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Municiones

.38 Smith & Wesson Special

El rey de los medianos

Autor: Mendez Rolando

Fecha publicación: 30/06/2004

En la historia de las armas de fuego y sus municiones existen momentos de la misma que marcan rumbos futuros. El perfeccionamiento de las primeras armas de avancarga, la creación de los primeros sistemas de repetición, la invención de la pólvora de quemado progresivo, la aparición de las pistolas semiauto, el desarrollo de los modernos fusiles de asalto, son puntos de inflexión en esta rama de la historia.

Si bien esta nota no tocara un tema tan importante como los arriba citados, el nacimiento del .38 Special marca un minipunto de inflexión en la historia de las armas cortas, porque a partir de su creación ha influido en el mundo de las armas en el ámbito policial y deportivo de manera determinante.

Dentro de su rango de usos, no existe un número abundante de usuarios que lo consideren inapropiado, por el contrario, la mayoría lo alaban. Y si bien en este momento es obsoleto para el fin por el que fue creado, la versatilidad de su diseño ha hecho que el entorno civil lo adopte para modalidades deportivas como el tiro de recreación, de precisión, y en menor medida la caza.

Datos históricos

El calibre es diseñado en el año 1902 por la casa Smith Wesson teniendo en mente el poder representar para él ejercito de los Estados Unidos de Norteamérica, una alternativa más potente frente al calibre reglamentario en ese momento en dicha fuerza; el .38 Long Colt, que demostró en las ocasiones en que fue utilizado que no era el adecuado para la tarea encomendada.

A pesar de que las pólvoras de quemado progresivo eran ya una realidad en el medio armero para aquella época, fue inicialmente cargado con pólvora negra. Montaba una punta de plomo de 158 grains animada de una velocidad moderada.

Teniendo en cuenta el fin para el que fue creado, el nuevo cartucho fue presentado junto a un arma excepcional que aún continua haciendo historia; el Modelo 10 de la Smith, también conocido como Military Police, diseño que deriva del modelo Hand Ejector del año 1889 recamarado inicialmente para el calibre .38 SW, también conocido por nosotros como .38 corto.

Como sistema de armas de uso militar, el revolver comenzaba a ser reemplazado por la pistola semiautomática, y la pólvora negra perdía terreno frente a los nuevos propelentes. Es por ello que, a pesar de tener un rendimiento superior al producto Colt, no fue nunca adoptado oficialmente por el ejercito de la Unión, ya que finalmente a la hora de cambiar de calibre, este ultimo se inclino por el .45 ACP.

Esto no fue motivo para que no participara en las dos guerras mundiales del siglo XX. Un dato que confirma su participación lo constituye que durante toda la Segunda Guerra Mundial, las tropas aliadas recibieron solo de la Smith Wesson la cantidad total de un millón de revólveres modelo 10.

Donde si brillo como principal protagonista fue en el ámbito de las fuerzas de seguridad del país del norte, llegando a ser en su época dorada, calibre de dotación del 80 % de las fuerzas de policía de dicho país. Si bien para mediados de la década del 20, tanto el modelo 10 como el .38 Spl. en manos de los hombres de la ley fueron superados en cuanto a poder de fuego y parada, frente a los nuevos sistemas en poder del crimen organizado, esto sucedía solo en determinados puntos del país del norte.

Hacia principios de la década del 30 se inicia la experimentación con el fin de potenciar al calibre, lográndose elevar la potencia del mismo pero con el consecuente aumento de presiones de trabajo. Muchas armas, sobre todo los primeros modelos para pólvora negra no estaban estructuralmente preparados para soportar estas presiones y se produjeron accidentes.

El problema se agravó porque las primeras municiones sobrecargadas no llevaban marcaje alguno que previniera al usuario su condición de munición potenciada hasta que, luego de pasar por varias nomenclaturas diferentes, en el año 1974 se estandarizo la codificación marcando claramente en las cajas de las mismas con las siglas +P.

Mientras tanto, en aquellos lugares donde la delincuencia no excedía los niveles normales, el calibre y el arma que lo disparaba se mantuvo en servicio hasta mediados de la década del 60, donde fue progresivamente perdiendo terreno frente a su derivado de mayor potencia: el .357 Magnum.

En el terreno deportivo su precisión llamó enseguida la atención de los tiradores de las modalidades de fuego central. Actualmente junto al .32 SW Long, es uno de los calibres mas utilizados en esta disciplina, merced a la capacidad del calibre de poder disparar cargas de muy baja velocidad con puntas completamente cilíndricas, las cuales se encuentran insertas en su totalidad dentro de la vaina.

Otra actividad que lo tuvo, y en menor medida en la actualidad, lo tiene como protagonista fueron las exhibiciones de tiro de fantasía que realizaban tiradores excepcionales, tales como Edward Mc Givern, quien entre las décadas del 20 y 30 utilizaba entre varios otros, un Military Police para realizar sus presentaciones, cortando naipes a la mitad por su filo o acertándole a los agujeros de arandelas lanzadas al aire.

En materia de armas, hoy en día a nivel mundial no existe fabrica de revólveres con alguna reputación, que no tenga en sus líneas de producción un arma para este calibre. La calidad de las armas que se pueden encontrar varia entre superlativa a completamente mala. No menciono marcas porque el tema en sí, da para una nota separada.

En el ámbito de nuestro país se pueden encontrar armas del .38 de todo tipo. En general, aparte de los tradicionales modelos norteamericanos, he visto muchas armas antiguas de origen español, las que en su mayoría han sido traídas por los inmigrantes y que han sido heredadas por sus descendientes. Hay dos tendencias en estos viejos fierros: Son copias mas o menos fieles y de variada calidad de los Smiths o Colts de antaño.

A partir de principios de los noventa, ingresaron al país armas de primera calidad, de todos los orígenes, de construcción y diseños modernos. Se podía apreciar versiones modernas de los viejos modelos de las tradicionales fabricas estadounidenses, como así también armas brasileñas, y europeas.

Detalles técnicos y prestaciones

El diseño original del cartucho le permite al mismo desempeñar con eficacia diferentes funciones, saliendo en general bien parado de todas ellas.

En todas las fabricas serias de munición es obligada la producción del mismo. En el ámbito comercial se consigue desde munición de tiro hasta munición especial de defensa, combinaciones de diferentes pólvoras y puntas que le permiten ser una opción para varias disciplinas.

Desde cargas de baja velocidad y con puntas del tipo Wadcutter para tiro de precisión, pasando por las tradicionales cargas del calibre con puntas de plomo blando, hasta las cargas de defensa con puntas livianas deformables y el rango mas alto de velocidades. También aun se encuentran municiones de las denominadas de supervivencia, conformadas por una copa de plástico que contiene perdigones. La diversidad de marcas disponibles es solo comparable con calibres como el .22 Long rifle o el 9 mm Para.

Desde un caño de 4" una punta de plomo de 158 grains de peso puede volar a unos 850/880 pies por segundo, con una energía de 253/271 libras-pie. Estos valores corresponden a una carga estándar para el calibre y no representa problemas para cualquier arma de buena calidad y en buen estado de conservación.

Ahora bien, existen en el mercado municiones factory y también pueden elevarse las prestaciones del mismo a través de la recarga manual, a niveles muy superiores, sobre todo utilizando puntas mas livianas de lo habitual lo que permite a una punta de 110 grains de peso volar a unos 1150 pies por segundo desde el mismo caño de 4" de largo obteniendo una energía de unas 322 libras/pie.

Estos últimos valores corresponden a munición del tipo +P y no todos los revólveres están preparados para soportar la presión extra que significa tal aumento de prestaciones.

El .38 Special puede usarse para:

- Caza:
Decididamente solo lo usaría como arma de remate. No posee la energía necesaria para abatir mas que pequeños animales a muy cortas distancias. Tal vez desde algunas carabinas a palanca se puedan sacar unos pies mas de velocidad pero en general, estas carabinas están recamaradas para el .357 Magnum, un cartucho que sin ser de los mejores para la caza, considero mas apropiado. Utilizaría la punta lo mas pesada que pueda conseguir, dejando un poco de lado la perdida de velocidad.

- Defensa personal:
Durante mucho tiempo se dijo mucho sobre el poder de parada del calibre. Se lo ha exagerado y también se lo ha defenestrado. He aquí mi opinión, que solo es una más; Sin ser lo mejor, sirve. En un cartucho estándar la energía no sobra, pero tampoco es insuficiente. Por otro lado hay gran cantidad de revólveres de muy pequeño tamaño, que son mas que adecuados para la defensa personal por su capacidad de transporte oculto y tienen una capacidad de fuego aceptable para un particular.

Usaría una carga similar a la anterior, en lo posible con una punta de plomo lo más blanda posible que permita entregar mucha de la energía que este lleva sobre el blanco. Talves lo mejor sería las puntas más livianas y veloces, que deformen al impacto, pero lamentablemente nuestra legislación no nos permite usarlas para estos fines.

- Plinkling:
También llamado tiro de esparcimiento, después del .22 LR es de lo mejor para esta modalidad. Porque sin ser un tiro espectacular por su patada o destello, es mucho más que un .22. Las latitas en el campo van a volar mucho mejor con un tiro de .38 que uno de .22. Por supuesto en estos tiempos económicos de nuestro país no se justifica tirarle a una lata con munición factory, pero si se recarga se pueden abaratar costos considerablemente.

Se puede usar cualquier carga con punta de cualquier tipo y lo más económica posible. Por otro lado si se recarga, utilizando pólvoras rápidas la poca cantidad de propelente a usar nos permite ahorrar un poco mas.

- Tiro Deportivo:
En estos tiempos donde nuevos desarrollos en calibres y sistemas de armas han superado al .38 tanto para la caza como para la defensa creo que ninguno ha podido aún disputarle el cetro en las modalidades de tiro deportivo. Junto al .32 Long continúan siendo la opción a considerar cuando se trata de participar de disciplinas olímpicas.

Sus características de construcción le brindan al atleta la posibilidad de experimentar con variados tipos de recargas, hasta encontrar la que mejor se adecue a sus necesidades.

Utilizaría una punta de mediano peso con la mayor superficie de rozamiento posible con el caño, si las puntas fueran fundidas probaría usar puntas con un diámetro una milésima mayor al del calibre original. Usaría pólvoras rápidas, y trataría de contenerla dentro de la vaina ocupando la base de la misma para asegurar un encendido mas uniforme.

Recarga del .38 Special

Para cualquier fierrero de alma que sienta que la recarga es el siguiente paso a seguir para complementar la actividad del tiro y para el que solo desea recargar buscando el ahorro de dinero, el .38 debería ser el primer calibre en que pongamos manos a la obra. Algo así como la primera materia a aprobar, hablando en términos escolares. Todas las operaciones de recarga para cualquier munición de arma corta se aplican en el .38, y es la munición ideal para poner en practica los conceptos teóricos de la recarga manual.

La vaina es recta con reborde, típica de revolver. Tiene un buen volumen interior, y por las pequeñas cantidades de propelente que se usa con pólvoras rápidas es importante verificar que no se nos escapen dobles cargas. Las presiones de trabajo del calibre no son altas, es por ello que las vainas tienen una larga vida útil.

En general el deterioro más común de estas vainas se produce en la boca, produciéndose rajaduras en sentido longitudinal, que no se deben exclusivamente a las violentas expansiones que sufre al momento del disparo, sino que la principal causa son los fuertes crimps (cierres) sobre la punta.

El cierre debe ser firme, pero el exceso de este no genera mas que someter a la vaina a esfuerzos extra que no producen mejoras de performance. Ni siquiera con cargas de pólvora lenta se logra alguna mejora apreciable, así que sugiero que al momento de colocar la punta el cierre sea solo el necesario para que las puntas no se muevan dentro del tambor por inercia. Como dato para tener en cuenta, cuando rectificamos la vaina, el die no toca la parte más cercana al reborde, esto hace que se note un ensanchamiento en el diámetro en esta porción de la misma.

Esto no genera ningún tipo de problema, ni acorta la vida útil de la vaina, y solo puede representar un punto negativo desde la parte estética. Si se recarga una gran cantidad de vainas, tal vez sea conveniente, a pesar de usar dies con inserto de tungsteno, la lubricación con algún aceite liviano, teniendo la precaución de no excederse en la cantidad, ya que el exceso de lubricante puede darle formas no deseadas a las vainas rectificadas.

Por la gran variedad de fabricantes de munición del mercado, hay vainas de todo tipo, inclusive algunas del tipo Berdan. Es por ello que antes de empezar a trabajar sobre la vaina, además de hacer la verificación normal sobre su estado, conviene asegurarnos a que sistema pertenece para evitar la rotura de la púa del die.

En materia de pólvoras, la gama que puede usarse es de lo más amplia. A pesar de que las pólvoras mas indicadas son las del tipo de quemado medio-rápidas para arma corta, pueden usarse desde los propelentes más rápidos a los más lentos.

Solo tengo mis reservas con el uso de pólvoras lentas de forma esférica, ya que estas no son tan permisivas a las variaciones de carga. Como el diseño original del calibre es para pólvora negra, el volumen interior de la vaina es grande para las recargas con pólvoras sin humo.

Una carga promedio rondara los 4/5 grains, lo que deja mucho espacio vacío dentro de la vaina. Un trabajo extra que se puede hacer a la hora de colocar la pólvora es mantener a la misma levemente presionada contra la base con un cartón de forma cilíndrica de diámetro igual al interior de la vaina. Esto producirá un encendido más homogéneo. Como regla general, las pólvoras rápidas son usadas para tiro de precisión, y a medida que la velocidad de quemado sea más lenta, se recargaran tiros más veloces.

Las puntas mas pesadas exigirán de propelentes más lentos para generar velocidades mayores. Puede cargarse con toda la gama de pólvoras nacionales, incluyendo las específicamente desarrolladas para cartuchos de escopeta con diversos resultados. Una de las ventajas de estos propelentes es su bajo costo. En cambio sus desventajas son la poca disponibilidad de las mismas, y la variación de su desempeño entre diferentes lotes.

Si bien pueden usarse fulminantes del tipo magnum, la cantidad de pólvora a encender no lo amerita, incluyendo las de quemado lento. El tipo de fulminante a usar es el Small Pistol. Mas allá de las normas generales a tener en cuenta a la hora de colocar los fulminantes, el .38 no tiene ningún otro punto distintivo para este paso de la recarga.

Las puntas tienen un diámetro nominal de .357" (9.06 mm). Se pueden encontrar desde puntas de plomo blando, a puntas totalmente encamisadas, pasando por toda la gama de tipos de punta que existen para arma corta. Se pueden encontrar puntas del tipo blandas semi-encamisadas, huecas, con y sin camisa de latón, y puntas prefagmentadas de camisa completa.

En cuanto a la forma de las mismas, las puntas clásicas son las del tipo Round Nose, pero hoy en día están disponibles, formas tales como wadcutter y semiwadcutter. En materia de pesos, hay disponibles puntas desde los 110 hasta los 200 grains, pero en nuestro medio los pesos mas utilizados comprenden a las puntas entre los 125 / 158 grains.

Para los que funden sus propias puntas en plomo blando para tiro de recreación o de precisión, tal vez seria conveniente que prueben trafilar la punta a .358", lo que tal vez le permita mejorar la precisión en tiros de baja velocidad; obviamente que esta prueba también tendrá que evaluar como influye esto a la generación de presión de trabajo y también al emplome del anima. Los puntos a tener en cuenta a la hora de la colocación de la punta son respetar el largo máximo del tambor para que no se trabe su movimiento circular.

Es importante tener presente este punto porque debido a la gran cantidad de armas de todo tipo en poder de los tiradores, y que el largo de los tambores de estas armas en muchos casos no son iguales, la recarga que funciona bien en un arma puede trabar a otra. El margen para la colocación de la punta es amplio en este calibre.

El hecho de que hayamos insertado una punta más profundo de lo que quisiéramos, no generara necesariamente problemas con las presiones. Esto no significa que no importe respetar la correcta profundidad de asentamiento, sino que la tolerancia es mayor con respecto a otros calibres con vainas de volumen reducido. En cuanto al cierre de la vaina sobre la punta, como explique anteriormente, considero que debe ser solo el adecuado para mantener a la punta en su lugar y nada más.

Los dies vienen preparados para efectuar el crimp sobre la vaina. Si no le molesta la estética del cartucho terminado, y quiere eliminar uno de los elementos que pueden contribuir a la imprecisión, directamente regule el die para que no haga el crimp, o que sea el mínimo posible. Por otro lado un exceso de crimp puede provocar en la vaina un aumento de su diámetro en la porción inmediatamente inferior a este, lo que puede provocar que la munición no entre fácilmente en los alvéolos del tambor.

Para probar si la presión de cierre es suficiente, una vez terminado el cartucho, sugiero colocar al mismo parado en una superficie firme y presionar con el dedo contra la punta, tratando de introducirla en la vaina. Si la misma no se mueve después de una presión normal, entonces la punta estará colocada en forma correcta.

Final

Hoy en día, como aficionado al estudio de la cartuchería, veo nuevos diseños que nacen, tienen una vida efímera, y mueren en el olvido. Cuándo comparo estas historias con la del .38 Special, encuentro coincidencias en determinados aspectos de su creación entre sí y me pregunto, ¿Por qué este sí y aquel no?

A esta pregunta, solo puedo decir que a sus cualidades propias como calibre mediano de revolver, se le suma la necesidad de los usuarios de aquella y aún de esta época de contar con él.

Ha sido el progenitor de calibres de mayores prestaciones y aún así no ha perdido su vigencia. Es por eso que si algún calibre de la vasta familia del 38 merece él titulo de Rey, ese es el .38 Smith Wesson Special.

Todas las cargas fueron disparadas desde un revolver Smith Wesson modelo 10 con caño de 4", excepto * que fueron disparadas desde un Smith Wesson modelo 686 con caño de 4".

Mendez Rolando

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