CERRAR

Municiones

Recarga: desde el principio - 1º parte

Para empezar a recargar

Autor: Mendez Rolando

Fecha publicación: 12/12/2003

A lo largo del tiempo en que mi consultorio esta disponible en este portal, he recibido todo tipo de consultas, algunas únicas, y otras repetidas. Hasta que decidí hacer este articulo, todas las repuestas las contestaba en forma particular, no habiendo una respuesta común para preguntas comunes o frecuentes.

Pero estimo que las respuestas que puedo dar en el consultorio son mas bien limitadas debido al medio que estoy empleando para hacerlo. Por lo tanto considero que un articulo de este tipo puede servir para aquellos que tienen pensado comenzar a recargar, tanto desde el punto de vista practico, legal y como parte de un crecimiento personal en la actividad del tiro deportivo y que tienen dudas similares o parecidas.

Hoy en día, la gran mayoría de los tiradores no pueden darle de comer a sus armas, debido al precio que este "alimento" ostenta. Esto ha sido el motor para que la recarga de munición renaciera en nuestro país como actividad afín al tiro deportivo.

Sin embargo he encontrado gente que piensa que recargar es una actividad que solo puede ser realizada por ingenieros de la NASA, mientras que hay muchos que creen que la recarga consiste en dar palancazos a la prensa y los cartuchos fluirán solos de la maquina.

Ni lo uno ni lo otro, y este y los próximos artículos que lo precedan pretenden esclarecer algunos detalles que tienen que ver con esta actividad.

Recargar no es solo recargar

Considero que hay dos maneras de recargar un cartucho, cada una con características particulares que las distinguen. Todas tienen un propósito particular. Los resultados que se consigan dependerán del grado de dedicación que se le ponga a la actividad, del dinero que podamos o estemos dispuestos a gastar y de la pasión o no que tengamos. Yo dividiría a la actividad de la siguiente manera:

* Recarga económica
* Optimización

Recarga Económica

Hoy en día, este tipo de recarga es la que mas se práctica, tanto por el usuario particular, como por los recargadores comerciales. Es que con esta recarga se alcanza el objetivo tan anhelado de la mayoría de los tiradores de obtener munición de bajo costo que permita mantener en uso a nuestras armas. No se buscan grandes resultados en el desempeño del cartucho, solo que las puntas salgan para adelante, sin que ninguna parte del arma salga para atrás. Se utilizan los insumos mas baratos que se puedan conseguir, que en general son de origen nacional. Las puntas son de plomo, aleación de plomo, o bien poseen algún recubrimiento que oficia de lubricante y posea bajo costo de producción.

Las pólvoras son las mas baratas que se consiguen, y no importa si no es del todo adecuada para el calibre a cargar. En armas con ciclos semiautomáticos, solo se presta atención a que la cantidad de pólvora cumpla para no provocar fallos por falta de energía. En cuanto a precisión, si se pega relativamente bien dentro de una zona aceptable basta.

Los fulminantes son aquellos que se consigan a mejor precio, no importa de que tipo sean. Sin son magnum, se baja la carga de pólvora. Si no son magnum, mejor así.

La recarga comercial sigue estos parámetros. El principal cuidado del recargador comercial es la seguridad de que su recarga no producirá roturas de armas o daños a personas. Pero también como lo que importa es vender, y la mejor manera de hacerlo es producir un producto barato, todo gira en derredor de estos dos conceptos. Seguro y barato. El problema es que algunos recargadores comerciales no distinguen cual de los dos conceptos debe ser el primero.

Por otro lado, la necesidad de sobrevivir en estos momentos, ha generado en muchos, la necesidad de producir munición para comercializar, sin contar con los permisos legales correspondientes, pero lo que para mí es mas grave, sin los conocimientos técnicos necesarios también.

Esto hace que exista munición comercial de todo tipo y "peligrosidad". Y también es una de las razones por la que el tirador común que no siente necesidad de conocer mucho sobre cartuchería, tiene cierto recelo de alimentar a sus armas con recarga.

Piensan, no sin razón, que la recarga es mala, romperá el arma, etc. Esto es verdad para el caso de la recarga que describo arriba, mas no es así cuando una recarga económica, sea comercial o no esta bien hecha. Ósea que el hecho de que la recarga sea económica no la exime de que sea muy buena también, tanto a nivel particular como comercial. El problema que tiene entonces el tirador común es encontrarla.

Me animo a mas y digo que si llegan a la porción en que describo la optimización, podrán ver que la recarga no solo es igual a cualquier cartucho factory, sino que puede ser mejor.

En general se da que este tipo de recarga es mas bien "floja", que parece que le falta potencia en calibres grandes, y seguramente se debe a que no es posible con un solo tipo de pólvora, o a lo sumo dos, conseguir prestaciones que solo se dan cuando el propelente es el adecuado.

Pero también pueden hacerse cargas fuertes cuando ese único tipo de pólvora usada es la adecuada para el calibre que estamos cargando, aunque la mayoría no se arriesga demasiado, sobre todo porque recargan por conveniencia, y en la mayoría de los casos, solo se ocupan de conocer lo necesario para lograr este tipo de cargas, no para evolucionar. No estoy haciendo una critica destructiva al expresar esto, solo describo la realidad. También hay gente que empezó por la conveniencia y termino enamorado de la actividad, pero para ellos está la categoría restante.

La optimización de munición

Talves sea desconocido para muchos que el ahorro económico que se puede lograr con la recarga no es la única razón por la cual se puede recargar. También existe lo que yo llamo optimizar; que a mi criterio, no es lo mismo que recargar, si bien se trata de la misma actividad. Tratare de explicar que es este nuevo termino dentro de la recarga de munición.

La optimización en la recarga de munición es la posibilidad de obtener un cartucho que se adapte de manera lo más exacta posible al arma en que se la va a disparar, para conseguir un determinado resultado. Esto significa que al recargar de esta manera, lo que estamos haciendo es perfeccionar el sistema de armas que poseemos, que se compone de tres partes: Arma, Cartucho y Tirador.

El resultado de la optimización, es un cartucho que se combina de manera lo mas perfecta posible al arma en que se lo va a disparar y a las posibilidades de un ser humano para poder hacer que los dos componentes anteriores trabajen como se desea.

Cuando se decide optimizar, se esta recargando un tipo de munición que probablemente se comporte en forma optima en una sola arma en particular, y no es extraño que esta munición no trabaje bien en un arma diferente del mismo calibre, aunque esta sea de la misma marca, modelo, lote de fabricación, etc. Puede darse el caso de que talves si funcione bien en otra arma, pero eso solo es producto de la casualidad.

Ejemplo de esto es el que me ocurrió hace un tiempo: Estaba tirando con mi Mauser 1909 en 7.65 mm y mi recarga, optimizada para mi fusil. Un compañero se acerco con su carabina 1891 del mismo calibre. Sin embargo, en el arma de él, mi munición no alimentaba correctamente en recamara. Cualquiera puede pensar que la recarga era mala, y en realidad lo que sucedía, era que las dimensiones del cartucho estaban conformadas para mi arma en particular, en la que esta munición funcionaba, y funciona muy bien. Podría decirse que a partir de mi optimización, este cartucho pasó a denominarse "7.65 Mauser, solo para el fusil de Rolando".

Si bien la optimización de munición genera muchos mas resultados en cartuchería de arma larga, los cartuchos de arma corta no están exentos de ser optimizados. La optimización no solo significa mas velocidad, mejor precisión y mejores efectos sobre el blanco. También significa diseñar cargas para tareas especificas, como puede ser el tiro a la silueta en movimiento con armas de grueso calibre, o el tiro de precisión olímpico, en donde se utiliza munición mas suave a la original.

Por supuesto que también significa desarrollar cargas que logren mejorar las prestaciones de un calibre determinado. Se puede lograr que un .45 ACP iguale las prestaciones de un .357 Magnum sin problemas de presión con un poco de conocimientos y elementos fáciles de encontrar en nuestro mercado. Esto, también es optimizar.

Se pueden lograr recargas que cumplan con diferentes roles por ejemplo: nadie podrá decir que el 7.65 Mauser sirva para cazar vizcachas. Pero optimizando la recarga, pueden lograrse cartuchos que sirvan para la caza de este animal sin provocar tanta perdida de carne, o bien en el otro extremo, se pueden lograr cargas que entreguen las mismas prestaciones de un 30-06 sin problemas.

También puedo decir que la optimización de un cartucho insume mayor gasto de dinero, en su etapa de optimización, que la compra de munición factory. Esto es así, debido a que el periodo en que se esta buscando la carga que mas se acerque a nuestros propósitos, solo se cuenta con el método de prueba y error, y eso significa tirar, y ver los resultados obtenidos, tanto los que quedan en el arma ( vaina, fulminante, residuos en el caño ), los que incumben al disparo en sí que tienen que ver en como reaccionan los sistemas que constituyen el arma al disparar esa munición, como a los resultados balísticos logrados (velocidad de punta, precisión, balística terminal).

Todo esto genera gastos, no solo en el consumo de munición durante la prueba, sino que para cargar se ha gastado dinero en la compra de los insumos necesarios, y los mismos no se venden por unidad. Ósea que si compramos pólvora, lo haremos por lata, no por la cantidad exacta que vayamos a usar. De la misma manera ocurre con las puntas y los fulminantes, que se compran por bolsas o cajas de 100, 500 o 1000 unidades. Y no es algo fuera de lo común que luego de pagar los 50 dólares en promedio que cuesta una lata de pólvora importada, o cualquier otro insumo, nos encontremos con que los mismos no logran satisfacer lo que esperábamos de ellos.

Una vez que se ha encontrado la carga que se buscaba, dependiendo del calibre usado, es probable que las sucesivas recargas igualen en valor económico al de cualquier munición factory. Y esto se debe a que no existe en el país variedad de insumos que se puedan utilizar a costos razonables. Entonces hay que recurrir a lo importado, y ahí empezamos a tener problemas con el color verde. Aún así, por lo menos en mi caso, aunque me cueste lo mismo usar mi recarga o munición factory, no dejaría de tirar con la primera de ellas, porque la satisfacción que experimento por haber logrado lo que quería con algo hecho por mi, supera con creces todo el dinero gastado.

La mayoría de los recargadores argentinos utilizan el viejo sistema de "arreglarse con lo que hay " (yo soy uno de ellos), sin embargo hay que saber donde están los limites a esto, por ejemplo, en materia de pólvoras de fusil, solo disponemos de una variedad que se consigue con facilidad (la FM A27) y otra variedad un tanto mas difícil de encontrar (la FM A19). Estos propelentes andan bastante bien en los calibres para los que fueron desarrollados, pero no es posible que entreguen prestaciones sobresalientes en cartuchos para los que no lo están.

Y querer lograr velocidades de un Magnum con pólvoras que no esta diseñadas para ello es una invitación a tener problemas. De todas maneras, la ventaja que nos presentan los insumos de origen nacional son su bajo costo en relación a los productos importados, lo que nos da mayor margen para la experimentación.

Como conclusión de lo que para mi significa la optimización, puedo decir que es la cumbre de la recarga de munición, adonde se llega solo si se recarga por pasión, no por conveniencia. Y dentro de esta cumbre, el punto mas alto esta representado por la optimización de la munición de arma larga, reservando la parte mas alta de la cumbre para aquellos que recargan para disciplinas deportivas como el Bench Rest, en donde se toman en cuenta absolutamente todos los detalles, por mas mínimos que sean, para lograr el propósito buscado.

No existen otros medios mas que la optimización para poder lograr un récord de precisión como el que se mantiene hasta ahora, en la que un fusil calibre .308 Winchester pudo agrupar 3 disparos en un circulo de 10 centímetros de diámetro a 1000 metros.

Los papeles necesarios

Hasta no hace mucho, no existía, ninguna clase de papeleo a realizar para poder ser el dueño de un equipo de recarga. Con solo poseer el dinero, se adquiría lo que se quería. Pero los tiempos, no sé si para bien o mal, cambiaron.

Hoy en día, es necesario registrar no solo a la prensa, sino a las matrices o dies que se poseen. El tramite a realizar consiste en presentar un formulario en donde se especifique el tipo, la marca y el modelo de la prensa que se tiene. También hay que registrar a los dies de los diferentes calibres que se van a usar.

Esto puede representar un problema para muchos por lo siguiente: Supongamos que en su momento recargábamos cuatro calibres y tenemos los dies correspondientes, pero con el tiempo vendimos una o dos armas, y nos quedamos con los dies del calibre de esas armas. Eso es un problema porque no se pueden registrar los dies de calibres que no se tengan armas propias de ese calibre.

Y si bien lo mas probable es que no se utilicen esos dies porque el recargador no tiene arma con que disparar, los mismos quedan en una zona que no es ni blanca ( registrados ), ni negra ( sin control ), ya que la persona que los registra, lo hace porque quiere estar dentro de la ley. Esta zona gris en la que se encuentra el sufrido recargador no es mas que un vacío legal en que lo sitúa la incompleta legislación. Espero que los funcionarios sepan tomar nota de esto, para no hacer las cosas a medias.

Los comercios están obligados a solicitar al comprador de insumos de recarga, el CLU y las tarjetas que lo habilitan a adquirir estos materiales, y solo podrán adquirir insumos para los calibres que recarguen, ósea que si una persona solo posee una credencial que le permita recargar .38 Special no puede comprar puntas de .44 Magnum, pero si puede adquirir cualquier tipo de propelentes de arma corta con que se pueden cargar los dos calibres.

En definitiva, es una manera de seguir poniendo piedras en la rueda para desalentar todo intento de un honesto tirador que quiere comenzar a recargar. Gracias Renar.

Lo que se necesita

Quien haya podido dar una ojeada a cualquier catalogo de origen norteamericano sobre elementos de recarga, podrá ver que existen innumerables accesorios disponibles para hacerle mas sencilla la vida al recargador. Algunos son indispensables, otros son útiles, otros son lindos de tener, y otros son desperdiciar la plata en chiches. Describiré aquellos elementos básicos como para empezar a recargar de manera artesanal, no comercial.

Lugar de recarga

Antes de pensar en tal o cual maquina, lo importante que hay que tener muy en cuenta es el lugar en donde vamos a instalar nuestro equipo. De nada sirve tener el mejor equipo del mundo, si no tenemos un lugar adecuado en donde colocarlo. El lugar debe reunir una serie de condiciones que hagan a la comodidad y a la seguridad.

El cuartito del fondo se puede adecuar como taller de recarga. Es aconsejable que tenga dos características:

* La primera tiene que ver con la ventilación; estaremos manipulando elementos y materiales tóxicos, como el plomo, carburantes como la pólvora y explosivos como los fulminantes. No es común que un recargador posea pólvora suficiente como para provocar una explosión del estilo de Río Tercero, pero los lugares ventilados ofrecen renovación de aire fresco, y esto es bueno para mantener a la cabeza despierta mientras se necesita atención en lo que se hace.
La pólvora estando en sus recipientes originales o al aire libre no explota, sino que se quema, liberando gran cantidad de gas y calor. De ocurrir un incidente no esperado, las aberturas de nuestro lugar de recarga garantizan que esos gases se liberen y puedan fluir a la atmósfera libremente.

* La segunda característica es la luminosidad del lugar de recarga. No se puede andar tanteando las herramientas para encontrarlas, y por otro lado nuestra vista debe estar segura de lo que nuestras manos hacen para no cometer errores que después se traducirán en problemas de funcionamiento de la recarga.

Con un banco que sea robusto y firme alcanza. Es recomendable que posea dimensiones adecuadas para albergar cómodamente el equipo que se posea y que no se mueva cuando se acciona a la prensa. Es importante poseer otra superficie que no este sometida a las vibraciones que provoca el uso de la prensa.

Prensa

En los comienzos de la recarga de cartuchos metálicos, la "prensa" era en realidad una pinza, de diseño muy sencillo. Este equipo permitía a un usuario de armas que habitaba en zonas alejadas de su abastecimiento, contar con un medio para no quedarse sin provisión de cartuchos.

Muchas armas se proveían con este equipo incluido, y de no ser así el mismo podía ser adquirido por separado sin inconvenientes. Con el tiempo, los equipos fueron evolucionando hasta convertirse en las prensas progresivas de hoy en día. Hay tres tipos de prensas para recargar cartuchos metálicos. Estos son:

* Las ya mencionadas pinzas
* Prensas de banco de única estación
* Prensas de banco progresivas

Prensas de banco de única estación

También llamadas Uniestación, es un dispositivo que permite realizar una sola operación de recarga por cada accionamiento de palanca. Se fijan al banco de trabajo por medio de una base adecuada y además de proveer la fuerza y el movimiento necesarios para las etapas de la recarga, es la que contiene a todos los elementos necesarios para trabajar a la vaina, salvo uno, la balanza. Hay tres tipos de prensas uniestación:

* Las del tipo C, o abiertas, por la forma de su armazón
* Las del tipo O, o cerradas, por el mismo motivo
* Las del tipo de torreta móvil

O sea que se pueden colocar sobre la torreta, las herramientas necesarias para realizar las operaciones de recarga y estas se presentaran a la vaina que se va a trabajar con solo girar el dispositivo.

Prensas de banco progresivas

Se fijan al banco de trabajo de similar forma que las prensas anteriores, y se diferencian de estas en que en los modelos mas avanzados, realizan la totalidad de las operaciones de recarga con un accionamiento de palanca. Ósea que por cada accionamiento, la prensa despide a un cartucho totalmente terminado.

A simple vista las ventajas en cuanto a velocidad y sencillez de producción son notables. Sin embargo, para aquellos que recargamos para consumo propio, y consideramos mas importante la calidad que la cantidad, con estas prensas se pierde el control de las operaciones de recarga, ya que no se puede controlar todas las operaciones al mismo tiempo. Esto no significa que las prensas de este tipo produzcan recargas de baja calidad, sino que no es lo mismo la "producción masiva en serie", que "la producción artesanal de un cartucho por vez".

Matrices o Dies y Shell Holder

Son los encargados de provocar las deformaciones plásticas sobre el metal de la vaina que la reacondicionen para poder ser recargada. Los dies poseen roscas externas que le permiten ser sujetados por la prensa y al mismo tiempo sirven de regulación para el correcto asentamiento y adecuado trabajo sobre la vaina. También poseen roscas internas que ofician de regulación sobre los dispositivos que trabajan la parte interna de la misma. De todas las operaciones básicas de recarga, los dies realizan todas menos dos: rectificado, extracción del fulminante usado, apertura de la boca, colocación de la punta y cierre del cartucho. La carga de pólvora y la colocación del nuevo fulminante se realizan con otras herramientas.

Existen juegos de dos, tres y cuatro dies. El primer tipo esta reservado para los cartuchos de arma larga, en donde uno de los dies realiza tres operaciones al mismo tiempo. El segundo tipo esta representado por los dies para arma corta, en donde el primero y segundo die preparan al latón y el último die asienta la punta y cierra el cartucho. El ultimo grupo divide la operación de asentamiento de punta y cierre de cartucho, manteniendo los primeros dies las mismas funciones que los del segundo grupo.

Lo anterior no es una regla exacta, ya que existen juegos de dies para arma larga que están compuestos por 3 partes, separando a las operaciones de similar forma al que se realiza cuando se recarga arma corta. Casi con seguridad, este tipo de juegos son utilizados con cartuchos cuya vaina es recta.

La mayoría de los juegos de dies modernos para el recalibrado vainas de arma corta poseen un inserto de tungsteno en su primera porción, lo que evita que la misma quede trabada dentro del die y lo inutilice. De todas maneras, nunca esta de mas el lubricar las vainas cuando se trabaja con prensas progresivas, reduciendo el desgaste del die por la velocidad y el volumen de uso. En el caso de los dies de arma larga, este inserto no existe, por lo tanto es necesario la lubricación superficial de la superficie del latón.

Cada juego de dies, esta diseñado para cargar un solo calibre, o en su defecto algún calibre derivado del original. Ejemplos de esto puede ser los calibres .38 Special con el .357 Magnum, o el .44 Special con el .44 Magnum, en los cuales se utiliza el mismo juego de dies.

Para que una vaina pueda ser trabajada en la prensa debe poder sostenerse firmemente. El shell Holder cumple esta función. En prensas de única estación, este componente se coloca sobre el pilón de la misma. En esencia, además de sostener a la vaina, esta pieza cumple dos funciones mas: Transfiere la fuerza de compresión y tracción del pilón a la vaina, como así también sirve de base para la colocación de fulminantes en prensas que poseen un sistema de colocación de los mismos.

A diferencia de los juegos de dies, un solo shell holder puede servir para recargar varios calibres, tanto de arma corta como de fusil. Si bien hay shell holders que solo pueden ser usados en un solo cartucho, muchas vainas poseen similares culotes, tal el caso de casi toda la línea de cartuchos medianos tradicionales de fusil con el .45 ACP en arma corta, o bien todos los llamados Magnum cortos de la firma Winchester, los cuales derivan de una sola vaina.

Dippers y Balanzas

Uno de los pasos más importantes de la recarga es el que tiene que ver con la colocación correcta de la pólvora dentro del cartucho. Esta operación representa en gran medida la obtención de una buena, mala, así como también una peligrosa o segura, recarga.

Durante bastante tiempo, poseer una balanza con la precisión necesaria representaba un alto costo para el recargador. Es por ello que se utilizaban los Dippers, que no son mas que recipientes con un volumen interno conocido. Estos utensilios se llenaban hasta el tope de propelente, y de esa manera se sabia que el volumen de ese propelente en particular pesaba un determinado valor. Si ese peso obtenido se acercaba o era levemente inferior al valor de pólvora que indicaba la tabla de carga, podía usarse. De lo contrario había que buscar otro dipper que más se acercara.

Estos juegos venían acompañados de tablas que indicaban, por ejemplo que tal número de dipper podía contener un determinado peso de una pólvora especifica, o un peso diferente de otro tipo de propelente. Para los recargadores argentinos esto representaba un problema, ya que estas tablas se confeccionaban con valores para los propelentes importados, mientras que los de origen nacional no estaban contemplados. Entonces se hacía imperioso encontrar a algún amigo o conocido que nos prestara una balanza para poder averiguar que valores se obtenían y recordarlos para futuras recargas. Pero como nuestra pólvora nunca se caracterizo por su homogeneidad, era común encontrar diferencias en el peso que entraba en un mismo dipper para lotes de propelente diferentes.

Además, recargar arma larga con este sistema es bastante tedioso y la garantía de no lograr recargas parejas, porque había que llenar dos, tres o más dippers para una sola carga de un solo cartucho.

Cuando la balanza se masifico en el país, todos estos temas se simplificaron maravillosamente. En esencia, la balanza para recarga no es mas que una escala sobre la que discurren contrapesos, que oponen su energía potencial al peso de la carga de pólvora, como cualquier otra balanza. La diferencia radical esta en su exactitud. Una balanza para recarga común y corriente tiene una precisión que llega a las 6 milésimas de gramo, lo que es un valor muy pequeño. Es por eso que se ha diseñado otro tipo de nomenclatura para estos pesos tan pequeños, y se expresan en Grains. Una idea de lo que significa el grain lo da el hecho de que se necesitan 15.43 grains para igualar el peso de tan solo un gramo.

De todas maneras, hoy en día esta complicado poder adquirir uno de estos instrumentos de precisión. El problema no es conseguirla, sino que no se hacen en el país. Por lo tanto se pagan a valor dólar. Tampoco son muy caras, (unos ochenta dólares un modelo base), pero duelen.

Que yo conozca solo hay una fabrica en todo Estados Unidos que se dedica a hacer balanzas, con la denominación de Ohaus. Esta fabrica tiene varios modelos en producción, con varios colores en su armazón, y vende sus productos a las distintas empresas proveedoras de insumos de recarga, las que le colocan su propia marca.

Existen balanzas que no miden por comparación, sino que están formadas por dispositivos electrónicos. El manejo de la misma difiere del de las balanzas tradicionales, simplificándolo. Sin embargo, desde el punto de vista de la precisión, ambos tipos de balanzas poseen similares características.

Tablas de recarga

Este es el instrumento más fácil y más barato de conseguir. En todo lugar en donde se vendan pólvoras para recarga, con seguridad se obtendrán estas tablas, con el agregado de que su costo es cero pesos.

Estas tablas son en su mayoría confeccionadas por las fabricas que producen propelentes o insumos de recarga. Especifican de forma inequívoca la cantidad de propelente a dispensar en cada cartucho, según el peso de la punta, el tipo de fulminante y el tipo de arma a usar. También brindan información sobre el desempeño de cada cartucho cargado con los diferentes tipos de pólvoras, como velocidad, presión de trabajo, energía, etc.

Muchas tablas expresan solo valores de recarga máximos para cada combinación, mientras que otros publican cargas máximas y mínimas, como así también recomendaciones especificas (de ser necesarias) para las diferentes combinaciones que se pueden obtener.

Para el recargador novato, no existe mejor guía que la que proveen estas tablas. Deben guiarse por ellas a rajatabla, por lo menos hasta que la experiencia obtenida le dé la confianza necesaria para salirse de los parámetros que le brindan estas guías.

Estas tablas son por lo general desarrolladas por los productores manteniéndose dentro de los parámetros de diseño que establece el diseñador del cartucho y son testeadas con instrumentos que están fuera del alcance del recargador común, por lo tanto no vale la pena arriesgarse, recargando de otra manera que no es la que se indica, no por lo menos, mientras no se haya obtenido suficiente experiencia para ir sobre seguro.

El equipo descripto hasta aquí, constituye a mi entender el mínimo indispensable para comenzar a recargar munición de arma corta con una calidad aceptable. Pero si se quiere obtener una recarga de alta calidad, pienso que aun restaría hacerse de mayores componentes.

Para arma larga, los componentes básicos necesarios son aún mayores, ya que las vainas de este tipo insumen mayores puntos a controlar y trabajar. No significa que no se puedan cargar, pero dudo mucho que se obtengan recargas siquiera aceptables.

De todas maneras, la recarga de cualquier tipo de cartucho solo con este equipo puede transformarse en un procedimiento muy lento y tedioso, el que seguramente provocara que al poco tiempo empaquemos nuestro equipo. Los accesorios que siguen pueden hacernos mas placentera y cómoda a la actividad:

Tolva

Este dispositivo cumple la función de dispensar pólvora en cantidades iguales por cada accionamiento. Esta formado por un recipiente en donde se coloca el propelente, un cilindro unido a una palanca que posee un sistema de regulación que permite el ingreso de una determinada cantidad de pólvora y la tira por su parte inferior al exterior.

Si bien lo que la tolva tira es un peso constante de un tipo de pólvora, lo que en realidad hace este instrumento es dispensar por volumen, ósea que el hecho de que de la pólvora X cada accionamiento nos dé, por ejemplo 4 grains, no significa que para otra pólvora tirara el mismo peso, ya que lo mas probable es que los granos de los dos tipos de propelente sean diferentes y por ende ocupan diferente volumen.

Por lo menos en mi caso, el uso de tolva es de relativa utilidad. Indudablemente acelera el proceso de verter pólvora en las vainas, pero tiene sus secretos que hay que conocer bien, para no cometer errores, sobre todo en cargas máximas, o experimentales.

En pólvoras con granos del tipo esférico o tubular corto, las tolvas trabajan bien, liberando a cada bajada de palanca una cantidad homogénea de propelente. Pero cuando se usa pólvoras del tipo copo, o tubular de grano largo la cosa cambia y mucho. Quien ha usado estas ultimas puede sentir como los granos son cortados por la tolva, provocándose trabas en el libre recorrido de la palanca. Sugiero que cuando esto pase se verifique el peso de la carga tirada, y me animo a decir que, ya sea para arriba o para abajo, la cantidad de pólvora dispensada no será la buscada. Y la variación puede ser mucha.

Piense que en una carga de 42 grains (una carga normal para un 308) un error de un grain puede no ser problema, pero en una carga de 4 o 5 grains (algo normal para una carga de arma corta) un error de medio grain o menos puede significar la diferencia. Ni que hablar si alguno tiene la intención de usar cordita.

Este tipo de propelente sin humo muy utilizado en Inglaterra, tiene la particularidad de semejar tallarines, por el largo del grano. La tolva lo cortaría y nunca tiraría un mismo peso.

Por lo tanto, considero adecuado el uso de la tolva cuando se trata de cartuchos de arma corta, en lotes de 50 unidades o más y siempre y cuando la carga sea normal, no máxima o experimental. O bien dispensar la carga de tolva sobre el plato de la balanza y pesar cada tirada.

No creo que sea útil usar tolva para cargas de arma larga. Para el que recarga lo que va a tirar, o para guardar pequeños lotes de munición ( 20 cartuchos ) a mi me da mas tranquilidad pesar cada carga de propelente. Me asegura que por lo menos en materia de pólvora, el peso será el mismo para todas las cargas.

Trimmer y Debourring Tool

Hay herramientas muy practicas, que si bien no son indispensables, proveen los medios para lograr obtener recargas homogéneas. El trimmer, o fresa para recortar el largo de la vaina es uno de ellos. Esta herramienta trabaja sobre la boca de la vaina frenteandola en forma pareja.

No sirve para convertir a una vaina de 44 magnum en otra de 44 Russian, porque el fin de la misma es quitar pequeñas porciones de pared. El uso de este accesorio debe estar acompañado del debourring tool, que es una herramienta que permite quitar los rebordes que deja el frenteado anterior. El debourring posee en un lado cuchillas que forman un cono y sirven para trabajar bocas de diferentes calibres en su parte interior, mientras que del otro lado posee filos para trabajar el exterior de los mismos.

Decididamente, los mejores trimmers son aquellos que poseen un sistema de agarre de la base de la vaina, similar a lo que seria el plato de un torno de mordazas autocentrantes. De esa manera son universales, pudiendo tomar cualquier vaina. Yo poseo uno que utiliza otro método, consistente en unas planchuelas con forma de U, que trabajan por presión sobre la vaina. El inconveniente de este método es que hay que tener las planchuelas indicadas para la vaina que se va a tratar, y eso no es fácil de conseguir en el país.

Colocador manual de fulminantes

Hoy en día no es algo común encontrar prensas que no posean algún sistema mas o menos efectivo de colocación de fulminantes. Durante la mayoría del tiempo que recargo utilice el sistema que venia provisto con mi prensa sin ningún tipo de problemas. Sin embargo a veces experimente inconvenientes al utilizar estos instrumentos con fulminantes del tipo Berdan, ya que el diámetro de estos es levemente mayor al de los del tipo Boxer y por lo tanto la colocación se dificulta.

La gran ventaja que representan los dispositivos colocadores de fulminantes que trabajan separados de la prensa, además de aceptar cualquier tipo y sistema de fulminantes, es la posibilidad de "sentir" el ingreso del nuevo fulminante en su alojamiento logrando mas homogeneidad en la colocación del mismo.

Esto es muy difícil de lograr con el sistema de la prensa, ya que el brazo de palanca de la misma esta diseñado para hacer mucha mas fuerza en detrimento de la perdida de sensibilidad.

Existen dos tipos de colocadores de fulminantes: los de banco y los de mano: Trabajan de similar manera, y solo difiere su funcionamiento en el tipo de agarre. Estos dispositivos, se proveen con un juego de shell holders especialmente diseñados para ellos, los que en general no son compatibles con los que acepta la prensa en su pilón.

Herramientas para limpieza

El método mas utilizado actualmente es el del tumbler. Este dispositivo eléctrico limpia a la vaina por fricción, ya que el mismo posee un recipiente que vibra de manera constante y hace vibrar al contenido del mismo, que puede ser un tipo especial de piedra de granulado fino, o en algunos casos he visto que se usa granos de arroz partido. Algunos le agregan algún liquido pulidor para darle brillo a la vainas.

No son muchos los que gustan de limpiar vainas, pero a muchos les gusta que su recarga luzca bien. Hoy en día muchos recargadores dirán que si queremos que la munición se vea bien es "necesario" tener un Tumbler para limpiar vainas. Esto es verdad hasta cierto punto. En principio porque la terminación que este tipo de limpieza le da a la munición no es fácil de duplicar por otros métodos. Pero hasta ahí llegaron las ventajas.

No conozco principio científico que me demuestre que las vainas tratadas con tumbler sean mas precisas, más veloces o generen menos sobrepresión que una vaina limpia por otros métodos. Un tumbler nacional mas los insumos se acerca a los quinientos pesos de costo, mientras que existen otros métodos, con no tan buena terminación, pero un 99 % más baratos. Con medio litro de vinagre, mas agua destilada, mas sal fina y un poco de jabón en polvo, puede hacerse una limpieza mas que aceptable. Y se puede utilizar varias veces. Haga un calculo de costos y notara la diferencia. Y después de todo, un trapo que quite la suciedad externa y un cepillo que raspe las impurezas internas es mas que suficiente para lograr vainas limpias, desde el punto de vista del rendimiento balístico.

No se le da mucha importancia a la limpieza del alojamiento del fulminante. Sin embargo es una operación mas que importante para lograr buenas recargas. Existen herramientas especialmente diseñadas para este propósito que poseen una forma parecida a la punta de un destornillador plano. En lo personal, nunca las he usado. Siempre he utilizado un buscapolo roto, el que me ha dejado limpio esta parte de la vaina. Por otro lado me sirve tanto para vainas boxer como berdan, mientas que las herramientas de origen industrial no.

Herramientas de precisión y varios

Existen instrumentos de medición que sirven para medir el espesor de las paredes de la boca de una vaina. No varían mucho de lo que es un comparador. Son excelentes para optimizar a la vaina que se va a recargar. Permite obtener una presión bien uniforme del cuello sobre la punta, y esto beneficia a la misma cuando se desprende de la vaina e ingresa al caño. Estos instrumentos de medición están acompañados de maquinas herramientas especiales para tornear los cuellos y los hombros de una vaina.

Si bien, es indispensable para el tirador de bench rest, dudo mucho que para el tirador común y mucho menos para el cazador se justifique gastar dinero en este equipo, así como que va a lograr mejorar notablemente sus agrupaciones. Cuando se hila tan fino en la combinación arma-cartucho, se llega a un punto en donde no se puede mejorar el rendimiento, sin gastos muy grandes de dinero. Quiero decir que en estos casos, lograr reducir un par de milímetros una agrupación, puede representar cambios y modificaciones que hagan temblar al bolsillo. Me animo a decir que en términos de precisión, el bench rest es algo así como la formula 1 de las categorías de tiro.

Por lo tanto: ¿Alguien sabe cuanto cuesta un auto de esta categoría, y cuanto dinero absorbe ponerlo a punto?. Solo trate de transladarlo a un fusil de bench y su munición y tendrá una idea. Es por ello que este tipo de complementos para lograr recargas mas precisas, yo los dejo para los amantes de esta categoría y para los exquisitos que puedan pagarla. Para el resto de los recargadores, lo considero excesivo.

Un accesorio no indispensable pero si muy útil para el recargador son las bandejas porta vainas. En muchas ocasiones, después de haber dispensado pólvora en cuarenta o cincuenta vainas, me ha pasado que varias se me han caído, provocando un efecto domino en otras, haciendo que tuviera que limpiar todo lo derramado en el banco y comenzar mi trabajo de nuevo. Estos accidentes son los que le sacan a uno el placer que provoca recargar, y son fácilmente solucionables con el uso de uno de estas bandejas. Pueden hacerse manualmente, pero por el costo de las mismas no se justifica.

Hasta acá llegamos... por ahora

La lista de herramientas y accesorios disponibles no termina acá, esto es solo un pequeño muestrario de lo que se puede conseguir. Pero en general, esa lista esta compuesta por dispositivos que no proveen grandes ventajas desde el punto de vista del rendimiento de la recarga, y solo sirven para hacer más fácil la tarea.

Talves son aconsejables para recargadores con otra situación económica, como los del norte de América. En nuestro caso, con lo expuesto arriba, o inclusive con menos, ya se puede lograr una recarga de excelente calidad, que no tenga nada que envidiarle o inclusive supere a la mejor munición de producción en serie.

Seguramente quien ya tenga unos cuantos años recargando, pueda pensar que lo aquí expuesto es básico, con lo cual concuerdo. Talves lo escrito tenga que ver con el hecho de que cuando yo empece, no había mas que uno o dos recargadores que habían puesto en papel parte de sus conocimientos, con lo cual era todo un triunfo poder conseguir información sobre este tema. Y no llevo mucho recargando, apenas unos diez años.

Tampoco pretende ser este articulo la Biblia de la Recarga; no soy tan pretensioso. Es simplemente lo que yo creo que es esta actividad, y una introducción para aquellos que estén pensando en incursionar en la misma. Hay mucho mas, muchos secretos que se aprenden con la compañía de un buen maestro a nuestro lado y la experiencia que uno mismo adquiere. Cosas que no se pueden poner en palabras tan fácilmente.

Por ultimo, algo que me enseño mi maestro, el señor Renato Taddeo, mientras me instruía en mis primeros pasos por este mudo de la recarga de munición: "No es mejor recargador el que tenga el mejor equipo, sino el que más maña se da con lo que tiene. El equipo más costoso no puede nunca reemplazar a los conocimientos, la experiencia, la pasión y la voluntad de producir recarga de alta calidad".

Tengan todos ustedes muy buenas recargas.

Mendez Rolando

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