todos saben de mi sutileza con la muñeca a la hora de sentir al pez (cuac). Primero fue un gatuso que fue devuelto al agua por su tamaño y luego una muy linda corvina. Me iba a sacar una foto de recuerdo, pero preferí esperar llegar a la costa, vaya a saber dónde quedó esa corvina. El resto también hacía su trabajo. Mauro, que venía relegado con la obtención de piezas pisó el acelerador y clavó varias pescadillas, corvinas, pez palo y algún gatuso.
La embarcación se movía bastante, trataba de mirar el horizonte para no marearme, eso me habían dicho alguna vez. Del otro lado del barco se escuchó algún vómito, trataba de no pensar demasiado. En el horizonte se empezaron a ver rayos y de a poco se fue nublando. Poco a poco fuimos perdiendo la referencia de dónde estaba la costa.
Marcelo dio la orden de levantar las cañas, Mauro se despidió con una pescadilla en el último minuto. Alcanzamos a juntar todo rápido, levantamos el ancla y emprendimos el regreso hacia la costa. La lluvia y el viento eran muy fuertes por lo que nos indicaron meternos en la cabina. El espacio no era muy grande. Entramos los ocho como pudimos, muy incómodos, recordando épocas del subte D a las 6 de la tarde.
Los dos motores Mercury hacían su trabajo, nada parecía poder detenernos. Afuera ya no se veía nada y Marcelo de vez en cuando asomaba la cabeza por una ventanita lateral de la cabina como buscando referencia. Me puse un poco intranquilo, pues no sé por qué no se guiaba con el GPS. Luego de varios minutos disminuyó la marcha, se asomó nuevamente buscando referencia de la costa; referencia que nunca encontró. La embarcación quedó a la deriva, y no sé si por acción del viento, las olas o una mezcla de ambas se puso de costado. Se escuchó un grito pidiendo que nos movamos para el lado opuesto, acción casi imposible de cumplir por el espacio que había. En segundos se puso del otro lado y el destino de la Iris ya estaba escrito, el agua se apoderó en segundos de ella. La cabina se empezó a llenar de agua que entraba con mucha fuerza y nuevamente se escuchó otro grito, ”todos afuera”. Por esas cosas del destino, la puerta de la cabina de 1mt. de alto por 0,50mt. de ancho aproximadamente, quedó abierta hacia afuera antes de que empezara a llenarse, ya que de lo contrario creo que hubiese sido imposible poder abrirla por la presión del agua. A partir de ese momento no se el orden en que salimos los ocho ni cómo, sólo recuerdo que pensé en Mauro y le dije “dale vos” casi ordenándoselo. Se sumergió buscando la puerta, mientras la embarcación seguía girando y hundiéndose y con la cabina casi llena de agua yo fui atrás. No alcancé a tomar aire, tragué bastante agua salada, sabor para nada agradable que auguraba un final feo. Esos segundos abajo fueron unos de los peores. No pude salir muy fácil de la cabina, creo que el movimiento del barco junto con la campera toda mojada no me ayudó. Vaya a saber dónde quedaron mis ojotas y la gorra. Creí que no salía, pensé que no me podía estar pasando eso, pero no quería resignarme. Abrí los ojos, el agua era muy turbia, vi un sector más claro y ahí apunte. Saqué la cabeza a la superficie, respiré profundo buscando aire y empecé a buscar al Mauro. Sólo pensaba en verlo en la superficie, sino me sumergiría nuevamente. Lo alcancé a ver a unos metros y me tranquilicé, la primer parte había pasado. Como pudimos nos agarramos al lateral del barco que ya estaba dado vuelta completamente. Quedamos en la proa, parados haciendo equilibrio en uno de los laterales. Yo me agarré a un gancho del frente y Mauro como podía a un borde. Al lado de Mauro quedó el asistente de Marcelo y en la parte de la popa el resto de la tripulación. Del otro lado, el chico de Guatraché lloraba y no recuerdo mucho más los movimientos del resto, sólo me importaba sujetarme fuerte y que Mauro también aguantara. Las olas y el viento eran muy fuertes, era muy difícil sostenernos. Las olas nos golpeaban, desestabilizaban, tragábamos un poco de agua y de nuevo a acomodarnos. Esto se repitió durante no sé cuántos minutos. Sabía que nadie nos buscaría, ya que no había manera de encontrarnos y las condiciones del tiempo proponían encerrarse dentro de una casa antes que estar en la calle. Pese a esto, si había una oportunidad para salir era aguantando y no me quería entregar. Los golpes eran fuertes, pero poco importaban. En un momento Mauro empezó a temblar mucho, su cara no era buena, calculo que si pudiera haber visto la mía no debía ser muy distinta. Marcelo se acercó no sé cómo haciendo equilibrio por encima del barco y le dio unos golpes en la cabeza para mantenerlo activo. Lo abrazamos unos segundos con el asistente, pero esto duró poco ya que era imposible mantenerse en una posición. Mauro repetía que estaba bien y se mantenía optimista en sus palabras, pero yo tenía miedo de que sufra una hipotermia. En eso una ola muy fuerte nos suelta completamente las piernas, Mauro queda colgado pero no se soltaba de las manos, como pude ayudé a que se parara nuevamente en el borde y a seguir aguantando. En mi interior sabía que o nos quedábamos en el mar para siempre o salíamos, pero juntos. Hasta ese momento no veíamos la costa.
Sin saberlo y con otra cuotita de suerte, el oleaje nos arrastraba junto con el barco, por suerte en dirección a la costa. En un momento Mauro grita, “allá está la costa”. Estaba lejos, pero era una nueva puerta que se abría. Seguimos aguantando, en eso entre medio de pescados que flotaban alrededor un salvavidas aparece a lado mío; lo agarré fuerte y le dije a Mauro que lo abrazara, era difícil por la posición en la que estábamos. Después de otros minutos (no se cuantos) el barco quedo como encallado, pensamos que la cabina todo el fondo. Ahí las olas nos castigaban más duro, pero ya estabamos mas cerca (calculo a unos 100 o 200 metros).
No recuerdo bien cómo, unos minutos después Marcelo tomó el salvavidas y se largó a la deriva junto con su amigo, el hijo y el hombre de Guatraché que no sabía nadar. En el barco quedó el asistente, el chico de Guatraché, Mauro y yo. Estuvimos allí unos minutos, aguantando y debatiendo qué hacer. Si bien la costa se alcanzaba a ver, no estaba cerca y las olas eran muy fuertes y las fuerzas ya no eran las del principio. En segundos desapareció el asistente y quedamos tres. La oportunidad estaba frente a nosotros pero no nos decidíamos; por otro lado le hacíamos compañía al chico y tratabamos e tranquilizarlo. En eso una ola muy fuerte arrastró a Mauro y ya no quedaba más tiempo para pensar, me largué atrás mientras le gritaba al otro chico que se tirara. Vaya a saber si esa ola u otra también me arrastró a mí, di varias vueltas bajo el agua hasta que pude acomodarme. Lo vi a Mauro cerca y nadé como pude hasta agarrarlo. Se lo notaba muy cansado y sus brazadas ya no daban resultado. Le propuse hacer la plancha unos segundos, cosa que tampoco dio los frutos esperados, no era una pileta. Nadamos y flotamos agarrados juntos como pudimos, haciendo uso de las últimas fuerzas. Quedaba poco y las piernas se hundían cuando en eso alcanzo a hacer pie y se lo digo a Mauro. Bajó una especie de alivio interior, ya estábamos cerca, pero era difícil mantenerse. Quería llegar a tierra firme. De a poco avanzamos hasta llegar a la orilla, caímos de rodillas, luego de panza y nos abrazamos entre lágrimas. Trataba de respirar profundo buscando aire, hasta que de a poco pude estabilizar la respiración. Lo peor había pasado.
Mauro con mucho frío salió caminando en dirección a una cabina de madera que se veía a lo lejos. Yo lo acompañé unos metros y pegué la vuelta. Había visto que los cuatro del salvavidas habían salido bastante lejos de nosotros. Uno de ellos, el hombre de Guatraché, lloraba desconsolado y se agarraba la cabeza buscando a su hijo que no salía. Esperé un momento y vi que un lugareño se metía con un flotador a buscarlo. Pasaron unos segundos y el chico salió. Padre e hijo me abrazaron llorando y salimos caminando en dirección a donde estaba Mauro. Esperamos unos minutos bajo el techo del refugio y unos chicos que pasaban en una 4x4 nos subieron a la caja. Nos acercaron hasta el auto. Por suerte, estando en el agua, intenté sacarme la campera en varias oportunidades con intentos fallidos, ya que en uno de los bolsillos tenía la llave del auto. En el otro permanecía la cámara, de la cual recuperé algunas imágenes. Costó encender el auto, ya que estaba temblando y entre lágrimas. Desde el espigón este, lugar en que había quedado el auto, hasta la casa paré varias veces, Mauro iba vomitando. A la altura del centro sonó mi celular en la gaveta, era Mariana. Mauro atendió y le dijo: “estamos bien, llegando a la casa”...

Saludos y buen año para todos. Para nosotros, fue un volver a nacer,
elpampeano

[cazador1]

GRACIAS A DIOS ESTAN VIVOS¡ BUEN AÑO MUCHACHOS¡¡¡¡ DIOS ESTUVO CON USTEDES¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ OTRA VEZ...GRACIAS A DIOS¡¡

[gastonmig]

Es cierto gracias a dios estan todos vivos y pueden contarlo,creo que fue una desgracia con suerte para todos,aca en monte nos quedamos todos helados cuando escuchamos la noticia de lo que habia pasado,un saludo y gracias por compartir la experiencia,(mala,con suerte) pero experiencia al fin.

[el243winchester]

que cagadon !!!! lo raro que el guia conociendo como es el mar tardo tanto en rajar ......

lo bueno que estan todos bien .

[beto superpuesto]

Ufffff que historieta viejo...

Todos volvieron a nacer.

[alejansen]

Que historia por suerte estan todos bien !!! Varias veces sali embarcado al mar, con diferentes guias y por suerte nunca tuve una mala experiencia cosas que pasan el mar es muy traicionero !!!

Te mando un saludo

[elpampeano]

Muchachos gracias a todos por sus palabras, la verdad que fue una experiencia inolvidable. Les cuento que los dolores de todos los golpes que recibí durante el tiempo que permanecimos agarrados al barco me duraron como diez días; lo peor fueron los brazos, de la fuerza que hice para mantenerme agarrado.

Y bueno.. ahora a pensar en marzo, el monte es lo mío... no se para que me metí al agua, jaja.

un abrazo,
el pampeano