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Municiones

Reseña Histórica de la bala Dum-Dum - 2º parte

Traducido y adaptado por Oscar E. Vanzetti

Autor: Vanzetti Oscar Enrique

Fecha publicación: 03/07/2015

Una cruzada contra la dominación británica en África

Pero la política internacional ahora juega su parte. El Zar Nicholas II de Rusia propuso en agosto de 1898, una conferencia sobre la limitación de los armamentos. Todo tipo de motivos ocultos desde entonces han sido atribuidos al Zar, incluyendo su necesidad de reducir el gasto en armas convencionales para que pudiera así aumentar el tamaño de su flota imperial. Cualquiera sea la razón, el 18 de mayo de 1899 la conferencia es inaugurada en la Haya, Holanda, contando con la representación de veintiséis naciones. Se establecieron tres comisiones para ir a través de los temas propuestos a discusión, con una primera subcomisión sobre el tema de la "prohibición del empleo de nuevas armas de todo tipo y de nuevos explosivos en ejércitos y flotas, como también de examinar sobre el uso de pólvoras más poderosas que los tipos utilizados en el presente, tanto para las armas portátiles como para cañones". El propósito, explicó el coronel J. Gilinsky de Rusia, no debía prohibir nuevos inventos como tales, pero sí de acordar una moratoria fijando un plazo durante el cual el material existente no debería ser remplazado, "basado ello en el deseo del Zar, con el fin de mitigar las pesadas cargas impuestas a los contribuyentes".

El foco de los debates, por lo tanto, debió ser el de encontrar una forma de implementar tal moratoria para reducir costos, pero en lugar de ello, en la primera reunión, el coronel Arnold Künzli de Suiza casi de inmediato propuso una prohibición sobre la bala Dum-Dum diciendo que "causó heridas incurables".

Es entonces cuando el representante holandés, el general Den Beer Poortugael, brincó en su asiento diciendo que él había sido instruido específicamente por su gobierno para pedir la prohibición absoluta de la utilización de balas Dum-Dum y de proyectiles similares porque "estallan en el cuerpo" y "no son necesarios".

Los británicos se encontraron, inesperadamente, ante una sorpresiva emboscada, hallándose desprevenidos para disiparla. Incluso los resultados de las pruebas realizadas por von Bruns estaban siendo exagerados y el principal representante británico, el general Sir John Ardagh, trató de explicar que los experimentos fueron, a pesar de todo, defectuosos.

Pero ahora las historias de cómo los proyectiles Dum-Dum "explotan en el cuerpo' y causan "heridas incurables" ya habían desarrollado vida propia.

Sir Ardagh era director de inteligencia militar en la Oficina de Guerra en ese momento, pero durante su carrera había prestado servicio en la India y en África. Desde el comienzo de la reunión buscó que se produjera una declaración británica sobre la bala Dum-Dum. Después de explicar la historia de este elemento dice: "la comisión que investigó la cuestión (o sea de las balas con suficiente poder de detención o stopping power para uso fuera de la India) recomienda dos tipos de balas, de las cuales una ha demostrado poder hacer heridas más graves que la otra. El gobierno de Su Majestad, sin embargo, rechaza la que origina las heridas más graves y decidió adoptar la bala que posee el mínimo efecto necesario para "frenar" o detener a un atacante enemigo, o sea adopta a la considerada menos destructiva, siendo ahora conocida como "bala Mark IV".

Esta nueva punta posee una pequeña cavidad cilíndrica en su nariz, en la cual no existe la envoltura dura de metal que si reviste el resto del cuerpo. Nada de nuevo hay en la presencia de esta cavidad en la cabeza de la bala Mark IV, ya que también existió en la bala Snider con la cual las tropas de Su Majestad estuvieron armadas durante muchos años, siendo una bala que era conocida perfectamente bien por todas las potencias de Europa y que ya estaba en uso en el Ejército Británico en la fecha que se llevara a cabo la Convención de San Petersburgo en 1868, y sobre la cual, sin embargo, ninguna objeción fuera levantada alguna vez por razones humanitarias. El gobierno de la India, por las mismas razones que invocan lo británicos, adoptó la mencionada bala Dum-Dum, en la cual, como vimos, una porción muy pequeña del plomo de la cabeza no estaba cubierta por la envoltura metálica.

Pero el gobierno de Su Majestad es incapaz de admitir que la nueva bala adoptada por ellos, por poseer un mínimo efecto destructivo, pueda ser considerada como capaz de infligir sufrimientos innecesarios y, teniendo en cuenta el hecho de que hasta recientemente los fusiles de todas las potencias dispararon balas de plomo sin una cubierta y, además, porque una bala con una cavidad en la cabeza fuera usada posteriormente y durante muchos años en el ejército de Su Majestad, incluso en la fecha de efectuarse la antes mencionada Convención de San Petersburgo, son incapaces de admitir que la existencia de que tal cavidad y la exposición de una pequeña porción de plomo en la nariz de la bala sean motivos suficientes para justificar la condena de cualquiera de estos u otros métodos de construcción.

Pero los experimentos que se realizaron en Inglaterra llegaron a la conclusión de que las heridas causadas por estas nuevas balas no son más graves ?pero si tan severas? como las heridas causadas por las grandes puntas que se disparaban con los anteriores fusiles, por lo tanto, en el gobierno de Su Majestad que, decía, estaba enteramente de acuerdo y compenetrado con el deseo de evitar el uso de misiles que infligiesen heridas de innecesaria gravedad a las tropas, son incapaces de admitir que con esta prohibición están implicados cualquiera de los anteriores métodos de construcción.

También se señaló que los suizos y los portugueses utilizaron misiles que fueron iguales que las Dum-Dum sin que se elevaran voces de protesta, pero esto causó poca impresión ante las partes y comenzó a despuntar gradualmente entre los británicos que, para las potencias europeas, la razón no tenía nada que ver con el bienestar de sus semejantes. Para ellos, ésta fue parte de un período de la historia conocido ahora como el de la "pelea por África" (generalmente visto seriamente como el resultado de la Conferencia de Berlín en 1884 (9), y de la cual la expedición de Kitchiner (10) era una parte importante) con Bélgica, Alemania, España, Francia, Italia y Portugal que también presentaron sus demandas y algunos de ellos, si bien no todos, vieron una oportunidad para anotarse puntos fuera de Gran Bretaña para su propia ventaja.

Caricatura sobre la conferencia de Berlín en 1885

Pero los rusos, por otro lado, también tenían sus ojos puestos en otros lugares. Para ellos esto fue parte del llamado "el gran juego" (The Great Game), que era la competencia por la influencia política en los países que bordeaban la frontera noroeste incluyendo Afganistán a la que, si los británicos perdían, podría darle a Rusia acceso directo a la India, la cual era considerada como la "joya de la corona británica". El tema en cuestión era altamente importante y se convertiría en el trasfondo de la novela de Rudyard Kipling a la que titulara "Kim", que fuera publicada por primera vez en forma seriada en un periódico mensual en el año 1900, y como un best seller en 1901. Esto significaba algo así como de poder instalar una pequeña grieta en el monolítico control que ejercía Gran Bretaña en sus dominios, que era la potencia colonial de esa época, con lo cual se podrían beneficiar los rusos.

Como lo veía Sir Ardagh "toda la discusión era una cruzada contra la dominación británica en África, orquestada por Rusia".

General Horatio H. Kitchiner, I Conde de Kitchiner

El 29 de julio de 1899 el texto adoptado por la Conferencia, redactada en gran parte por Rusia, Rumania y Francia, a pesar de las objeciones de Gran Bretaña y de los Estados Unidos, fue: "las partes contratantes acuerdan abstenerse del uso de las balas que se expandan o aplasten fácilmente en el cuerpo humano, tal como las balas con una envoltura dura la cual no cubra completamente al núcleo o esté perforada con incisiones. La presente declaración es sólo vinculante para las partes contratantes en el caso de una guerra entre dos o más de ellos. Dejará de ser obligatoria en una guerra entre las partes contratantes, a partir del momento en que uno de los beligerantes se comprometa al no uso de la fuerza".

Hoy todavía se cree que una vez que la declaración fuera hecha se aplicaría automáticamente a todas las partes integrantes de la Conferencia, pero éste no fue el caso. Gran Bretaña seguía argumentando desde su rincón y, juntamente con los Estados Unidos, Portugal y algunos otros pocos países, se negó a ser oficialmente una de las "potencias contratantes", basándose en que las discusiones habían estado fundadas en experimentos erróneos, de los cuales se extrajeron conclusiones no válidas. Extraoficialmente se cree que fue motivada porque los británicos sabían que habían actuado de manera apropiada, y que se encontraron verdaderamente en desventaja en el curso de acción de la Conferencia que estaba dirigida directamente contra ellos. Y eso no les gustó.

El dilema

En octubre de 1898 George Wyndham había asumido el cargo de Subsecretario de Guerra y tan pronto como comenzó la Conferencia de la Haya (11) los rumores sobre lo que se debatió en ella fueron ampliamente difundidos. El 11 de julio de 1899, incluso antes de la redacción de una declaración final "acordada", se le preguntó a Wyndham en la Cámara de los Comunes "si él consentirá en poner sobre la mesa los informes de las experiencias quirúrgicas y de los experimentos relacionados con los efectos del misil Mark IV, ya que sobre la base de dichos experimentos la bala ahora está siendo provista a los soldados británicos enviados a Sudáfrica; y si él puede indicar si el informe condenatorio divulgado sobre la bala Dum-Dum por la Conferencia de Paz de la Haya ha sido oficialmente traído luego de pasar bajo el análisis de las autoridades del Ministerio de Guerra". Wyndham respondió diciendo que: "la Mark IV ha sido la bala de dotación en el Ejército Británico desde febrero de 1898 y, como tal, ha sido enviada a nuestras tropas en África del sur, y no puedo exponer los informes de los experimentos que condujeron a la adopción de dicha bala antes que a los miembros de la Cámara como tampoco de los experimentos más recientes, ya que contienen información confidencial. Nuestros representantes en la Haya han informado a dicho organismo de tales procedimientos de vez en cuando. Pero estos informes provisionales han sido necesariamente parciales y no son concluyentes".

Estos experimentos, como sugiere el Honorable Miembro, no eran realizados solamente para estudiar los aspectos quirúrgicos de las heridas que provocaban. Ellos se llevaron a cabo para resolver una serie de problemas relacionados con la Física y, además, que con ellos se considerara que el aspecto humanitario de la cuestión no quedaba sin ser tenido en cuenta. Cuando se le preguntó: "no es un hecho que esta bala se ha construido con miras a expandirse durante el impacto tal como lo hacen las balas Dum-Dum". Wyndham respondió con lo que ya ha llegado a ser considerado como un clásico en este tipo de réplicas: "la bala ha sido construida para alcanzar un cierto número de objetivos, de los cuales uno de ellos es que su calibre debe ser mayor, hacia adelante, cuando salga de la boca del cañón del rifle".

Sin duda, en mi personal opinión, fue una respuesta política y diplomática pletórica de cinismo.

Dos días más tarde Wyndham dijo a la Cámara de los Comunes que: "la munición Mark IV fue utilizada por varios batallones de tropas británicas en Omdurman y se informó favorablemente sobre ella".

El motivo de la solicitud de información sobre Sudáfrica era debido al aumento de las tensiones existentes allí entre los británicos y los colonizadores holandeses (bóers) y sin duda, la motivación detrás de la determinación de los holandeses por conseguir la prohibición de las balas Dum-Dum y las Woolwich, era debilitar la moral y eficacia del Ejército Británico.

Ya había ocurrido una guerra Anglo-Bóers entre 1880 y 1881 donde los británicos salieron derrotados, y la segunda guerra de los bóers comenzó el 11 de octubre de 1899. La ofensiva de los bóers se transformó posteriormente en una guerra de guerrillas que duró hasta mayo de 1902 y costó unas 75.000 vidas, de las cuales unas 22.000 eran de soldados británicos. Comenzó la mencionada guerra sólo diez semanas después de la Declaración de la Haya y durante los preparativos bélicos se presentó un dilema para los británicos, porque por entonces era la bala de Mark V Woolwich la que estaba en uso y al mismo tiempo, en general, era ello lo que estaba fuertemente cuestionado por otros países.

Pero para los británicos los bóers no eran parte de la Declaración, ya que en ella no estaban mencionados ni las "tribus" ni los "salvajes".

General inglés del Imperio de la época

Pero pese a todo, el alboroto sobre las balas Dum-Dum sigue estando aún en el aire, y no es menos importante el impacto causado por la negativa de Gran Bretaña a aceptar la Declaración.

Pero en el gobierno británico se dieron cuenta de que con esta actitud, la de dejar el proyectil Mark V en uso, se les entregaba a los bóers, como regalo, una importante propaganda. Después de mucha discusión y de un examen de conciencia se decidió inclinarse ante lo inevitable y la mencionada negativa se retiró a regañadientes.

El 23 de marzo de 1900 se le preguntó a G. Wyndham si "balas explosivas o expansivas han sido enviadas a Sudáfrica para el uso de las tropas estacionadas allí o para cualquier otro propósito". Él respondió: "la bala de uso en Sudáfrica es la bala sólida Mark II para rifle. Las balas Mark V ni las Dum-Dum nunca han sido utilizadas por las tropas". Esta última afirmación fue quizás un poco ingenua, porque la punta Mark II seguía siendo tan susceptible a sufrir una modificación improvisada como lo había sido durante la expedición a Chitral.

Cada lado acusó al otro de usar, durante la guerra, balas Dum-Dum en un momento u otro de la misma.

La bala de Mark VI introducida en 1904 era similar a la Mark II, pero la chaqueta o camisa se hizo más delgada, de modo tal que era más probable de romperse con el golpe del impacto contra el cuerpo de un enemigo. Una segunda "Conferencia de Paz" se llevó a cabo en la Haya entre julio y octubre de 1907 y uno de los resultados, bajo el título de "medios de lesionar al enemigo, asedios y bombardeos", fue la declaración que establecía qué: "además de la prohibición prevista en los convenios especiales, queda especialmente prohibido [...] el emplear armas, proyectiles o material calculado para causar sufrimientos innecesarios".

Pero esto añade poco a la preocupación que ya existía sobre las balas que los tenían atareados.

Moverse por las declaraciones

En agosto de 1907 Gran Bretaña anunció que se iba adherir a la Declaración de la Haya, pero sólo después de haber dado cuenta de que la inventiva del hombre no era probable de ser frustrada por una mera declaración.

El desarrollo había comenzado con la bala Mark VII Spitzer (puntiaguda), la que finalmente fue introducida en 1912. La Mark VII tenía una velocidad inicial de 2.440 pps y obedeciendo lo dispuesto en la Haya fue completamente revestida en su exterior por una cubierta metálica más dura, pero su apariencia era altamente engañosa.

Descrita en 1915 por el Dr. J. Hartnell Beavis, ex director del British Field Hospital for Belgium (hospital de campaña británico para Bélgica), como "un adelanto ingenioso sobre la Dum-Dum", fue hecha específicamente para ser más pesada en la base o cola.

No había ninguna mención en la declaración de la Haya referente a que el núcleo central de la bala tuviera que ser hecho sólo de plomo, y así el tercio delantero de la chaqueta o camisa se llenó de pulpa de madera, de aluminio o papel comprimido. Esto aumentó grandemente su tendencia a deformarse o de tumbarse (12) cuando golpeaba contra algo blando como es el cuerpo humano y, al estar combinado con un efecto conocido como "efecto cavitación del proyectil" (el cual resulta ser una consecuencia natural de la elevada velocidad del misil), se amplificaban considerablemente las lesiones internas en el individuo impactado.

Por lo antes mencionado era probable que traspasare (o perforara) al blanco primario e impactara a otro individuo que se encontrara por detrás, pero esto no era considerado un problema mientras hiciera suficiente daño al primer herido. De hecho, era preferible que hiciera lo mismo con el segundo.

La necesidad de producir una incapacitación similar (si no peor) a los efectos de la munición Dum-Dum y a las balas de Woolwich estaba satisfecho, y no había ninguna perspectiva de encontrar palabras en alguna conferencia internacional que, de alguna forma, prohibieran a la punta Mark VII.

Después de que el Dr. Beavis dejara las cosas en claro ("dejar el gato fuera de la bolsa", en la versión original), se alegaba que el Mark VII era "una bala Dum Dum en todo, pero con otro nombre", pero esto fue rechazado con una simple declaración de que la bala se conformó de acuerdo con la redacción de la Declaración de 1899. Nadie estaba preparado para ser tan antipatriótico como para seguir con el tema porque, por entonces, Gran Bretaña estaba en guerra con Alemania, un país que estaba prestando escasa atención a las demás medidas supuestamente prohibidas en las dos conferencias de la Haya, incluyendo el uso de gas venenoso.

Pero esto no hacía que los británicos dejaran de quejarse, con asombrosa hipocresía, de que la bala puntiaguda (Spitzgeschoss) utilizada por los alemanes causó lesiones más extensas que la bala Dum-Dum.

La bala Mark VII vería pasar a Gran Bretaña a través de dos guerras mundiales, y pocas personas hasta hoy no tienen idea de por qué esta controversia no pudo finiquitarse, ya que tantos acontecimientos la podrían haber "tragado" fácilmente.

La inteligente construcción interna del misil estaba oculta dentro de una chaqueta de duro metal y, por lo tanto, lo que estaba fuera de la vista permanecía fuera de mente.

Munición policial

Pero todo lo antes mencionado era de poco o ningún interés para la policía británica, ya que nadie sugirió en algún momento que la Declaración de la Haya podía ser aplicada a las municiones de las fuerzas policiales, y en sus filas se continuaban utilizando todo lo que ya tenían en uso para sus armas de fuego. Durante mucho tiempo, después del estallido de la I Guerra Mundial, el arma más común (pero no la única) en los armeros de la policía británica fue la pistola semiautomática (self-loading pistol) Webley & Scott en calibre .32 (7,65 mm) pasando luego a tener una bala o punta encamisada (conocido ahora como calibre .32 ACP).

En la década de 1950 las armas disponibles en muchas fuerzas policiales del Reino Unido dependían de las pistolas o revólveres que sobraron de las fuerzas enemigas que se rindieron en la II Guerra Mundial (1939-1945) y que no fueron devueltas, aunque fue el revólver Webley & Scott Mark IV en el calibre .380, (13) el cual utilizaba una bala de punta redondeada toda de plomo, el que fuera comprado en mayor cantidad por las fuerzas policiales.

En 1972 la rama consultiva científica del Ministerio del Interior (Home Office Scientific Advisory Branch o HOSAB, por sus siglas en inglés) publicó una nota informativa (No.1/72) recomendando que clase de armas se deberían adoptar en las fuerzas policiales. Este intento de normalización fue en gran medida una instigación para la Federación de Policías, la que observó que: "el arma seleccionada debe tener la suficiente energía al impacto para asegurarse de que el oponente sea incapacitado, pero no causar una penetración excesiva que pueda llevar a la posibilidad de herir a otra persona detrás del blanco o de causar un grave riesgo de rebotes".

Revólver Webley&Scott Mark IV en calibre .38/200

El arma designada como "revólver de policía para propósitos generales" fue el revólver Smith & Wesson Military & Police (militar y policial) en calibre.38 Special (o especial), con un cañón pesado de 4 pulgadas de longitud, también conocido como modelo N° 10. Este revólver disparaba una bala de plomo duro, con nariz redondeada (Lead Round Nouse o LRN) y no había ninguna discusión sobre la necesidad de obedecer lo establecido en la Convención de la Haya. Este modelo de revólver, en ese calibre, todavía hoy es fabricado por la casa Smith&Wesson.

Cartuchos para revólver calibre 38/200 ó .380 para los ingleses, con bala encamisada

La primera mención de los convenios de la Haya, aunque no directamente en relación con las municiones policiales, llegaron en 1985.

Después de varios incidentes en los cuales el uso de la bala policial estándar antes mencionada pareció no tener el efecto deseado, el comité conjunto permanente sobre el uso de armas de fuego de la policía (en inglés se abrevia con la sigla SRDB, la cual reemplazó a la anterior HOSAB) pidió al Ministerio del Interior "que llevara a cabo el desarrollo de una investigación científica para indagar sobre una munición de arma de fuego de puño que fuese apta para el servicio policial. Los requisitos principales eran de que la munición debía ofrecer una mayor potencia de parada que el cartucho actualmente disponible que portaba una bala de plomo de 158 grains de peso y nariz redonda (LRN), que fuese barata, fácilmente disponible, cumplir con el espíritu de los convenios internacionales y ser compatible con el uso del revólver Smith & Wesson modelo 10".

El informe resultante (N° 24/85) recomienda que la policía cambie a "una bala de 125 grains de peso, Semi-jacketed Semiwadcutter (semiencamizada y con forma de semi-sacabocado)".

Pero la adopción de este nuevo cartucho demostró ser que un problema para aquellas fuerzas que utilizaban pistolas semiautomáticas en el calibre 9 mm Parabellum. La estandarización de las armas ya se había dado como una causa perdida algunos años antes y, sin la existencia de munición del 9 mm con esa descripción deciden adoptar el equivalente más cercano a ella, y que era una punta de 95 grains de peso, encamisada y con punta blanda (Jacketed Soft-Point o JSP).

Ambas cartuchos habrían sido descritos como del tipo Dum-Dum un siglo antes, y que se sepa no se conoce que ningún "ser humano normal y saludable" haya tenido "su brazo arrancado" como consecuencia de su uso.

En 1988 la atención se dirigió a la munición de rifle. El fusil recomendado en 1972 había sido el fusil de servicio L 39 A1 Target Rifle, producido por la Small Arms Factory (real fábrica de armas pequeñas) en Enfield, y modificado por Parker-Hale Limited de Birmingham. Esta empresa llegó a ser conocida por ser el constructor del fusil Enfield que ya había sido seleccionado para uso policial porque muchos agentes eran ex-militares que ya estaban familiarizados con su mecanismo. La munición escogida fue la Full Metal Jacket (totalmente encamisada o FMJ) 7,62 mm OTAN (ó 7,62x51 mm) y se mencionaba "como provista para el uso por Snipers".

Como había sido el caso con las armas de puño, la normalización de los fusiles ya había desaparecido hacia 1988 y hubo una gran variedad de marcas de rifles en diferentes calibres que estaban siendo utilizados por las fuerzas, y algunas ya habían adoptado un fusil en un calibre intermedio entre el .223 ó el .243 (5,56x45 mm y 6x52 mm, respectivamente).

Fusil L 39 A1 Target Rifle, calibre 7,62 mm OTAN

Un informe (Nº 12/88) del SRDB señaló que "ha sido la política de los sucesivos Ministros del Interior de que la munición debe cumplir con el espíritu de la Convención de la Haya, incluso en tiempos de paz, [y] la elección de la munición de fusil ha sido restringida a esos tipos de balas con encamisado metálico que, supuestamente, muestran poca o ninguna expansión o ruptura en el impacto. Este tipo de munición cumple con la Convención de la Haya, pero actualmente se puntualiza que para uso policial puede tener serias limitaciones operativas debido a su excesivo potencial de penetración, y que sólo las balas con un punta blanda (Soft Point) son más propensas a cumplir con los requisitos adecuados. El requerimiento de la policía puede ser satisfecha por varias armas de diferentes calibres usando una bala de punta blanda y peso adecuado. La selección final descansa sobre una distancia de compromiso prevista por la policía, basada en el conocimiento de su entorno particular".

Una vez más, un siglo antes, esta bala habría sido descrita como una Dum-Dum.

El evidente vacío dejado por la no existencia de alguna disposición específicamente relacionada con las municiones de uso policial fue llenado finalmente en 1990, cuando se aprobaron los "principios básicos sobre el uso de la fuerza y armas de fuego por los funcionarios policiales" en el octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre prevención del delito y tratamiento del delincuente. En sus disposiciones generales se demanda que: "los gobiernos y las autoridades policiales deben adoptar e implementar normas y regulaciones sobre el uso de la fuerza y de las armas de fuego contra las personas por parte de sus oficiales". En sus disposiciones especiales se lee: "las reglas y regulaciones sobre el uso de armas de fuego por los funcionarios policiales deben incluir directrices que [?..] prohibir el uso de aquellas armas de fuego y municiones que causen lesiones injustificadas o expongan a un riesgo injustificado". Esto deliberadamente evita la terminología utilizada en la Declaración de la Haya y no especifica qué tipos de bala en particular debería prohibirse. El único requisito es que cada Estado identifique que clase de armas y municiones considere que cause lesiones o riesgos "injustificados", y por lo tanto ellos no pueden ser utilizados por su policía.

La Cruz Roja Internacional en su estudio en el año 2005 sobre el derecho internacional humanitario, encontró que "varios Estados han decidido que el cumplimiento de la ley para fines domésticos, fuera de los conflictos armados, en particular donde es necesario hacer frente a una persona armada en un entorno urbano o ante una multitud de personas, las balas expansivas pueden ser utilizadas por la policía para asegurarse de que los proyectiles disparados no atraviesen el cuerpo del sospechoso y puedan herir a otra persona, y a su vez acrecentar la probabilidad de que el impactado sea instantáneamente impedido de disparar otra vez".

Esto no debía ser criticado de ninguna manera. Fue, de hecho, sólo una declaración sencilla, pero ello no quería decir que el tema ya dejó de ser controvertido.

Cuando la policía Suiza anunció en 2006 su intención de adoptar una bala expansiva, la filial local de Amnistía Internacional se opuso, rechazando, como si fueran irrelevantes, los principios básicos de las Naciones Unidas sobre el uso de la fuerza y de las armas de fuego, diciendo que: "nosotros todavía seguimos pensando que estas balas son prohibidas para usar en tiempo de guerra; y de que Suiza, por ser el Estado depositario de los convenios de Ginebra, no debe aceptarlos".

La Asociación Médica Suiza también expresó "su preocupación acerca de las nuevas municiones que causan lesiones permanentes o que resultan en un incremento de lesiones mortales". Sin embargo, un portavoz de la Policía Federal Suiza dijo que "Alemania ha estado usando balas expansivas por cerca de cuatro años y la tasa de mortalidad no ha aumentado como resultado de ello. [...] Las balas en uso actualmente por lo general atraviesan el cuerpo. [...].las balas expansivas no deben hacer esto [...].Y ello evitará la posibilidad de que dos o tres personas puedan ser heridas por un mismo proyectil".

Si el uso de balas expansivas usadas por la policía todavía puede generar alguna emoción negativa, su uso por las fuerzas armadas hace incluso más. Sin embargo, hoy en día las batallas donde un ejército regular vestido con su uniforme reglamentario tiene una pelea cara a cara en campo abierto con el ejército uniformado de otro Estado, son la excepción.

En la actualidad, el entorno donde se combate es mucho más probable que sea urbano y con un enemigo donde muchos de los cuales no son menos fanáticos que sus predecesores, ocultándose entre ellos mismos y vistiéndose como la población local. Esto aumenta las posibilidades de que ocurran los llamados "daños colaterales" (colateral damage) con la intervención de partícipes inocentes al ser alcanzados por proyectiles que sobrepenetran (perforan) a un oponente o porque rebotan.

Las fuerzas militares se preguntan por qué están limitados en el uso de esta clase de municiones, a las cuales podrían utilizar cuando las condiciones del medio ambiente que los rodea no son diferentes a los encontrados por las fuerzas policiales. En algunos casos, inclusive, están trabajando junto con la policía, pero una solución a este dilema dista de ser sencillo. Incluso si el gobierno británico anunciara unilateralmente que se plantearía a no aplicar las Declaraciones de la Haya a sus fuerzas armadas por el cambio en la forma en que ahora se están librando las guerras, ello sería un formidable obstáculo más para superar.

De acuerdo al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional adoptado en Roma en 1998: "se establece por la presente un Tribunal Penal Internacional ("la Corte"). Será una institución permanente y tendrá el poder para ejercer su jurisdicción sobre las personas por los crímenes más graves de trascendencia internacional, como se refieren en el presente Estatuto, y será complementario a las jurisdicciones penales nacionales". Después de expresar: "afirmando que los crímenes más graves de preocupación para la comunidad internacional en su conjunto no queden impunes", sin cuestionar si la redacción de la Declaración de la Haya de 1899 era todavía relevante dadas las maneras imaginativas que desde entonces se han fundado alrededor de él, explícitamente pone: "será un crimen de guerra emplear balas que se expandan o aplasten fácilmente en el cuerpo humano, tal como balas con una cubierta dura la cual no cubra totalmente el núcleo o esté perforada con incisiones" (párrafo 8 del artículo XIX).

Como hemos visto, el gobierno británico había estado "recomendando" la munición que puede ser utilizada por la policía desde 1972.

En septiembre de 1998 el Ministerio del Interior desarrolló una rama científica de la policía británica (Home Office Police Scientific Development Branch, o por sus siglas PSDB) la cual publicó su especificaciones para el rendimiento de las municiones 9 mm para uso policial, con una bala de 95 grains de peso, encamisada y con punta blanda (Jacketed Soft Point ó JSP), enfatizando que la munición de punta hueca no era aceptable. Sin embargo, en septiembre de 2007 el PSDB revisó las especificaciones de 1998 y presentó una comparación entre la bala 9 mm de 95 grains JSP, con una munición de punta hueca seleccionada.

Extrañamente para un documento de tanta importancia, no hace mención de los principios básicos de las Naciones Unidas sobre el uso de la fuerza y las armas de fuego como relevantes, a pesar de citarse ambos en 1899 y en 1907 en las Declaraciones de la Haya, la que admite "sólo son estrictamente aplicables a los conflictos armados entre naciones participantes". Esto hace que las policías de Finlandia y Suecia adopten balas encamisadas con punta hueca (Jacket Hollow Point) después de extensas pruebas y de una intensiva vigilancia para asegurar que se cumple con las leyes del derecho internacional humanitario.

También el PSDB realizó sus propias pruebas para llegar a la conclusión de que: "debería prestarse atención a la utilización de munición con punta hueca como una configuración apropiada para las operaciones con las armas de fuego policiales".

Fere Libenter Homines Id Quod Volunt Credunt
(Los hombres casi siempre están dispuestos a creer lo que desean .Julio César 101- 44 A.C.)

La historia de un fenómeno extraordinario como fue la corta carrera de la bala Dum-Dum desde su surgimiento, se presentó desde su aparición como una solución a un problema muy peligroso para la vida humana. Su cuestionable notoriedad y su posterior denuncia como resultado de los dudosos experimentos médicos, seguido de su caída como una víctima de intrigas políticas internacionales, desde hace mucho tiempo han sido olvidada. Hoy en día, la realidad en lo que respecta a las balas Dum-Dum ha sido casi totalmente reemplazada por una mitología alarmista. Cuando la policía británica anunció en mayo de 2011 que se proponía cambiar la munición de 95 grains Soft-point (punta blanda) por una de 124 grains Hollow Point (punta hueca), la institución policial tuvo que rebajarse al nivel de argumentar que esta munición no pertenecía a los cartuchos denominados genéricamente como "Dum-Dum".

Cuando un debate sensible e informado pueda llevarse a cabo sobre este tema de la llamada munición "humanitaria", los días conflictivos parecerán estar tan lejos como siempre.

Mapa que ilustra sobre la campaña de Chitral

Comentarios:

(9) La Conferencia de Berlín, celebrada entre el 15 de noviembre de 1884 y el 26 de febrero de 1885 en la ciudad de Berlín, fue convocada por Francia y el Reino Unido y organizada por el canciller de Alemania Otto von Bismarck, con el fin de resolver los problemas que planteaba la expansión colonial en África y resolver su repartición.

En los antecedentes de esta conferencia se puede mencionar el viaje de exploración realizado por Henry Morton Stanley, entre 1874 y 1877, de la cuenca del río Congo, la cual posibilitó que prácticamente todo el territorio de África fuese conocido y cartografiado detalladamente por los europeos, con lo cual no quedaron ya zonas sin explorar en territorio africano. Como resultado, el interés de los países europeos en África aumentó considerablemente, donde el nacionalismo y el imperialismo influyeron para que diversos estados de Europa enviaran expediciones científicas y militares a territorio africano con el doble fin de conocer las posibilidades de explotación económica e instalar guarniciones y puestos comerciales que asegurasen su presencia y control efectivo antes que otros competidores.

Tras la Conferencia, sólo dos países africanos conservaron el derecho a preservar su independencia: Etiopía y Liberia (la cual estaba bajo la protección de los Estados Unidos de América).

(10) Horatio Herbert Kitchiner, famoso militar y político británico de origen irlandés que fuera nombrado comandante en jefe de las tropas británicas en la India entre 1902 y 1909. Alcanzó la fama en su país al participar en la reconquista de Sudán (segunda expedición) para la Corona Británica entre 1886 y 1899. Ingresó en la Orden del Baño y fue nombrado Sirdar (jefe militar) del Ejército Anglo-Egipcio al que dirigió en la batalla de Omdurmán contra los sudaneses el 2 de septiembre de 1898. La victoria Anglo-Egipcia se debió en gran medida a las facilidades creadas por la construcción de líneas férreas en la zona que el propio Kitchiner había promovido. Ese mismo año, resolvió incruentamente el "Incidente de Fachoda" con las fuerzas coloniales francesas que pretendían extender su área de influencia hasta el río Nilo, evitando la guerra entre ambos países.

Antes de lo mencionado supra, en diciembre de 1899 Kitchiner se unió a los refuerzos británicos de Frederick Roberts enviados a Sudáfrica tras el estallido de la denominada "segunda guerra de los bóers", quienes en su gran mayoría eran guerrilleros y no soldados profesionales. Los bóers eran colonos de origen holandés-germánico, también llamados bóeres o voortrekker (pioneros) o, por ser blancos, afrikáneres. El nombre bóer viene del nombre común neerlandés boer (pronúnciese bu:r), que significa "granjero" o simplemente "campesino" (Bauer, en alemán).

Los bóeres vestían su ropaje cotidiano de granjeros, fabricados en paño de color caqui, algo que no llamaba notablemente la atención en el medio ambiente africano y que les permitió a estos expertos tiradores fustigar fácilmente a las tropas británicas a distancia, mientras que los uniformes británicos seguían siendo rojo escarlata, algo que llamaba notablemente la atención en el paisaje africano y que permitió a los bóeres, expertos cazadores y francotiradores, hostigar fácilmente a las tropas británicas a distancia.

En noviembre de 1900 Kitchiner sustituyó a Roberts como comandante en jefe de las tropas británicas ya que éste había caído enfermo, aplicando nuevas tácticas de combate que hoy se podrían calificar, sin dudar, de inhumanas. Kitchener tuvo asimismo el dudoso honor de organizar el primer sistema de campos de concentración en el siglo XX, donde cerca de 20 mil mujeres, niños y hombres bóeres, todos ellos civiles, murieron de hambre y mala atención entre 1900 y el final de la guerra, en 1902. (Fuente: Wikipedia the free encyclopedia)

(11) Conferencia de la Haya: Se conoce con este nombre a las dos conferencias sostenidas por diversos Estados en los años de 1899 y 1907. Se inspiraron en los trabajos de la conferencia de Bruselas de 1874 sobre la limitación de armamentos propuesta por el Zar Alejandro II, pero en la reunión de 1899 no se logró un acuerdo lo cual era el objetivo principal de la Conferencia. La Guerra Ruso-Japonesa de 1905 retrasó la celebración de una segunda conferencia, la cual se llevó a cabo en 1906. En esta Conferencia participaron 17 delegaciones de países latinoamericanos, lo que contrasta con la concurrencia registrada en la de 1899 donde sólo participó México. Además, las delegaciones integraron a grandes figuras del derecho y la diplomacia de estos países como: Ruy Barbosa, Roque Sáenz Peña, Luis María Drago, Francisco León de la Barra y José Batlle y Ordóñez quien presidió la delegación de Uruguay, y que fuera la que planteara la creación de una alianza para imponer a todos los países el arbitraje compulsorio (o sea, obligatorio) y la creación de un Tribunal de Arbitraje con sede en la Haya.

(12) Tumbarse: Significa que el proyectil da vueltas o gira sobre su centro de gravedad durante su volido, pudiendo quedar el extremo posterior hacia delante o bien pegar en el blanco de costado. En inglés: Tumbling.

(13) El revólver Webley & Scott Mark IV fue presentado por la empresa homónima a consideración de las FF.AA. británicas el 19 de Julio de 1921 en el calibre .38 Smith&Wesson (ó .38 corto), siendo rápidamente aceptado por ser más pequeño y liviano que el revólver en el calibre .455 Webley, del cual se dice que era una reproducción a escala. El cartucho adoptado para él fue el 38/200, cuyo proyectil alcanzaba en la boca de fuego una velocidad de 198 m/s (650 pps) y a 45 m conservaba una velocidad de 177 m/s. Para cumplir con las disposiciones sobre el uso de los proyectiles de las armas empleadas en casos de guerra, la bala de este revólver tuvo que ser totalmente encamisada. El 30 de agosto de 1922 el gobierno británico concede a la firma Enfield Arms Factory de Enfield (fábrica estatal de armas) la autorización para su fabricación obviando así a la empresa que lo diseñara originalmente, pasando ahora a denominarse Enfield N° 2 Mark I. Esta situación generó un pleito legal que culminó con el pago de una suma de 1.250 libras como compensación a la W&S. Pero durante la II GM, ante la necesidad de una mayor cantidad de armas de puño, el gobierno británico debe recurrir nuevamente a la empresa Webley & Scott para que fabricara este tipo de armas, llegando a producir alrededor de 120.000 revólveres Webley & Scott Mark IV en el calibre antes mencionado. Este arma estuvo en servicio hasta 1963. Es menester agregar que las FF.AA. británicas también usaron otras variedades de armas de puño además de los dos revólveres antes mencionados.

Pasada la IIGM numerosos cuerpos policiales de otros países como Israel, Canadá y Australia, entre otros, compraron este revólver Webley & Scott Mark IV que resultó ser de excelente calidad y competencia para el servicio policial estando en servicio hasta, aproximadamente, la década del 70.

Vanzetti Oscar Enrique

Médico Legista

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