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Municiones

Una revisión crítica sobre el poder de detención de los proyectiles de arma corta y la importancia médico legal - 1º parte

"Con las armas se defienden las repúblicas, se conservan los reinos, se guardan las ciudades, se aseguran los caminos [...] y se despejan los mares", Miguel de Cervantes

Autor: Vanzetti Oscar Enrique

Fecha publicación: 20/05/2010

NOTA: El presente artículo, con algunas modificaciones, correcciones menores y reformas ad hoc, pertenece a la tesina presentada por el suscripto durante el Curso de Postgrado en Medicina Legal realizado en la Cátedra de Medicina Legal y Toxicología de la Universidad Nacional de Córdoba, año 2003.

Introducción

La balística es la ciencia que estudia los fenómenos que le suceden a una bala o proyectil, la cual abarca desde que comienza la combustión de la pólvora que la impulsará, dentro del cañón del arma (balística interior), durante su vuelo por el aire (balística exterior), hasta que el proyectil termine el mismo (balística terminal o de efectos), haya impactado un blanco determinado. La balística intermedia estudia los fenómenos que se producen en el proyectil a la salida por la boca de fuego del arma, hasta que comienza la balística exterior, siendo particular para cada arma y cartucho.

Cuando el proyectil impacta a un objeto inanimado, produce un daño y todo lo anterior es materia competencia de un Perito Balístico.

Cuando el proyectil impacta en un ser vivo, más precisamente en un ser humano vivo y produce una lesión: la herida, acompañada o no de muerte del mismo, el profesional participante para estudiar los diversos aspectos de la Balística Médica Legal o de Efectos, será el Médico Legista o Forense.

La responsabilidad de los profesionales médicos estaría hoy íntimamente relacionada con los problemas de la Salud Pública producidos por las armas en general, junto a la de legisladores, políticos y científicos que participan, en diverso grado, en la construcción de armas cada vez más letales y contaminantes del medio ambiente.

Que nosotros admitamos o no el uso de armas de fuego no va a llevar a que neguemos su existencia, ya que ellas existen y son simplemente máquinas nacidas del ingenio humano.

Aunque nosotros queramos darles diferentes usos, los proyectiles de las armas de fuego tendrían como objetivo final impactar en tejidos animales o humanos. Nos puede horrorizar esta idea, pero sería la realidad.

En la República Argentina estaríamos desgraciadamente en presencia de una de las denominadas ?guerra de baja intensidad?. Tal es el grado de violencia e inseguridad en las calles de las principales ciudades de nuestro país que la muerte por manos de delincuentes, ya de agentes policiales, ya de civiles inocentes, se cuentan diariamente por decenas.

Esto sería motivo de que nuestras fuerzas policiales revieran con mayor atención, entre otros aspectos, el poder de sus armas cortas reglamentarias.

Pero ¿por qué elegir sólo el efecto de proyectiles disparados por armas de puños?

Es fácil darse cuenta que las armas cortas o de puño por su tamaño pequeño, o relativamente pequeño, poco peso y fácil ocultamiento entre las ropas, son usadas por numerosos individuos, entre ellos hay policías, ciudadanos honestos y también delincuentes.

Desde su aparición, las armas cortas fueron usadas por soldados. En las épocas modernas eran usadas por los Oficiales de las FF.AA. como símbolo de autoridad y para autodefensa.

También los civiles accedieron a defender legítimamente su propia vida utilizando armas de puño. Más tarde, los cuerpos policiales de los diversos países del mundo ante el auge evidente de la delincuencia, comenzaron a utilizar armas cortas y municiones de origen militar, para luego buscar armas y municiones acorde a sus funciones.

Pero el arma corta, para un policía de uniforme o vestido de paisano, representa en muchos casos, especialmente cuando se desempeña en soledad, el único medio a su alcance para defender su propia vida o la de otras personas, ante el ataque de delincuentes agresivos y violentos.

Es aquí cuando la existencia y accionar de un arma de fuego cumpliría un verdadero rol importante para con la sociedad, y es aquí donde deberá actuar, casi siempre, el Médico Legista o Forense.

En las primeras armas de fuego de avancarga y cargadas con pólvora negra, las balas eran grandes y estaban dotadas de una baja velocidad. Se trataba de aumentar la energía cinética de las mismas en base a un gran peso o masa del proyectil.

Cuando aparece la llamada pólvora blanca o sin humo a fines del siglo XIX, se consigue aumentar la energía cinética de los proyectiles no en función de la masa o peso sino aumentando su velocidad. Para ello las armas de fuego, tanto las pistolas y revólveres como también los fusiles, disminuyen su calibre y los proyectiles se hacen más veloces hasta que superan fácilmente, como en la actualidad, la barrera del sonido.

En el año 1904, es presentado por dos oficiales del Ejército de los Estados Unidos un informe suficientemente racional sobre el efecto de los proyectiles de armas cortas de esa época, por experiencias realizadas sobre animales vivos y sobre cadáveres humanos: fue el conocido ?Informe de la Comisión Thompson y La Garde?, el apellido de los dos oficiales encargados de los experimentos. (22)

Con las investigaciones de ambos militares, si bien estarían los procedimientos realizados lejos de ser considerados estrictamente científicos, se llegaría a la conclusión de que los proyectiles de arma corta serían más efectivos si tuvieran un peso elevado (dentro de lo balísticamente razonable) y baja velocidad. Este criterio llevaría al Ejército de Estados Unidos a adoptar el calibre .45 (11,25 mm) en la pistola semiautomática Colt Modelo 1911, y que estaría en uso, con algunas pocas modificaciones, de las Fuerzas Armadas de ese país por casi 80 años.

En Europa, mientras tanto, se utilizaban en general calibres más pequeños en las armas cortas militares y policiales, como el 7,65 mm Browning y el 9 mm Parabellum. Se puede mencionar como excepción a las FFAA del Reino Unido las que utilizaron como reglamentarios a revólveres en el calibre .455 Webley, hasta el comienzo de la segunda Guerra Mundial.

En los Estados Unidos, país siempre a la cabeza del desarrollo y fabricación de armamento, las fuerzas policiales comenzarían también a utilizar armas y calibres militares que demostrarían un buen poder de detención o ?Stopping-power?, que sería luego, esta tendencia, copiada por otros países del mundo, entre ellos el nuestro.

En la década del 60 comenzaría a fabricarse cartuchos para arma corta con características modernas, con puntas huecas y semiencamisados, que dotadas de una buena velocidad al impactar en el cuerpo humano se deformarían y aumentarían su efecto o poder de detención.

En la década de los años 70 se realizarían nuevos estudios y aparecerían opiniones de estudiosos de la Balística de Efectos que considerarían con especial atención la energía cinética de los proyectiles de arma corta, especialmente los de calibre pequeño, deformables y animados de alta velocidad.

Pero más tarde, al comienzo de los 80, adquiere importancia en este campo la profundidad a la que llega el proyectil en el cuerpo humano (capacidad de penetración), imprescindible para alcanzar órganos vitales cualquiera sea la posición que tenga el individuo impactado y producir así una importante hemorragia, factor de inmovilidad o del cese de la actividad del impactado.

También al final de esta década el Coronel Médico (R) Martin Fackler, publica un importante artículo sobre las heridas producidas por los proyectiles de fusiles militares en base a su experiencia adquirida en la guerra de Vietnam, afirmando que: ?para comprender la mecánica de la herida el patólogo forense debe establecer la dirección o ángulo del disparo, la profundidad que penetró, la posición (desviada o recta) y la forma en que lo hizo (deformado o fragmentado), además de la distancia a la que se estiraron las paredes del orificio después que pasara el proyectil?. (20)

Fackler afirmaba que lo importante en la herida es la cavidad permanente que produce el pasaje de la bala y utiliza un método llamado ?perfil de la herida? para conocer el comportamiento del proyectil, desde el momento en que éste hace impacto en el cuerpo humano. (20)

En 1992 sale a la luz un libro escrito por dos oficiales de policía de los Estados Unidos de América: Evan Marshall y Ed Sanow, que impactaría en el mundo de la balística de efectos y crean el concepto del ? Stopping-power inmediato ? que se debería producir con un solo disparo en el tórax, preconizando el uso de proyectiles de armas cortas con alta velocidad, deformables y con buena penetración, pero que no deberían romperse en su pasaje a través del cuerpo humano para poder penetrar adecuadamente, hasta alcanzar órganos vitales situados profundamente. (57)

El concepto moderno sobre el poder de detención de los proyectiles de arma corta sería el de la ?incapacitación inmediata?, o sea, la de impedir la acción del individuo impactado, en lo posible con un solo disparo, aunque no lesione zonas vitales imprescindibles para la vida. (61) Muchos tipos de balas para armas de puño habrían sido usadas hasta el día de hoy.

Los estudiosos de este tema seguirían enfrentados en concepciones ya conocidas: velocidad, peso, forma, dureza y ubicación del proyectil en el cuerpo humano.

Pero un nuevo concepto comenzaría a prender entre aquellas personas que deben decidir sobre armas, municiones, leyes y Salud Pública: que los proyectiles de las armas cortas deberían ser capaces de inmovilizar o detener a un individuo con un solo disparo, sin que sea necesario provocar la muerte del mismo y favorecer así su pronta recuperación, sin someterlo a sufrimientos crueles e innecesarios.

Quizás sería entonces verdad la existencia de la llamada ?bala humanitaria?.

Antecedentes Históricos

Se podría asegurar sin lugar a dudas que desde la aparición de las armas de fuego, a fines del siglo XIII o comienzos del XIV, siempre se trató de medir la potencia de las mismas.

Para ello, se utilizarían diversas formas, desde las más sencillas, como ser: comparando el ruido del disparo, el retroceso o ?patada? del arma, etc.

En 1636 Galileo Galilei pudo calcular la velocidad de un proyectil basándose en la parábola que éste describe. En 1740 B. Robin inventa el péndulo balístico, lo que permitirá medir con exactitud la velocidad de un proyectil.

A mediados del siglo XIX comenzaría a usarse la medición de la energía cinética para determinar la potencia de las armas de fuego, extendiéndose su uso hasta la actualidad.

El hombre, desafortunadamente, ha sido siempre un animal agresivo. De luchar contra los animales salvajes para alimentarse y sobrevivir, pasaría luego a luchar contra sus vecinos, cuando comienza a vivir en comunidad. (77)

Por siglos, los estrategas militares soñarían en diseñar un arma que les permitiera atacar a sus enemigos a distancia.

La primera referencia al uso de armas de fuego se remite a 1326 en Florencia, Italia. (78)

Al arma larga de avancarga, en su evolución, se le sumaría el arma de fuego corta o de puño, más transportable y fácil de manejar.

El arma corta militar fue al comienzo la pistola de uno o dos cañones, con un sistema de encendido acorde a la época. (31)

A mediados del siglo XIX aparecerían el revólver y la pistola de carga automática que progresarían sin cesar hasta nuestros días.

En el campo de las armas cortas o de puño la aparición de la retrocarga y de la pólvora sin humo produciría un cambio verdaderamente revolucionario que permitiría el desarrollo del cartucho metálico, la carga automática y la repetición.

Los proyectiles de las armas cortas también evolucionarían por etapas.

Pero el problema de la efectividad de los proyectiles de las armas de fuego aparece nuevamente a finales del siglo XIX, con la tendencia a reducir el calibre de las armas y aumentar la velocidad de sus proyectiles.

La aparición de las nuevas pólvoras sin humo permitió en su época aumentar la velocidad de las balas, pero también obligarían a disminuir el diámetro y peso de los mismos para hacer tolerable el uso del arma por parte del tirador.

Por otra parte, las condiciones en que serían usadas las armas de fuego fueron cambiando con el paso de los años y los fabricantes tratarían de adaptarse a ellos diseñando y fabricando armas más eficaces dentro de ciertas limitaciones.

Sin embargo, las malas experiencias a fines del siglo XIX en las campañas coloniales de algunas potencias mundiales, pusieron en evidencia que un arma de fuego efectiva en la vida normal, podría ser inútil ante circunstancias anormales. (21)

Ejemplo de lo antes mencionado se puede comprobar con lo sucedido con el revólver Colt Modelo 1892, doble acción, que fuera adoptado por el Ejército de Estados Unidos de América en ese año, en calibre .38 Long Colt. Este flamante cartucho, que se adaptaba a las nuevas tendencias de la época, utilizaba una carga de pólvora negra de 15,4 grains y una punta de plomo sólido de 150 grains , con una velocidad inicial de 750 pps .

Este nuevo cartucho pareció sortear sin grandes problemas la guerra Hispano-Americana de 1892, pero más tarde, en la campaña de EE.UU. en Filipinas (1899?1901), se mostró notoriamente insuficiente para detener a los indígenas agresivos y fanáticos que frecuentemente y también bajo el efecto de drogas estimulantes, atacaban a soldados y oficiales del ejército americano con resultados mortales, pese a recibir los indígenas filipinos durante el ataque graves y numerosas heridas de las armas reglamentarias, largas y cortas, sin ser derribados inmediatamente, siendo estas heridas producidas principalmente con proyectiles del calibre antes mencionado. (26)

Este evidente fracaso en el poder de detención del mencionado proyectil, lleva a que el calibre y el revólver que lo disparaba fueran suplantados de inmediato por aquellos grandes y viejos calibres (y armas) que él había reemplazado: .44-40 Winchester, .45 Long Colt y .455 Webley. (21)

Este fracaso del calibre .38 Long Colt en las Filipinas fue la razón que llevó al Ejército de los Estados Unidos a estudiar por primera vez el efecto del poder de detención (o Stopping-power) de los proyectiles de armas cortas vigentes en ese momento. (21)

La cualidad que debería poseer un proyectil para detener, poner fuera de acción o de combate a un herido (sea hombre o animal), aún cuando el impacto no interesara órganos, centros vitales o estructuras indispensables para la acción, ha sido definida con distintos nombres.

El ?Stopping-power? o poder de detención, capacidad para detener, frenar o inmovilizar, es la cualidad del proyectil a la que se hace referencia en el párrafo anterior. (31)

Se puede decir que es la aptitud de un proyectil para inutilizar al herido de inmediato, aún cuando no resultare de ello la muerte del impactado también inmediatamente por las lesiones causadas, e independientemente de la zona en que está ubicada la herida. (30)

También se utilizan otros términos para definir la efectividad real de los proyectiles de las armas de fuego portátiles: (31)

  • a - ?Shocking?power?
  • b - ?Knock-down?
  • c - ?Knock?out?

Todos serían términos anglosajones, de traducción no muy fácil, que se podrían considerar semejantes.

El concepto general del ?Stopping-power? significaría que cuanto más breve es el tiempo que transcurre entre el impacto y la inmovilización de la persona herida, mayor es el poder de detención o inmovilización del proyectil.

La OTAN define al "Stopping-power" o ?Poder de Detención? como: ? la puesta fuera de combate que es efectiva si una bala alcanza a un combatiente en el tronco, provisto de una ligera protección, que le impida cualquier reacción durante 30 segundos?, aunque también existen otros criterios. (7)

La capacidad letal o de matar de un proyectil, también llamada con términos anglosajones: ?Letal-power? o ?Killing-power?, no es sinónimo de aptitud para inmovilizar, derribar o poner fuera de acción. (21)

Esta capacidad de producir la muerte es muchas veces circunstancial, y puede estar relacionada con la localización del impacto (corazón, cerebro, médula espinal, etc.). (30)

Es así que la muerte, si bien puede ser consecuencia inmediata de la herida, también puede aparecer más tarde como consecuencia de la misma, o a causa de complicaciones agregadas. (31)

Un factor importante a destacar cuando se habla del "Stopping-power" de los proyectiles, sería tener en cuenta el objetivo o fin que se persigue por parte del diseñador cuando se vaya a utilizar un determinado tipo de punta o bala.

Al respecto, se pueden considerar dos grandes criterios, en función al destino que se persigue con un determinado proyectil: el criterio militar y el criterio policial. (64)

a) El Criterio Militar se fundamenta en los siguientes aspectos:

  • 1) "En la guerra se persigue, como meta suficiente, que el proyectil genere una herida que deje al soldado fuera de combate, lo que se llama en el lenguaje militar una baja. Algunos autores sostienen, en ese sentido, la conveniencia de que el hombre herido no muera, ya que de esta manera el herido produce un mayor desgaste, para su atención, en los Servicios logísticos y médicos.
  • 2) Poco interesa si el proyectil atraviesa al blanco humano, y luego con un rebote ocasional o no, hiere a otro enemigo. Al contrario, esto sería un beneficio agregado al proyectil.
  • 3) Se pretende que la bala posea un buen poder de perforación, lo que depende de su forma y peso, requiriendo para ello ojivas aguzadas y resistentes.
  • 4) El proyectil debe poseer la mayor posibilidad de daño potencial posible, el cual es una función de su alcance efectivo.
  • 5) Cumplir con lo establecido en el artículo 23 del Convenio de La Haya, del año 1899, donde, en la Declaración Anexa del mes de julio del mismo año expresa: ?Los países contratantes acuerdan en abstenerse de usar balas que se expandan, o aplasten fácilmente en el cuerpo humano, como proyectiles con cubierta dura que no cubran enteramente el núcleo o estén cortadas con incisiones?. O sea que se refiere a no utilizar balas o proyectiles que se deforman fácilmente después del impacto, aumentando el daño tisular y la gravedad de la herida".

b) El Criterio Policial

Veamos ahora cuáles son los objetivos que debe cumplir un proyectil para las Fuerzas Policiales y de Seguridad:

  • 1) "Producir lesiones con capacidad de neutralizar (hacer cesar la actividad física) con un solo disparo o impacto, al delincuente.
  • 2) Poseer la menor probabilidad posible de producir rebotes, tratando de evitar heridas a terceros inocentes.
  • 3) Disminuir la sobrepenetración, tratando en lo posible que el proyectil ceda la mayor cantidad de su energía cinética en el blanco impactado, sin menoscabo de su adecuado poder de perforación.
  • 4) Reducción del espacio de daño potencial, permitiendo con ello su empleo en lugares cerrados con mucho público, y al mismo tiempo tener el suficiente alcance para ser utilizados en exteriores, en tiros más largos".

En la República Argentina la utilización de este tipo de balas está prohibida a los legítimos usuarios de armas de fuego para ser usados en la defensa personal, pero no para el tiro al blanco o la caza de animales. (33)

Como podemos ver comparando ambos criterios, existiría una notable diferencia entre ambos y resultaría una tarea de difícil solución cumplir con los parámetros de cualquiera de ellos de manera parcial, y sería imposible tratar de satisfacer los dos al mismo tiempo.

Numerosos investigadores e instituciones oficiales, principalmente de los Estados Unidos de América, continuarían investigando después de Thompson y La Garde sobre el poder de detención de los proyectiles de las armas de fuego a la par que las nuevas investigaciones y desarrollos en el campo de la metalurgia, como en el de la Balística de Efectos o Médico Legal, permitirían fabricar nuevas armas y municiones que serían adoptadas por los diferentes ejércitos y fuerzas policiales en todos los países del mundo.

En la década de los 60 aparecerían los proyectiles de alta velocidad y punta hueca, que todavía siguen evolucionando. Más adelante también saldrían al mercado los proyectiles fragmentados y prefragmentados que estarían destinados a ser usados en situaciones especiales, como en caso de disparar dentro de aeronaves secuestradas o dentro de locales con numerosa concurrencia.

En las décadas de los 70 y 80 aparecen nuevos conceptos sobre el valor de la energía cinética, penetración y velocidad de los proyectiles y nuevos conceptos sobre las cavidades permanentes y transitorias.

Numerosos estudios y teorías, intentarían, todavía hoy, predecir el comportamiento de un proyectil en el cuerpo humano y su capacidad de detención o ?Stopping-power?, como se verá a lo largo de este trabajo.

Teorías sobre la efectividad de los proyectiles

En la historia de la efectividad de los proyectiles de armas de fuego, no podrían dejarse de ver las conclusiones a las que arribaron Thompson y La Garde a comienzos del Siglo XX.

Ya se mencionó anteriormente el fracaso que significó para Estados Unidos el uso del calibre .38 Long en su revólver Colt Modelo 1892, durante la campaña de Filipinas (1899 ? 1901). (22)

Como consecuencia de ello, una comisión del ?War Department? constituida en 1903 por el Capitán de Artillería John T. Thompson y el oficial médico Mayor Louis A. La Garde, tuvo a su cargo determinar mediante una serie de pruebas, que proyectiles de arma corta eran aconsejables para obtener un mayor y mejor efecto de detención (Shocking o Stopping-power) sobre seres humanos. (23)

Estos oficiales utilizarían, para someter a tests, antiguos proyectiles de gran masa y reducida velocidad como el .45 Colt y el .455 Webley, comparándolos con proyectiles modernos (de esa época) de menor peso y mayor velocidad como el .30 Luger y el .38 ACP. (Ver tabla N°1)

Tabla N° 1: Cartuchos utilizados en el Test Thompson-La Garde. (24)

También compararon proyectiles encamisados con otros enteramente de plomo, proyectiles sólidos con deformables, (puntas huecas y blandas) y así, en fin, puntas de distintas formas en ambos tipos. (22)

"El estudio se realizó en 13 vacunos vivos, a los que se les disparó en los corrales de Chicago, y además sobre cadáveres humanos, de una de las escuelas médicas de New York".

"Los vacunos utilizados fueron toros, vacas y bueyes, cuyos pesos oscilaron entre 900 y 1300 libras".

"Los disparos fueron dirigidos sobre ciertas partes, y evitadas otras".

El Test de Thompson?La Garde (presentado en 1904) midió la capacidad de las puntas para incapacitar a los animales o provocar colapso. (23)

"En las pruebas sobre cadáveres humanos se estudiaron la potencia para fracturar huesos y el balanceo de los cuerpos suspendidos por el cuello, para permitir así la apreciación de la oscilación o movimiento de balanceo impreso por el impacto. Esta moción, por lo general, proporcional al calibre, permitía deducir la capacidad de producir shock".

Como explicara anteriormente, se utilizó una amplia variedad de puntas, pero ninguna de las modernas puntas huecas fueron usadas en este estudio ya que las balas de alta velocidad y punta hueca no serían desarrolladas hasta mediados de 1960.

?La distancia de los disparos fueron tres: la mínima, a ?boca de jarro?, la máxima a 75 yardas y la media a 37,5 yardas?. (23)

"Las lesiones causadas eran estudiadas mediante el examen radiológico y la disección, apreciando los daños en segmentos óseos y el monto de los tejidos destruidos".

"Sobre animales vivos los disparos se hicieron a 2 ó 3 pies del animal, y se acordó en un máximo de 10 disparos que se suspendían si al cabo el animal no experimentaba serias molestias o la muerte".

Las consecuencias deducidas de estos estudios, resumidos, fueron los siguientes: (25)

En cadáveres humanos:

  • a) "En las epífisis de los huesos largos, los proyectiles encamisados de elevada velocidad provocaban trayectos con fisuras irradiadas o sin ellas, más bien que fragmentaciones; en cambio, éstas eran características de los impactos de balas de plomo de baja velocidad.
  • b) Las diáfisis de los huesos largos, por acción de los proyectiles encamisados, provocaban frecuentes fracturas en ?alas de mariposa?, fácilmente reparables. En cambio con los de plomo las fracturas son irregulares y multifragmentarias.
  • c) En el cráneo, paradójicamente, los proyectiles de alta velocidad y encamisados; causaron debajo del orificio de entrada, amplias fracturas de la tabla ósea, logrando muchas veces la salida por un gran orificio. Por el contrario, los de plomo de baja velocidad, producían poca fragmentación y a menudo quedaban alojados en el interior de la cavidad craneana que, según los experimentadores, lo atribuían a la deformación que sufría la bala al impactar en el punto de entrada y que al incrementar su diámetro dificultaba la penetración.
  • d) Los proyectiles encamisados sufrían poca deformación y que los de plomo, en especial los de cierta longitud, podían sufrir volteos capaces de aumentar su área seccional y exagerar los daños causados".

Sobre animales vivos se observó:

  • a) "Con el .30 Luger no se comprobó dolor ni shock, solo sorpresa. Solo después de 8 ó 9 disparos el animal demostraba disturbios, no ocurriendo la muerte al décimo disparo en ninguno de los utilizados para este calibre.
  • b) Con el .38 ACP y .38 revólver el shock aparecía luego de 7 tiros. Con el .45 Colt apareció el shock después del cuarto o quinto disparo, mientras que con el .455 y .476 Webley los animales caían al tercer o cuarto impacto, siendo el shock aparente desde el primero.
  • c) El shock de los calibres reducidos no se acompañó de hemorragias ostensibles; en cambio con el .45, al segundo disparo, aparecían hemorragias por nariz y boca".

Las conclusiones fueron: (24)

  • 1. "Que para un arma corta de uso militar, el calibre más adecuado debía ser por lo menos el 0,45?.
  • 2. Con respecto a la forma de la punta fue neta la superioridad de las puntas blandas o semiesféricas sobre las agudas.
  • 3. Otra evidencia fue, que de dos proyectiles que desarrollan la misma energía, es más efectivo aquel que provoca, por su forma, mayor resistencia al avance. Por Ej.: el .455 Webley ?Manstopper? y el .45 Colt tienen la misma energía (288 libras/pie), sin embargo el primero goza de un ?Stopping-power? superior debido a la amplia cavidad tallada en la punta. También el .476, con solo un 9% más de energía, aparece como mucho más efectivo debido en parte a la forma semiesférica de su punta, de su peso 1/3 mayor, y a la facilidad con que puede voltearse a causa de su mayor longitud".

?En resumen, se puede decir que las pruebas realizadas por la Comisión Thompson-La Garde concluyeron con una ventaja notable para los proyectiles pesados y lentos, siendo ésta la razón que llevó a la adopción del calibre .45 ACP como cartucho de dotación para la nueva pistola Colt 1911, que fuera reglamentaria del ejército americano por casi 80 años".

Estos test se realizaron con una rigurosidad científica muy alejada a lo que se podría obtener en nuestros días, pero pese a ello el resultado fue sumamente lógico, ya que recién comenzaban a aparecer los proyectiles rápidos y livianos, así como las nuevas pólvoras que favorecían éstas características.

?El Test Thompson-La Garde sería la base de la teoría del ?Stopping-power? que algunos utilizan aún en nuestros días, a pesar de existir a posteriori estudios muy superiores.

Desde el punto de vista comparativo, es indudable que permitiría extraer conclusiones, pero ellas tienen solo ese valor limitado.

Cada uno de los efectos obtenidos con un proyectil, no se homologa con lo que él es capaz de provocar en la realidad, especialmente cuando se consideran blancos humanos, como sería en el caso de las armas cortas.

En efecto: no puede asimilarse el efecto de un proyectil sobre un cadáver, con el que causa en el ser vivo. No sólo cuentan la diferente consistencia, elasticidad, plasticidad y resistencia de los tejidos (mucho más cuando ellos han sido alterados por la fijación), sino también la falta de las reacciones características de los tejidos vivos ante la agresión?. (24)

Por otra parte, la reacción de un animal ante una agresión súbita, no puede homologarse a la del ser humano. Es evidente que efectuando disparos con el .30 Luger, podrá ser necesario un número superior a 10 para abatir un bovino, pero bastarán 1 ó 2 para causar la muerte o graves trastornos en el hombre, aún cuando (como se dispuso en los tests), no se provoquen daños de ninguna estructura vital ni indispensable para la acción. (24)

El Mayor General Médico Julian Hatcher, en 1927, refiriéndose a la efectividad paralizante (Stopping-power) de las municiones de arma corta, da origen a la llamada Teoría del Stopping-power Relativo (Relative Stopping Power o RSP) basándose en los estudios de Thompson-La Garde, teoría que fuera considerada por décadas casi como palabra sagrada, por los amantes y favorecedores de los grandes calibres en armas de mano. (25)

Hatcher sostenía, que era posible valorizar el "Stopping-power" de los proyectiles de arma corta, multiplicando la energía cinética por el cuadrado del área (en pulgadas) del orificio tallado, o en otros términos, el área seccional, y por el coeficiente de forma, dada la influencia de ésta en la efectividad. (26)

Ejemplificando lo dicho en una fórmula vemos que: (46)

RSP = m. Vo. A. S / 450

En donde:

  • m = Masa o peso de la bala en grains
  • Vo = Velocidad de impacto en pies / segundos
  • A = Área frontal de la bala en pulgadas cuadradas
  • S = Factor de forma y material
  • 450 = Es una constante

Hatcher opinaba que era posible actualizar las antiguas tablas de "Stopping-power", reduciendo en 10% los valores para los proyectiles encamisados y aumentando la misma proporción para los proyectiles de plomo desnudo con punta roma (como el .45 Long Colt, de revólver); en tanto que el aumento debería ser de un 25% para las de punta plana como los ?Wad Cutter?. (25)

Más tarde, Hatcher adoptó el criterio de valerse no de la energía del proyectil, como sostenían algunos autores, sino de la cantidad de movimiento o moción del mismo al atravesar los tejidos. (26)

Esta moción o cantidad de movimiento, es conocida en cinemática (rama de la física que estudia el movimiento de los cuerpos) como ?momento o momentum?, y la utilizó con el fin de eliminar la excesiva importancia concedida a la velocidad, lo que hacía aparecer como muy efectivos a los proyectiles ligeros y de alta velocidad como el .30 Luger y el .30 Máuser. (26)

Con respecto a la energía cinética antes mencionada, se podría decir que es la energía que poseen los cuerpos en movimiento, ya sea en movimiento a través del aire (que se puede considerar como una masa gaseosa), o de un medio sólido (como los tejidos del cuerpo humano).

La energía (E) por definición, sería la capacidad para realizar un trabajo. Así, para levantar una carga de 2 Kg. a un metro de altura, se necesitaría una energía de 2 kilogramos por metro o kilográmetros (Kgm). También se puede medir en libras por pie (lbs/pie) o Joules (J).

La energía cinética (Ec), se puede expresar por la siguiente fórmula: (6)

Lo que es igual a decir:

En donde:

  • m = Masa (o peso)
  • v = Velocidad

Se podría observar en ésta fórmula, que para su cálculo se considera al ½ de la masa del proyectil, o sea la mitad de su peso, pero la velocidad del mismo se halla elevada al cuadrado.

Sería precisamente la velocidad elevada al cuadrado, el factor que habría sido considerado de relevante y trascendental importancia por algunos autores en el mecanismo por el cual el proyectil, al ceder a su paso una cantidad de energía directamente proporcional a su velocidad, sería la causa de las lesiones en los tejidos que rodean la trayectoria del proyectil.

En la consideración del ?momentum?, Hatcher le da una acepción que lo diferencia, para evitar confusiones, del llamado momento de fuerza con respecto a un punto o a un eje (MF), que es el producto de la intensidad de dicha fuerza por la distancia entre el punto o eje considerado y la recta de acción de la fuerza. (25)

Se puede representar con la fórmula:

M F = F. OD

La que se puede explicar por la siguiente representación gráfica:

Gráfico N° 1: (19)

En cambio, al ?momentum? (Mo), se lo considera como el producto de la masa por la velocidad. Que se puede expresar por la fórmula: (26)

Mo = m. v

De allí es donde ?momentum? corresponde a la cantidad de movimiento que posee el proyectil y que puede ser transmitida a un objeto contra el que impacta comunicándole a éste un desplazamiento o moción, que es el principio de funcionamiento del llamado péndulo balístico, y que desde antiguo se usaba para medir la velocidad de los proyectiles. (26)

Considerando el ?momentum? con este criterio, cobra así mayor importancia la masa del proyectil que su velocidad. (26)

Los valores del ?momentum? se expresaban en libras por pie (lbs. pie), y se obtienen multiplicando la masa (igual al peso en libras) por la velocidad (en pies por segundos).

La masa, se obtiene dividiendo el peso del proyectil (en libras) por la constante de la gravedad (32,16 pies/seg ² en unidades inglesas, y en el sistema métrico 9,81 m/seg2) y para convertirlo en grains al resultado se lo divide por 7000, que es la cantidad de grains que hay en una libra, que es la forma de expresar comúnmente el peso de las balas. (26)

De allí que ?momentum? se pueda expresar por la siguiente fórmula:

O sea, finalmente:

Y dejando el denominador como un número entero (225) y multiplicándolo por el medio de la masa (1/2M), según Garasini Alfredo (75), se obtiene en el denominador, el número 450, que es una constante y es igual al de la fórmula del ?Stopping-Power Relativo? de Hatcher, o sea: (26)

Lo que es igual a:

Y recordando:

Que también es idéntico al denominador modificado del cálculo de la energía cinética de los anglosajones, según Marshall Sanow: (56)

En donde:

  • K E= Energía cinética, en libras por pie
  • Bw = Peso de la bala, en grains
  • Vo = Velocidad en la boca, en pps

Pero según A. Garasini la fórmula anglosajona correcta de la Ec sería, como se puede deducir de lo supra expuesto (y que es la más común en la literatura sobre balística):

Según algunos autores libra por pie sería la cantidad de energía necesaria para levantar un peso de 1 libra, a un pie de altura, en contra de la fuerza de la gravedad (una libra por pie es igual a 0,1383 kilográmetros).

?Si solo se conocen la energía y la velocidad, el momento se obtiene dividiendo la primera por la segunda (26). Obtenido el momento, se le multiplica por el área seccional (en pulgadas cuadradas) y por el factor de forma, que se puede representar por la fórmula?: (25)

En donde:

  • Mo = Momentum
  • A = Área seccional
  • S = Factor de forma y material

?Se logra así el Stopping-power relativo, en forma de un guarismo con decimales, y para facilitar las comparaciones, puede procederse de manera de obtener números enteros, para lo cual basta considerar la unidad para el coeficiente de forma como 1000 en lugar de 1; con ello fracciones como 0,5 y 0,8 se transforman en 500 y 800 respectivamente?. (26)

Este método proporciona resultados concordantes a los expuestos por Thompson y La Garde, haciendo jugar un papel primordial al peso del proyectil y restando importancia a la velocidad y al igual que la EC es buena para comparar cartuchos de similar calibre. (34)

Sin embargo, el autor señalaba que no era aplicable sino a las municiones de armas cortas, ya que en las de fusil, el factor inestabilidad introducía variantes en relación con la velocidad y longitud, que escapaban a las posibilidades de estas tablas. (34)

La teoría de Hatcher se basó también en datos que proporcionaron resultados obtenidos en el uso de proyectiles subsónicos no expansivos. Pero autores modernos no pudieron actualizar esta teoría al incluir resultados obtenidos en tiroteos reales, donde se emplearon proyectiles expansivos de alta velocidad pues los índices del Stopping-power relativo no coinciden allí con el Stopping-power real. (29)

Elmer Keith definía la efectividad como ?capacidad para derribar? (Knock?down o Kd), y la reducía al momento (peso en libras multiplicado por velocidad en pies y dividido por 7000). En fórmula: (29)

John ?Pondoro? Taylor mejoraba la fórmula de Keith introduciendo el factor diámetro del proyectil (calibre) y la llamó Knock-Out Power. (24)

El ?Knock?out? de Taylor (Ko) (capacidad para poner fuera de acción) se obtenía multiplicando el momento por el calibre (o diámetro del proyectil): (27)

Este valor permitiría comparar distintos calibres pero siempre que sean balas sólidas, no expansivas, para caza mayor, o para arma corta. Pero la distorsión de este método aparece al no considerar la expansión del proyectil al impactar en el blanco.

Sin embargo, las teorías basadas en el momento han sido discutidas.

Von Rosemberg opina que ellas no son exactas dado que, teniendo en cuenta que la producción de una herida requiere un trabajo, es la energía (o Energía Cinética) del proyectil el factor que debe considerarse con preferencia. (27)

A modo de ejemplo este autor compara distintos proyectiles, a saber: (Ver tabla N° 2)

Tabla N° 2:

?Si se comparan (1) y (2) se verá que un aumento del 10% en la velocidad eleva la energía en un 21%, en tanto que el momento solo es incrementado en un 10%. Comparando con el (3) vemos que si además el peso es aumentado en un 10%, la energía se reduce en forma análoga (10%) mientras que el momento no varía. (27)

El proyectil (4) muestra que un aumento de 100 grains en el peso no varía el momento.

En cambio el (5) evidencia que un aumento del 50% en la velocidad, eleva la energía en un 125%; en tanto que el momento lo hace sólo en un 50%.

Lo mismo puede verse con el proyectil (6).

Los (7) y (8) muestran dos proyectiles de fusil Sharps de análoga energía: uno de gran peso (550 grains) y reducida velocidad, y otro de peso menor (200 grains) pero más veloz.

Los momentos son 80 y 48 respectivamente".

O sea pues, que no existe paralelismo entre los valores del momento y la efectividad real de los proyectiles, especialmente cuando juega un papel importante la velocidad, y cuando el peso del proyectil puede variar entre amplios límites. (27)

El valor del momento, en suma, es bueno para comparar cartuchos de similar calibre, pero cuando los diámetros son muy diferentes, los valores se distorsionan. (27)

Smuts hace notar que las teorías que se basan en el momento no consideran el cuadrado de la velocidad; y es precisamente este valor el que juega un rol importante en los calibres Magnum y Wildcats que tienen un éxito indudable. (27)

También considera que en la herida cobra más importancia el volumen de los tejidos dañados que el área de sección de los trayectos. Y que en este volumen debe concederse gran valor a los tejidos que rodean al canal de la herida y que son asiento de paralizaciones funcionales y alteraciones anatómicas diferidas (delayed desintegration), de severidad y extensión variables. (27)

Considera además Smuts que cuando el impacto no compromete estructuras vitales, y aún si así fuera, el shock, factor de inmovilización inmediata, depende de la cantidad de tejido alcanzado por la supresión funcional. (27)

O sea, que en la herida interesa el volumen total de elementos comprometidos.

Smuts, para acercarse más a la realidad, considera entonces no solo el diámetro de la zona agredida, sino su cuadrado, y también recuerda que el daño será acelerado por la rapidez del proyectil, convirtiéndose así en una función de su velocidad. Pero sobre éste hecho no todos los autores están de acuerdo. (28)

Smuts llama ?Lethal potencial? (potencial letal) a la capacidad potencial de destrucción tisural del proyectil, y establece que ella es proporcional al volumen total del trayecto y tejidos alterados que lo circundan, o lo que es lo mismo al área de sección transversa (cuadrado del diámetro).

Sobre estas bases Smuts propone una nueva fórmula para valorar el ?Lethal potencial? (LP). (28)

Donde:

  • D = Calibre del proyectil en pulgadas
  • E = Energía inicial del proyectil en libras/pie2
  • 10 = Tiene por objeto proporcionar guarismos más manejables

"Con esta fórmula de LP, según el autor, se proporciona no sólo el poder shockeante sino también la capacidad de penetración".

Pero esta fórmula no podría aplicarse a todos los casos, ya que el factor penetración debe considerarse con especial cuidado cuando se utilizan proyectiles expansivos actuando sobre diferentes tipos de blancos, con grandes volúmenes y densidad de tejidos, como en los animales de caza mayor.

En resumen, Smuts considera que la capacidad de derribar (Stopping-power) está unida al peso y cantidad de movimiento del proyectil, pero que la capacidad de causar shock es una función de la energía. (28)

Según algunos autores todos los métodos o fórmulas antes vistos tendrían en común de que consideran solo la capacidad del proyectil de liberar energía, y que todos los proyectiles expansivos se expandirían de igual manera, y que no lo harían los que no sean expansivos. Además, tampoco se tendrían en cuenta las características del blanco.

Ed Matunas, al respecto, desarrolló dos fórmulas:

En la primera desarrolla una fórmula que permite hallar el peso óptimo de la presa que se puede cazar deportivamente con un calibre determinado, así también como la máxima distancia a la que se le puede tirar. (35)

El autor la denominó ?Optimum Game Weight? (OGW), algo así como peso óptimo de la pieza, y que se representa por la fórmula: (35)

En donde:

  • Ve = Velocidad del proyectil en pps
  • m = Peso del animal, en libras
  • C = Constante, que varía según sea una pieza de caza mayor o menor

El resultado de la ecuación se expresa en libras, pero no es un valor determinante, ya que es difícil establecer con exactitud el peso de un animal salvaje, y además no se tienen en cuenta los diferentes diseños de puntas para un mismo calibre.

Con la segunda fórmula, inventada por Matunas, se pretende salvar las fallas del OGW, y con ella el autor intenta determinar el Índice del Poder (IP), y se representa como sigue: (35)

I P = EC. ET. Dv. 37, 21

En donde:

  • Ec = Energía cinética
  • ET = Es el valor de la energía transferida
  • Dv = Valor del diámetro

"El valor 37,21 resulta de considerar que una punta hueca, calibre .357 Magnum, de 158 grains de peso, y con una velocidad de 875 pps (calibre con valores considerados como lo mínimo para la defensa personal) , tiene que dar un valor de IP igual a 100".

El valor de ET está determinado por la forma y la deformación de la punta, según resultados en pruebas realizadas disparando contra papel húmedo. (35)

Para Matunas, el IP fue diseñado especialmente para armas cortas, y los resultados de los cálculos teóricos obtenidos con ésta fórmula se corresponden sin discrepancias con los resultados obtenidos en las calles, en tiroteos reales. (35)

Matunas establece un ranking de acuerdo al valor de IP que desarrolla el cartucho. Si el IP es menor a 24, no se debe usar para la defensa personal. (36)

"Con IP entre 25 y 54, pueden ser usados para defensa, pero la bala debe colocarse en un lugar adecuado para ser efectiva. También se pueden usar para caza menor.

Valores de IP entre 55 y 94, se corresponden con calibres usados comúnmente para la defensa personal, pero son considerados como marginales.

Valores de IP entre 95 y 150, son considerados como los cartuchos ideales para ser usados por las fuerzas policiales, y también en la defensa personal.

Los cartuchos con valores de IP entre 151 y 200, son buenos para defensa, pero producen un retroceso excesivo que dificulta el uso del arma por el tirador.

Valores de IP mayores a 201, se hallan en calibres aptos para ser utilizados en la caza mayor, pero son excesivamente potentes para la defensa personal".

En la siguiente tabla N° 3, puede verse el IP de algunos calibres de arma corta: (37)

Tabla N° 3:

En donde:

  • Cañón: Largo en pulgadas
  • Punta: Peso en grains
  • En. Cin: Energía cinética
  • Exp: Expansiva

Otro método para calcular la efectividad de un proyectil, es la desarrollada por John Wootters, cazador y escritor norteamericano, quien considera un factor llamado Letalidad (L) y que se expresa por la siguiente fórmula: (34)

L = Ds. Ec. D

En donde:

  • Ds = Densidad Seccional
  • Ec = Energía Cinética
  • D = Diámetro del proyectil

Para calcular el valor de la Letalidad de Wootters, es necesario conocer la Densidad Seccional (DS) del proyectil. (34)

Como la DS representa la capacidad penetración de un proyectil, y que se obtiene dividiendo el peso del mismo (en libras) por el cuadrado del diámetro, en pulgadas, o sea:

Luego sería:

L = DS . Ec . D

De donde se puede inferir que a mayor peso para un determinado diámetro, le corresponderá a ese proyectil mayor penetración. (34)

Simplificando la fórmula, que es bastante complicada, ésta definitivamente queda así: (34)

En donde:

  • Mo = Momento
  • D = Diámetro del proyectil

"O sea que en esta fórmula, el valor de L está más relacionado con el valor del momento que con el de la energía cinética, y es inversamente proporcional al diámetro del proyectil".

Esto querría significar que si se aumenta el diámetro de una bala, al compararla con otra, y manteniendo igual en ambas el momento, el valor de L disminuye. Pero como en esta fórmula se privilegia la penetración del proyectil (es decir la alta DS) este valor permitiría comparar calibres muy diferentes entre sí, obteniéndose valores de L que se compensarían en la práctica.

Tabla N°4 (*): Valores comparativos de Energía Cinética (Ec), Momento (Mo), Knock-Out (Ko) y Letalidad (L) en cinco calibres de uso frecuente en la caza deportiva. (36)

(*) Se tomaron como ejemplos los calibres más comunes en nuestro país.

Aclaración de siglas:

  • W = Winchester
  • W M = Winchester Magnum
  • R M = Remington Magnum
  • Gov. = Government ( o Modelo del Gobierno)
  • H H = Holland and Holland

Aplicando esta ecuación, por ejemplo para animales de caza mayor de gran peso (ciervo Colorado para arriba) nos podemos explicar el por qué de la importancia del diámetro. Si tomamos como ejemplo al valor L del .300 WM, de 180 grains, con un momento de 76, es de 293 contra 299 del .375 HH, con un momento de 85, pero como esta fórmula favorece a los calibres de menor diámetro, esto se compensa con la diferencia de calibre y no debería haber diferencia en el resultado. (37)

Pero las investigaciones sobre el efecto de los proyectiles de las armas de fuego continuarían preocupando a muchos estudiosos del tema.

En 1972 el National Institute of Justice (NIJ) de Estados Unidos de Norteamérica crea un proyecto, y dedica un equipo de personas, para estudiar la balística terminal de la munición de arma corta de uso común por la policía, con el propósito de poder aportar a ellas un nivel de predicción realístico y confiable en el "Stopping-power" de la munición que eligieran para el cuerpo policial. También serviría, luego, para los usuarios civiles, una vez que las municiones testeadas fueran vendidas al público. (47)

"Con los resultados de este trabajo se estableció el denominado Índice de Incapacitación Relativo (Relative Incapacitation Index o RII) y un primer informe se presentó al NIJ, en 1975."

En 1981 y en 1985 se realizarían nuevamente los test, para poder incluir las nuevas municiones desarrolladas hasta ese momento.

Estos tests fueron supervisados por numerosas personalidades y representantes de organismos oficiales de USA., como ser el US Army Human Engineering Laboratory y The University of Maryland Shock Trauma Unit, entre otros. (47)

"Se tomó como base para este estudio los datos obtenidos, en cuanto a la ubicación de los disparos en el cuerpo humano, los provenientes de pruebas realizadas por soldados del U S Army, disparando bajo estrés o bajo presión, con pistola Colt Modelo 1911 - A 1 calibre .45 ACP y lo más rápido que fuera posible, a blancos que aparecían súbita e inesperadamente, a una distancia promedio de 33 yardas".

?Los soldados fueron instruidos para que sólo trataran de acertar a la figura blanco, como objetivo principal?.

?Finalmente, se seleccionaron los promedios de resultados con blancos obtenidos a una distancia de 7 yardas, y la distribución de los disparos (entre los errados, los periféricos y de pobre valor, y los mejores ubicados) fue como puede suceder en la realidad. Este procedimiento tenía como objetivo determinar con precisión una variable tan importante como es la ubicación del impacto?.

?Para simular a los tejidos vivos humanos, se utilizaron bloques de gelatina balística al 20% (que según los efectores del test se aproximan mejor a los tejidos vivos del ser humano) y se calculaba la Cavidad Temporaria Máxima que se formaba por el impacto de los proyectiles, sobre esos diferentes bloques?.

?La Cavidad Temporaria Máxima (CTM) fue definida, para este estudio, como: una línea curva que une los puntos de máximo desplazamiento temporario alrededor del paso de la bala y se representa por un conjunto de números que indican el estiramiento de un tejido simulado, dependiendo del calibre, diseño y velocidad de una bala en particular?.

"Si bien el volumen de la CTM puede cambiar con la construcción y velocidad del proyectil y el final del canal de la herida puede que no; el volumen de la CTM fue elegido, en este estudio, para medir la performance de la bala".

Con el uso de Rayos X, y de cámaras fotográficas de 10.000 cuadros por segundo, el equipo del NIJ fue capaz de medir con precisión, el diámetro, profundidad y forma de la CTM para más de 140 calibres de armas de mano.

Una vez obtenidos los valores, estos se llevaban a un cuerpo humano que estaba representado por una figura humana computarizada bidimensional, como modelo matemático (computer man).

Este ?hombre de la computadora?, desarrollado por el US Army, estaba dividido desde la cabeza hasta los pies en secciones horizontales de 1 pulgada de grosor, y luego, cada sección dividida en segmentos de 2 x 2 x 1 pulgada.

Un equipo de médicos del University of Maryland Shock Trauma Unit, codificó cada segmento de esos ?tejidos? de 0 a 10, (Ej.: piel = 1; tejidos con mayor cantidad de vasos = 7; cerebro = 10; etc.) de acuerdo a como contribuyera el tejido que se hallara, en cada segmento, a la incapacitación instantánea de un cuerpo humano.

Para realizar esta valoración, los médicos debían considerar en la vida real a un oficial de policía que debía usar su arma corta, en un contexto de peligro y bajo estrés, disparándole a un delincuente a 21 pies de distancia, incapacitándolo inmediatamente.

Con una computadora, se ?dispararon? 10.000 proyectiles al ?computer man? usando exactamente las posibilidades de impactar que tuvieron los soldados, disparando, con armas de mano, bajo estrés y con la misma ubicación estadística de los impactos que ellos obtuvieron.

Los disparos simulados se hicieron de frente al ?computer man?, y cada uno fue, por medio de la computadora, seguido a través de todo su camino por el ?cuerpo humano? teniendo el control, en cada segmento, sobre que tipo de tejidos del cuerpo impactaba el proyectil, y a que profundidad penetraba. La computadora combinó la probabilidad de ser impactado (el segmento) y el tipo de daño que se produciría con un proyectil determinado en un escenario de gran estrés, y surge así el llamado Indice de vulnerabilidad (Vulnerability Index) o IV.

El IV fue recopilado para cada segmento y para cada uno de los 10.000 disparos y representa la vulnerabilidad relativa del cuerpo humano según la profundidad o penetración de la bala, en disparos realizados de frente. De la combinación del IV y de los valores de la CTM se obtuvo el Índice de Incapacitación Relativo (Relative Incapacitation Index o RII)?. (48)

FIGURA del ?COMPUTER MAN? del NIJ

El RII es una combinación de esos dos ítems, y categoriza a un cartucho, según Marshall y Sanow, "basándose en un contexto realista, donde debe tenerse en cuenta la capacidad del tirador, la anatomía humana y las características de la bala". (49)

Los resultados del NIJ, se pueden resumir como siguen: (49)

  • 1) "Velocidad del Proyectil: es lo más importante, ya que de ella y de la energía en el momento del impacto, dependen las medidas y la forma de la CTM de la herida. Las puntas huecas dependen de una velocidad mínima para poder deformarse o expandirse, lo que afecta al porcentaje de energía transferida a los tejidos.
  • 2) Construcción: según el material con el que están construidas, depende su capacidad para deformarse. Las puntas huecas necesitan por lo menos 705 pps. de velocidad para comenzar a expandirse.
  • 3) Calibre: los calibres más grandes producen un mayor RII.
  • 4) Forma: la forma de la ojiva (o punta) que facilita la expansión del proyectil puede producir un RII más alto.
  • 5) Zona Impactada: el RII depende del lugar impactado por el proyectil. Es aconsejable ubicar el impacto por arriba de una línea imaginaria que pase por ambas axilas, lo que ofrece una mayor probabilidad de incapacitación instantánea que uno convencional, ubicado en el medio del torso, lugar conocido como centro de masa, especialmente para cargas que no penetran profundamente o que no producen gran daño tisular".

Resumiendo sobre las experiencias o tests del National Institute of Justice (NIJ), puede decirse que: (50)

  • 1) "Los calibres de armas de puño .38 SPL, 9 mm Para. y .45 ACP, con una velocidad por encima de la mínima para producir la expansión de sus puntas huecas, y un RII entre 10 y 30, producen una suficiente incapacitación en un ser humano.
  • 2) Un RII igual o menor de 10, produce una Cavidad Temporaria de bajo volumen, y un índice mayor de 30 puede hacer que un proyectil lleve a la sobrepenetración.
  • 3) El estudio del NIJ (RII) recomienda el empleo de balas de punta hueca y velocidad elevada en las armas de puño policiales, considerando aptos aquellos proyectiles que penetran en el tejido humano en disparos realizados de frente, entre 6 a 8 pulgadas, los que se consideran suficiente para alcanzar órganos vitales y producir la incapacitación de un delincuente, en combate.
  • 4) El RII privilegia el uso de proyectiles que tienen gran capacidad de deformación con la máxima penetración, de modo que la transferencia de energía a los tejidos crea una gran Cavidad Temporaria, lo que produce un mayor daño tisular y funcional y por lo tanto la mayor incapacitación inmediata o Stopping-power inmediato".

Pero el RII, no estaría exento de puntos débiles y de críticas, como podremos ver:

1) El Dr. Vincent Di Maio, según Marshall y Sanow en su libro ?Handgun Stopping-power: the definitive study? (El estudio definitivo del stopping power), dice que: ?no debe usarse solo la Cavidad Temporaria por Estiramiento (Temporary Stretch Cavity) para predecir la característica del daño producido, salvo en casos de usar cargas magnum, como el .44, .41 o .357 Magnum, ya que, sostiene, hay tejidos blandos del cuerpo humano que pueden soportar el ?estiramiento? sin sufrir roturas, con la excepción de tejidos en órganos como hígado, bazo y riñones?. (50)

2) Por otro lado, en esta metodología empleada, la penetración se tendría en cuenta sólo para disparos realizado de frente, mientras que de acuerdo a experiencias del ?Institute of Forensic Sciences?, de Dallas, el 70% de los oficiales de policías involucrados en tiroteos reales, realizan disparos ?nonfrontal? a delincuentes, ya sea que se hallen de costado (atravesando el torso) o tres cuartos de perfil delantero o trasero. (50)

Esta situación hace necesario que la penetración de los proyectiles sea mayor, de 12 a 15 pulgadas, y lo mismo sucede con las personas agachadas o en posición prona. (50)

Lo antes mencionado llevaría a que algunos autores consideren el ?reshoot?, o sea disparar más de una vez, para poder obtener una penetración segura (e incapacitación inmediata) y evitar la posible respuesta agresiva del delincuente.

  • 3) En el RII se tuvo en cuenta principalmente la CTM y no la penetración del proyectil ?per se?, por lo que algunas balas policiales con buen RII (entre 10 y 30) podrían producir heridas bastante superficiales, con peligro para el tirador. (50)

Por todo lo expuesto por Marshall y Sanow en el libro antes mencionado, los autores consideran que el RII debe ser reconsiderado y calculado nuevamente, hecho no producido hasta la publicación de la obra mencionada. (50)

En un apretado resumen, se podría decir que los estudios del NIJ concluyeron considerando que la velocidad del proyectil era el factor clave para la eficiencia del mismo y de su poder de incapacitación o Stopping-power, siendo esta conclusión lo opuesto a lo que se venía sosteniendo, por muchos autores, durante años.

Pero un hecho policial ocurrido el 11 de abril de 1986 en Miami, a las 10:40 a.m., entre dos delincuentes bien armados con armas cortas y largas semiautomáticas, de alta capacidad de munición y poder de fuego y dispuestos a no rendirse y siete agentes del FBI más un oficial de la policía estatal, tendría importantes repercusiones sobre las tácticas y elección de armas, calibres y municiones. El famoso tiroteo duró solo 5 minutos y se dispararon 144 tiros. (53)

Este acontecimiento conocido como ?La Masacre de Miami?, echaría por tierra las conclusiones del anterior estudio, ya que los hombres del FBI, avezados policías y con buen entrenamiento (aunque cometieron muchos errores técnicos y tácticos) estaban armados con municiones que seguían las recomendaciones del Protocolo de 1973 del NIJ, y demostraron no ser suficientemente aptas para detener a los dos criminales involucrados, ambos bien armados, con mucha práctica en tiro y dispuestos a vender cara sus vidas.

Las municiones utilizadas en ese momento por los hombres del FBI fueron cartuchos calibre 12/70 con postas, cartuchos 9 x 19 mm Parabellum, Silvertip, JHP de 115 grains, para pistola semiautomática, y cartuchos .357 Magnum, JHP, para revólver.

Es de destacar, como ejemplo, que uno de los delincuentes recibió en el pecho, al comienzo del tiroteo, un impacto que seria mortal pero sin efecto de incapacitación inmediato, ubicándose luego la bala en el lóbulo inferior del pulmón derecho; y luego otro, después de atravesarle el brazo derecho, pero deteniéndose el proyectil cerca del omóplato del mismo lasdo, sin producir una lesión grave. Ambas heridas fueron producidas por una bala 9 mm P. Silvertip de 115 grains, SJ-HP. En total recibiría 12 disparos. (53)

En los minutos de sobrevida que le quedaron, el delincuente herido disparando con una carabina Ruger Mini-14, calibre .223 Remington, pudo matar a dos agentes del FBI y herir gravemente a otros, para ser luego muerto con un impacto en la cabeza, disparado por uno de los agentes heridos desde un revólver SW con cañón de 2?, calibre .38 SPL, con una bala + P, SWC-HP, de 158 grains.

El otro delincuente también sería finalmente abatido, después de recibir en total 6 impactos. Pero de los siete agentes del FBI dos murieron y cinco recibieron graves heridas de bala.

Este grave incidente obligo al FBI rever sus tácticas, técnicas, armas y tipo de municiones.

Más tarde, el Instituto de Ciencias Forenses del Sur de Dallas, Texas, (Southwestern Institute of Forensic Sciences, o SIFS) utilizó un método específico para estudiar la entrega de energía de los proyectiles de arma corta en los tejidos, usando como tejido simulado gelatina balística al 20%. (52)

Según el SIFS, la entrega de energía por parte del proyectil debe ser entre el 75% y el 90% de su energía total y en una cantidad de por lo menos 200 libras por pié de energía. Si bien estas cifras no tienen una relación directa para establecer el ?Stopping-power? de un cartucho, aunque los resultados se asemejan a los ?de las calles?, de tiroteos reales, una cifra por debajo de 75 podría producir subpenetración, y por encima de 90 sobrepenetración. (52)

Ante las evidencias de que el poder de detención de los proyectiles de arma corta utilizadas por las fuerzas policiales de algunos Estados no producían el efecto deseado a pesar de usar el tipo de munición aconsejada por el NIJ (RII), el 15 de setiembre de 1987 el FBI patrocinó el ?Wound Ballistic Workshop? (WBW) o Taller de Balística de Heridas en la Academia de Quantico, Virginia, adonde concurrieron prestigiosos expertos en armas de fuego y en heridas de bala, como el Dr. Vincent Di Maio, médico Jefe del Bexar County, Texas; el Sargento Evan Marshall, del Departamento de Policía de Detroit y el Coronel Médico del U.S. Army Dr. Martin Fackler, Jefe del Laboratorio de Heridas de Balas del Ejército, entre otras personalidades (9 en total). (53)

Destaco la importancia del Coronel M. Fackler, una autoridad mundial en el campo de la balística de efectos en el ser humano, ya que por su basta experiencia como cirujano en la Guerra de Vietnam descubrió que la Cavidad Temporaria producida por el impacto de los proyectiles, no reviste la importancia que otros autores le asignan en el Stopping-power, y que los tejidos lesionados por esa cavidad no necesariamente debían ser extirpados quirúrgicamente, con lo que mejoró el tratamiento y sobrevida de muchos soldados heridos en combate. (20)

También, el Dr. M. Fackler investigaría sobre la gelatina balística usada en los estudios de los proyectiles, llegando a la conclusión de que no sería la adecuada y lograría imponer el uso de la gelatina balística al 10%, que consideraría como la de comportamiento más similar al tejido humano.

El Wound Balistic Workshop (WBW) tendría por finalidad evaluar el efecto de proyectiles de pistolas semiautomáticas en calibre 9 mm Para. y .45 ACP , como así también el funcionamiento de las armas utilizadas, que luego serían destinadas como armas reglamentarias a los grupos especiales SWAT.

De esta revisión, se extraería un nuevo punto de vista sobre la efectividad de los proyectiles de armas cortas basándose en la evidencia de que la incapacitación instantánea de un ser humano no se logra sino con proyectiles que, teniendo los calibres antes mencionados, impactan en el cerebro o en vértebras cervicales o dorsales altas.

Como ejemplo, se cita que un delincuente con el corazón totalmente destruido por un disparo, puede seguir activo y responder agresivamente por 10 a 15 segundos, gracias al oxígeno que permanece de reserva en su cerebro. (53, 54)

Avanzando en la investigación, los especialistas afirmarían que la Cavidad Temporaria producida por el proyectil no tendría el efecto dañoso que se le asignaba en el RII, y que además, no tendrían en cuenta una adecuada penetración del proyectil en el cuerpo humano, no reflejando, así, los verdaderos resultados de las heridas.

El WBW del FBI, puso también de manifiesto que en la balística de efectos, no debe ser tenido en cuenta el aspecto psicológico ni emocional del individuo, como tampoco la presencia de drogas o alcohol, sino que debe considerarse únicamente la parte física (el shock), ya que es necesario producir una herida lo suficientemente grande e importante para que la hemorragia que se produce inhabilite a la persona herida lo más rápido posible, por insuficiente irrigación del cerebro. (54)

También en este nuevo estudio se cuestionaría a los proyectiles de punta hueca que no penetraran más de 8 pulgadas, y que al impactar perdieran el encamisado y masa (peso), penetrando menos de lo necesario como para producir una lesión con capacidad de inhabilitación inmediata, aunque atraviesen blancos intermedios.

Esto es importante, porque en combate policial aproximadamente el 70% de las heridas se producen de costado y el proyectil no debe perder peso, de modo tal de poder penetrar más de lo recomendado en el RII. (53)

Es por lo antes expuesto, que cartuchos con un alto índice en RII han fallado en la práctica por poseer un pobre valor en esta variable, tal como se comprobara en el encuentro ocurrido en Miami en 1986, antes citado. (53)

En resumen, a igual profundidad de penetración la bala de mayor calibre (y peso), provocará mayor ruptura de tejidos y de vasos sanguíneos, produciendo una hemorragia más severa, con un tiempo de incapacitación más breve y confiable. (53)

Estos investigadores también sostienen que el único factor útil para comparar la efectividad de cualquier calibre es la penetración, la cual debería estar comprendida, según este estudio, entre 10 a 12 pulgadas en tejidos blandos. Con menos de 10 pulgadas la penetración en tejidos blandos se considera pobre (subpenetración), y con más de 12 pulgadas hay una penetración excesiva (sobrepenetración) y peligrosa. (55)

Al comparar los efectos de proyectiles de punta hueca, de calibres .45 ACP y 9 mm Para., los expertos tuvieron opiniones distintas: (55)

  • 1) "Tres de los nueve expertos recomendaron el calibre .45 ACP sobre el 9 mm Para.
  • 2) Cuatro no encontraron diferencia entre las heridas producidas por ambos, siempre que la penetración fuera la adecuada.
  • 3) Uno prefirió el 9 mm Para., fundamentando que en el futuro, las Fuerzas Armadas desarrollarían y perfeccionarían este tipo de proyectiles.

Para llevar a cabo el test del FBI se utilizaron 8 tipos de blancos, para 8 diferentes pruebas: gelatina, varias capas de tela simulando una vestimenta liviana y otra gruesa, acero, tablón de madera, madera enchapada y cristal de automóvil, a dos diferentes distancias y ángulo de tiro."

Cada cartucho estudiado se disparó 20 veces, en grupos de diez, a través de un tubo ? cañón de prueba y luego con un arma corta común de servicio.

En cada disparo se medía la velocidad, desviación, precisión y penetración del proyectil, y luego de ser recobrado éste, el diámetro remanente. También se medía el volumen de la Cavidad Permanente.

La distancia de disparo fue a 25 yardas, excepto para simular ropa liviana y cristal de auto, que fueron a 10 pies cada una."

En resumen, se podría decir que el método del FBI para predecir la efectividad de un proyectil involucró a una serie de fórmulas engorrosas para calcular la Cavidad Permanente, la que dependería a su vez de la penetración del proyectil.

Los valores de efectividad promedio obtenidos con este método, no se correlacionaban con los valores de "Stopping-power" obtenidos en las calles, en tiroteos reales, pero cuando el test se usaba solamente para medir la Cavidad Permanente, en cartuchos con velocidades por debajo de 1.300 pps, los resultados eran buenos. (56)

Las investigaciones del WBW concluyeron determinando las características que deben tener los proyectiles de arma corta para una mayor eficiencia y que, a su vez, produzcan una inmovilización (Stopping-power inmediato) con un solo impacto en el torso. (56)

Ellas son: (56)

  • 1) "Que depende más la ubicación del proyectil que las características del mismo y, que no debe seleccionarse un cartucho que necesite de la expansión de la bala para causar el efecto deseado, ya que en el cuerpo humano, los proyectiles de armas cortas sólo expanden el 60 a 70 por ciento de las veces.
  • 2) Que un policía no debe creer que un individuo está fuera de combate aunque haya sido herido una vez, y que por lo tanto, no debe dejar de apuntarle hasta el cese total de la agresión.
  • 3) Que en los parabrisas de los automóviles modernos, la angulación promedio de 45 grados produce una deflexión hacia arriba del proyectil, al ser impactado y, una vez perforado, pierde el encamisado, lo que se debe tener en cuenta en caso de rehenes próximos al delincuente.
  • 4) Que cada individuo reacciona en forma diferente al ser herido, y que el disparo debe estar ubicado dentro de un triángulo que une ambas tetillas y la base del cuello, para considerarlo con mejor probabilidad de incapacitación inmediata.
  • 5) Que los proyectiles de plomo y semiencamisados no deben perder masa, ni la camisa, durante su recorrido dentro del cuerpo, a fin de evitar desvíos en la trayectoria y lograr una mejor penetración.
  • 6) Que las puntas huecas producen un mayor daño de tejidos y vasos sanguíneos, produciendo una mayor hemorragia.
  • 7) Que hasta el momento de este estudio, el proyectil 9 mm Para., punta hueca, con las características deseadas, no existía en el mercado de los Estados Unidos y se recomendaba la mayoría de los calibres .45 ACP punta hueca existentes".

El test realizado en la escuela de tiro del FBI, en Virginia, también permitiría obtener en sus conclusiones que, en los tiroteos reales, entre el 70 y el 80% de los disparos son errados y que utilizando un proyectil sólido (Ej.: plomo macizo) o totalmente encamisado, difícil de deformarse, el proceso de pérdida de sangre de una herida en un ser humano sería más lento, el tiempo de incapacitación más prolongado y por lo tanto su ?Stopping-power? será ineficaz.

Definitivamente, este ?Taller de Balística de las Heridas? establece que el golpe producido sobre los órganos internos (o sea la Cavidad Permanente), sumado a la penetración y al diámetro de la bala (calibre), es el criterio real para determinar el verdadero potencial de efectividad de un proyectil. (56)

Pero los estudios sobre la efectividad de los proyectiles de arma corta no se detendrían, y es así que aparece una obra muy importante sobre este tema en el año 1992, ?The Handgun Stopping-power: the definitive study?, cuyos autores son E. P. Marshall y E. J. Sanow, libro que impactaría en el mundo de la balística terminal y el tiro de defensa, si bien otros autores muy críticos sostienen que es una obra llena de hipótesis inconsistentes y absurdas contradicciones.

Ambos autores, policías de los Estados Unidos de Norteamérica, expertos en armas y municiones, temas sobre los que escribieron numerosos artículos, utilizarían como novedoso en este libro una razonada base estadística para la ponderación de la munición policial utilizada en los EE.UU., y establecerían también una técnica de laboratorio que les permitiría valorar las prestaciones potenciales de calibres nuevos.

Para lograr esto, Marshall pasaría más de quince años recopilando información de casos reales (informes policiales sobre tiroteos en las calles, entrevistas a médicos forenses, a oficiales de policía heridos que sobrevivieron al evento y videos de la prensa sobre tiroteos reales). (57)

"Estos datos se correlacionaron con pruebas de laboratorio realizadas con diversos materiales, de los cuales resultó que la gelatina balística al 10% (como afirma Martin Fackler, es el medio artificial que mejor se asemeja a los tejidos del cuerpo humano), poseía la mejor correlación con el basamento estadístico obtenido de casos reales". (57)

Este método de evaluación permite tener una idea clara de la performance de una munición determinada, pero además, gracias a la correlación encontrada con las pruebas en gelatina balística (ordenance gelatin), se puede predecir, la performance de una munición nueva, incluso antes de que salga al mercado.

La evaluación se realizó con todos los calibres comunes de arma corta existentes en el mercado estadounidense, tomándose en consideración los resultados obtenidos del estudio de los casos reales de "la calle" (street results), y se establece el porcentaje de casos en que la víctima cae con un solo disparo en el torso (One Shot Stops o OSS).

Marshall y Sanow consideran el disparo como positivo, o sea a la víctima como inmovilizada, cuando el herido cae sin poder hacer otro disparo, o en caso de que esté corriendo, si no hace más de 3 metros después de recibir el disparo. (57)

"Además, debe haber por lo menos cinco casos confirmados para ese calibre y munición en particular".

Se utilizaron en las pruebas con gelatina, diversos tipos de puntas en cada calibre, como así también se usó la munición en armas con cañones cortos (2 a 3 pulgadas)?.

En el Capítulo 17 titulado ?Predicting Stopping-power Using Street Results?, Marshall y Sanow también dicen:

"Contrariamente a lo que algunos, llamados expertos, dicen, es totalmente posible predecir el "Stopping?power" de los proyectiles realizando pruebas en gelatina balística al 10%".

"La primera clave es usar correctamente toda la información que dan esas pruebas, y la segunda es analizar los resultados de manera de poder correlacionarlos con los resultados reales de la calle".

"Los resultados de la calle, con una completa documentación sobre quién, qué, cuándo, dónde y por qué, son las respuestas correctas".

"Los resultados que se obtienen con la gelatina balística es solo teoría, y son solamente predicciones".

"Como siempre que se usa el método científico, la teoría debería modificarse basándose en un "feedback" con la realidad".

"No produce sorpresa que muchas personas no interpreten correctamente los resultados obtenidos de las pruebas con gelatina; incluso eso sucede con algunos médicos cirujanos y forenses".

"Cuando Ud. examina como ejemplo los resultados de 406 tiroteos reales con un cartucho Federal, calibre .357 Magnum, con una punta JHP de 125 grains, puede tener una excelente idea de la real performance de esa munición."

"En otras palabras, nosotros necesitamos ser capaz de usar gelatina balística al 10% para producir el mismo resultado que el obtenido en las calles con la misma munición."

"Para cada calibre popular de defensa, se seleccionó la carga mejor, la intermedia, y la de más pobre resultados en tiroteos reales, registrados en las calles, eligiéndose en total 24 cartuchos."

Los resultados reales que se usaron en este estudio estadístico, provienen de más de 1.800 tiroteos.

Para las pruebas en gelatina se disparó con cada uno de los 24 cartuchos seleccionados, usando la misma marca, tipo y largo de cañón del arma. Naturalmente, la bala y todas sus partes fueron recobradas y medidas.

También se registró la penetración, y se calculó el volumen de toda la Cavidad Temporaria, incluso cuando hubo sobrepenetración.

También se registró el tamaño, forma y volumen de la Cavidad Permanente, con gran cuidado.

Además dicen en su libro Marshall Sanow que, ?obtenidos todos los datos de la gelatina balística, para las 24 cargas, se colocan en una calculadora y se comparan con resultados estadísticos de casos reales, registrados por Marshall. (61)

Luego, utilizando los valores obtenidos y mediante complicadas fórmulas matemáticas se obtienen valores con los que pueden predecirse la efectividad de los proyectiles más comunes usados por las fuerzas de seguridad en las calles, incluso la de aquellos proyectiles que por su corta vida, al momento del test, no se tenían suficientes datos provenientes de tiroteos reales, incluso podría predecirse la efectividad de cartuchos en etapas de desarrollo, aún antes de salir al mercado.

Un coeficiente de correlación más próximo a 1, indica un alto nivel de confianza en el "Stopping power" con un solo disparo (OSS), más cercano a 0 (cero) indica poca efectividad?. (61)

Algunas conclusiones prácticas se pueden extraer de este Capítulo 17: (61)

  • 1) "Cuando la velocidad del proyectil en la boca de fuego es mayor a 1.300 pps, el aumento del diámetro de la bala recuperada (calibre) se relaciona con un incremento de la velocidad. En balas + P + y calibres Magnum, que se fragmentan o deforman tomando una forma de hongo, el Stopping-power es mayor a lo que podría predecir la medida del proyectil recuperado.
  • 2) El incremento de la Cavidad Permanente y de la Cavidad Temporaria consideradas como mediciones aisladas, coinciden con un aumento del Stopping-power, pero no deben considerarse aisladamente.
  • 3) La medida de la Cavidad Permanente es buena para predecir resultados, cuando la velocidad del proyectil está por debajo de 1300 pps.
  • 4) Cuando la velocidad de la bala alcanza a la de un fusil, medir la Cavidad Temporaria es lo único que se puede usar para medir Stopping-power.
  • 5) La sola medición de la penetración, que algunos autores afirman que es el elemento más importante en la capacidad de detención, es equivocado".

"La correlación entre una gran penetración, y los resultados de la calle establecen una relación negativa. A mayor penetración corresponde un menor "Stopping-power". Los mejores resultados en poder de detención se obtuvieron con una penetración entre 7,9 y 13 pulgadas".

  • 6) Teniendo las mediciones de la Cavidad Transitoria, Cavidad Permanente, penetración y diámetro del proyectil recuperado, y que luego estadísticamente se hallan "atados" a los resultados obtenidos de tiroteos reales, se pueden usar fórmulas para predecir el "Stopping?power". (Ver tablas N° 5, 6 y 7)

Finalmente, como dicen Marshall y Sanow al final de este Capítulo 17: (61)

"El resultado es una predicción estadística exacta basada en resultados reales de enfrentamientos. No más teorías. No más suposiciones o adivinanzas. No más opiniones de falsos expertos".

Con respecto a la velocidad del proyectil, según Vincent Di Maio en su libro Heridas por Armas de Fuego, dice: "se ha determinado que sobre cierta velocidad crítica de 800 m/seg, la característica de una herida cambia radicalmente por la destrucción de tejido que resulta mucho más grave. Una corriente trans o supersónica dentro del tejido, que causa fuerte ondas de choque, se ha asumido responsable de este efecto". (14)

Tabla N° 5: (51)

(*) Se tomaron como ejemplos los calibres más comunes en nuestro país.

Tabla N° 6: (62)

(*) Se tomaron como ejemplos los calibres más comunes en nuestro país, siguiendo el orden y numeración como figuran en la tabla original.

Tabla N° 7 (*): Ubicación del disparo, peso corporal y tipo de vestimenta (63)

(*) Se tomaron como ejemplos los calibres más comunes en nuestro país.

Pero las investigaciones en el campo de la balística de efectos continuaron.

En 1981 un grupo privado de investigadores (personal militar experto, médicos clínicos y cirujanos y también técnicos en medicina y electrónica) realizó el llamado Test de Estrasburgo, (Francia) con la finalidad de establecer el mecanismo físico que causa la rápida incapacitación en blancos vivos del tamaño del hombre. Se lo puede describir como sigue: (73)

"Para el estudio se utilizaron 611 cabras, machos adultos, de los Alpes Franceses, con un peso entre 156 a 164 libras.

Antes de las pruebas, cada cabra fue examinada para descartar que estuviera enferma.

Los investigadores dieron importancia a que los pulmones fueran sanos y con buena función respiratoria.

Este tipo de cabras fue elegido por tener una capacidad torácica de dimensiones parecidas al humano adulto.

Se eligió el tiro al pulmón, porque es el órgano que más posibilidades tiene de ser alcanzado por las balas policiales, en un tiroteo real.

Cada animal fue conectado a un electroencefalógrafo y también a un pequeño transductor en una arteria del cuello, para medir cambios en la tensión arterial.

Estas variantes se registraban y comprobaban en tiempo real.

La experiencia se realizó sin anestesiar al animal, ya que esto producía modificaciones del E E G, y se parecía así más aproximado a la situación real de policías y soldados.

Se incluyó en el estudio los 7 calibres policiales más populares (.380 ACP; .38 SPL +P; 9 mm Para.; .357 Magnum; .40 SW; 10 mm y .45 ACP) con punta de plomo estándar y punta hueca encamisada.

También se incluyeron los últimos diseños de puntas especiales usadas en la actividad policial; Ej.: Hydra-Shok, Mag Safe, etc. (7 marcas comerciales en total).

Después del impacto cada animal fue observado y monitoreado electrónicamente, por 60 segundos.

Los sobrevivientes a ese tiempo, eran sacrificados por eutanasia".

"Durante la prueba, una punta se disparaba de costado, en el centro de uno o ambos pulmones desde una distancia de 10 pies, evitando los órganos mayores y los grandes vasos sanguíneos".

Cada tipo de punta sería disparada cinco veces en cada calibre.

Durante la necropsia, si alguna punta o fragmento de ella era encontrada en corazón, bazo, hígado o grandes vasos, el animal era descartado.

Del total de 611 animales abatidos, 31 fueron descalificados por esas razones.

Por el lado de salida del proyectil, si salía, se recogía la bala en un bloque de gelatina.

Los investigadores pudieron llegar a varias determinaciones: (73) ?La primera, fue medir el tiempo de colapso, o Tiempo Promedio de Incapacitación (TPI), como hicieron Thompson y La Garde.

El colapso debía estar seguido por la incapacidad del animal para levantarse.

Se consideró que la caída del animal respondía a daños en su organismo, descartándose toda influencia psíquica.

Los investigadores hallaron una estrecha relación entre la caída brusca de una cabra de 160 libras, inmediatamente después de un disparo al pulmón, y un brusco ascenso de la tensión arterial, con una disminución o cese de la actividad eléctrica cerebral.

Los animales colapsados rápidamente, tuvieron un pico hipertensivo 12 veces más alto que con las cargas que no produjeron rápida caída.

El pico de hipertensión es muy breve pero de gran amplitud, y está causado por la Cavidad Elástica Transitoria que comprime bruscamente el tejido pulmonar.

Estos picos fueron seguidos por otras serias oscilaciones de la tensión arterial, de variada amplitud y frecuencia, que se atribuyeron a las vibraciones de los tejidos pulmonares, tal como ocurría con las pulsaciones que se observaban en el bloque de gelatina, luego del pasaje del proyectil.

Basándose en este hallazgo, los investigadores definieron la incapacitación instantánea como: "interrupción de la actividad electroquímica cerebral normal, relacionada con la tensión arterial".

"El rápido colapso no es causado por un aumento localizado de la presión sanguínea, sino por un breve aumento de la presión sistémica originado por la transferencia brusca de energía de la punta penetrante".

"También se comprobó que el primer grupo de ondas o pico, se origina por delante del proyectil".

"El segundo grupo de ondas es causado por el efecto retardado de presión radial que se produce a los costados de la bala (o sea la Cavidad Temporaria)".

"Ambos grupos de presión, juntos, funcionan en conjunto como uno solo, (ya que se hallan muy próximos entre sí), y actúan para mantener elevada la presión sanguínea, y estos picos son más que suficientes para accionar sobre el cerebro, aún cuando sea el pulmón, un órgano muy esponjoso y vascularizado, el único atravesado por el proyectil".

"La Cavidad Temporaria, por estiramiento, que se forma por delante de la punta, creen los investigadores que puede ser una causa importante de incapacitación por el primer pico hipertensivo que produce, y con el cual coincide".

Los porcentajes de energía que se transfieren rápidamente a los tejidos, no habían sido determinados todavía, al escribir este trabajo de Ed Sanow, estando incompleto el informe final del Test de Estrasburgo. (73)

"Sin embargo, basados en el Tiempo Promedio de Incapacitación (Average Incapacitation Time) o TPI, y en el estudio de las ondas cerebrales registradas, se pueden realizar algunas conclusiones preliminares:

  • 1. Las puntas prefragmentadas y expansivas son las que mejor actuaron en este enfoque pulmonar del disparo. Este es el tiro más parecido a los observados en tiroteos policiales, casos de portación oculta en civiles y defensa del hogar. Las municiones especiales, marca Glaser y Mag Safe, fueron las más efectivas, siendo un 36% más rápidas (TPI = 5,53 segundos) que dos de las mejores puntas encamisadas convencionales, que tuvieron un TPI de 8,69 segundos, o sea más de 3 segundos de diferencia.
  • 2. Las puntas o balas expansivas y prefragmentadas incapacitan más rápidamente que aquellas solamente expansivas. Tomemos como ejemplo la marca Quik-Shok que es una bala punta hueca, que al impactar se expande y fragmenta en cuatro proyectiles secundarios de 40 grains cada uno, y forman su propia Cavidad Permanente. La Quik-Shok fue la mejor de 22 diferentes cartuchos del .357 Magnum, y la segunda sobre 24 de diferentes tipos de 9 mm Para.
  • 3. Las puntas huecas expansivas que expanden inmediatamente, son mejores que las de expansión retardada, provocando las primeras mayor daño al órgano impactado.
  • 4. También comprobaron que la mayor y violenta expansión de los proyectiles de muy alta velocidad, originaban mayores ondas de tensión arterial, y una mayor pérdida de sangre.
  • 5. Las puntas con poca o ninguna expansión, tenían un pequeño o nulo efecto en el TPI.
  • 6. En la mitad de los casos la bala atravesó una costilla y, contrariamente a la idea generalizada, ello perjudicó la performance del proyectil ya que el TPI fue dos veces mayor que cuando la punta atravesaba por el espacio intercostal, con diferentes calibres.

"A la inversa de lo que se piensa, cuando la punta hueca pega en el hueso no expande tan bien como aquellas que no lo hacen, sucediendo esto aún en balas semiencamisadas de .357 Magnum, 9mm Para.+P+ y las 10 mm, alargándose el TPI".

"Esto también afecta a las municiones especiales de fragmentación instantánea como las Glaser y Mag-Safe".

"El equipo de Estrasburgo afirma que si bien el tirador no tiene control en la ubicación del proyectil, el perfil de la punta tiene un rol importante para reducir los efectos negativos del impacto en la costilla".

"Estos investigadores se pronunciaron en contra de las balas de punta redonda, cualquiera sea su tipo, y de las balas de punta hueca que sean excesivamente redondas".

Una vez más, el perfil de la punta en forma tronco cónica para pistolas semiautomáticas y el de cono truncado, punta blanda, para revólver, se consideran las mejores".

Otros hallazgos de este Test de Estrasburgo son también importantes:

"La comparación con los resultados de la calle de Marshall y Sanow, se correlacionan con gran número de resultados obtenidos en este test".

"Así, coinciden con respecto al 9 mm Para. de que la punta hueca de 115 grains +P+ es la más efectiva; y la de 147 grains, punta hueca, subsónica, es la menos efectiva".

"Otro hallazgo son los resultados coincidentes del Test de Estrasburgo con las fórmulas de Marshall y Sanow para predecir el Stopping-power".

"En efecto, como ejemplo, coinciden en asegurar que la mejor punta hueca encamisada en calibre .40 SW de 180 grains sería la Hydra-Shok, y que las Mag?Safe y Glaser, serían más efectivas que todas las otras municiones en calibre .40 SW".

A continuación, se muestra el resumen de la Fase Uno, que es la medición de los T P I por calibre y diseño de punta, para los calibres y tipos de punta más comunes en nuestro medio: (74). (Ver tabla N° 8)

Tabla N° 8: Resultados por Calibre y Diseño de Punta

Hay además de los antes mencionados, otro método que permite calcular las prestaciones de los calibres de las armas de fuego, y se basa en las teorías de Veral Smith. Este autor norteamericano es un estudioso de la balística de efectos, cazador experimentado, escritor y fabricante de moldes para fundir puntas, que se usan para la recarga de municiones diversas. (38)

Además, Veral Smith, sostendría que las puntas fundidas de plomo puro, son superiores a las encamisadas, incluso en fusiles.

Este método, según el autor, es el único que considera la mecánica de la herida, y los fenómenos biológicos involucrados con la muerte de un animal (o ser humano), y se puede aplicar casi a cualquier punta no expansiva, pero los cálculos en esto son bastante engorrosos, y se deben hacer suposiciones que restan exactitud a los resultados. (38)

Los resultados de esta teoría se refieren a una punta determinada, con una velocidad también determinada.

Según V. Smith, la rápida incapacitación de un animal (o de un ser humano), incluso la muerte, se puede producir por una rápida anulación de la actividad del sistema nervioso central, por acción directa del proyectil, o bien que la herida produzca una abundante hemorragia que lleve rápidamente a la muerte. (38)

"La velocidad del sangrado dependerá:

  • 1) Del diámetro de la herida (Cavidad Permanente) y de la profundidad de penetración del proyectil (DS).
  • 2) Del lugar afectado, o sea que órganos lesiona el proyectil. Por ejemplo, las heridas pulmonares son más sangrantes que las musculares.
  • 3) De la velocidad del flujo sangre a través de las paredes de la herida, y está relacionado aquí con el Nº 1".

Normalmente se considera que es mejor un mayor diámetro de la herida, pero V. Smith considera que ello puede ser contraproducente por varias razones: (38)

  • 1) "El mayor diámetro de la herida se logra generalmente a costa de una menor penetración, y esto puede hacer que no se alcance a herir los órganos vitales más profundos del animal.
  • 2) Al penetrar a menor profundidad, el proyectil libera su energía más rápidamente y si el animal es de gran tamaño, el mayor daño se producirá en zonas no vitales (masas musculares), y si puede alcanzar órganos indispensables para la vida lo hará con menor velocidad, de donde se puede concluir que perderá efectividad.
  • 3) Por último, la rápida pérdida de la energía del proyectil en tejidos más superficiales, produciría la ruptura celular en los tejidos de la zona afectada, liberándose sustancias coagulantes, que actuando en los tejidos siderados, tratarían de frenar el flujo de sangre hacia el canal de la herida (Cavidad Permanente)".

También dice:

"En los fusiles de gran calibre, este efecto negativo se vería compensado por la gran cantidad de energía cinética (Ec) liberada. Esto explica el por qué, como ejemplo, un cartucho calibre .44 Magnum que tiene una Ec aproximadamente un 30% menos que un cartucho .308 W con punta de 180 grains tenga una efectividad apenas menor.

También esto explicaría la efectividad de las flechas, que poseen una Ec de apenas 6 kilográmetros. La explicación es que la flecha realiza cortes netos y limpios, que sangran abundantemente en toda su trayectoria".

Según Veral Smith, debería ser tenido en cuenta en su teoría, el mecanismo de acción del proyectil para producir daño".

"El proyectil puede producir lesiones por tres mecanismos:

  • 1) Por acción directa, al impactar y atravesar los tejidos, provocando el desplazamiento de éstos para hacerle lugar. Se cumple aquí la Ley de impenetrabilidad de los cuerpos, que dice: Dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo. Esta acción directa produce la Cavitación Permanente, que puede ser evidenciada en la autopsia. El tejido (liquidificado) que es violentamente desplazado en forma radial, actuaría como un ?chorro? o ?un soplete?, que desplazándose también en forma radial y casi perpendicular a la trayectoria del proyectil, se transforma en un proyectil secundario que va a producir gran parte de la Cavitación Permanente por acción directa y...
  • 2) Por acción indirecta, al estirar los tejidos que la rodean, se produce la Cavitación Temporaria, que también daña los tejidos.
  • 3) Por último, el proyectil produce un efecto hidráulico, por el desplazamiento de fluidos, lo que afecta a una zona más amplia".

Además del daño producido por el proyectil y el tejido desplazado, los fragmentos de hueso impactado también se transformarían en proyectiles secundarios, que pueden llegar a penetrar aún más que éste.

Dos proyectiles con igual energía pero con distinta velocidad, tendrían una diferente Cavitación Temporaria, pero el proyectil con menor velocidad tendrá, casi con seguridad, mayor penetración.

Es materia de discusión cuál de las dos cavitaciones sería más importante en la inmovilización del animal.

Considerarían algunos autores como Martín Fackler, Elmer Keith y Veral Smith, entre otros, más importante a la Cavidad Permanente. Pero otros autores, en otros estudios, consideran que es la Cavidad Temporaria, especialmente en seres humanos, la que tendría mayor importancia, siempre que la penetración del proyectil sea adecuada.

Según la experiencia de Veral Smith, el diámetro óptimo del canal de la herida (o Cavidad Permanente), que permite el mayor volumen de sangrado, se halla entre los 13 y 32 milímetros, (0,5 a 1,25 pulgadas). O sea que una herida de por lo menos 13 mm de diámetro a través del corazón, en animales de talla media, puede matar rápidamente. Heridas entre 19 y 25 mm, producen estupor (shock) y una muerte rápida en animales de menos de 300 kilogramos. (39)

"Es importante para esta teoría, la forma de la bala o punta".

"La parte de la punta que realmente actúa sobre los tejidos es el meplat, que es el diámetro de la superficie plana frontal de las balas con forma de cono truncado (semiwadcutter), la superficie frontal de las expandidas y el extremo más plano de las redondeadas (round nose)".

"Lo antes expuesto se puede comprobar, ya que una punta semiwadcutter (SWC), que deja en un blanco de papel un limpio agujero, en el cuero de un animal deja un orificio igual al diámetro de su superficie frontal (meplat)".

El método de Veral Smith consiste en establecer dos números, uno que indica la capacidad de la punta para penetrar (Densidad Seccional Terminal), y otro número que indica la capacidad de producir un diámetro determinado (Velocidad de Desplazamiento de los Tejidos). (39)

Pasando a las fórmulas propiamente dichas, vemos que:

1- "La Densidad Seccional Terminal (DST) se calcula considerando el diámetro de la superficie plana o semiplana frontal, que es la parte de la punta que verdaderamente actúa. La fórmula es igual a la de la Densidad Seccional clásica, sólo que utiliza ese diámetro y no el del proyectil":

En donde:

  • P = Peso en grains del proyectil.
  • D= Diámetro del meplat en pulgadas (o fracción).
  • 7000= Para obtener el resultado en libras por pulgada cuadrada.

Tabla N° 9: Valores del DST de Algunas Puntas (39)

Si se observa el cuadro anterior con detalle, se puede ver el por qué de la popularidad de las puntas de 240 grains SWC del calibre .44 Magnum. Su valor DST es bastante alto comparado por ejemplo con el .375 HH con punta de 270 grains, lo que le permite a la punta .44 "factory" (de fábrica) llegar a órganos vitales aunque estén muy profundos, superando al 375 HH en penetración, el cual es muy utilizado por su efectividad en la caza de animales pesados, en África. (39)

El cálculo se complicaría con las puntas expansivas, teniendo un DST difícil de estimar, ya que no se podría determinar con qué velocidad se produce dicha deformación.

Una alternativa es considerar la DST final, que es el de menor valor, y de esta manera, conocer la mínima penetración potencial que tendría el proyectil. Pero deberíamos tener en cuenta que si la bala impacta grandes huesos, se comprometería la penetración de una forma difícil de poder determinar.

"Para distintos valores de DST tendremos por lo tanto heridas de diferentes formas".

2- La Velocidad de Desplazamiento de los tejidos (VD), para que pase la punta, tiene en cuenta el mecanismo de producción de las heridas ya visto. Los dos factores principales que determinan el diámetro de la herida, el meplat y la velocidad del proyectil, son combinados por V. Smith para obtener el VD, que se puede representar por la fórmula:

En donde:

  • Dm.= Es el diámetro del meplat, en pulgadas (o fracción).
  • V = Velocidad en pps

Esta fórmula permitiría tener una idea del diámetro de la herida que se produciría con determinado calibre Sería un valor fácil de calcular con puntas mochas pero difícil con puntas expansivas; además sería imposible conocer como varía la velocidad de la punta a lo largo de la herida, lo que también sucede en las puntas indeformables?. (Ver tabla N° 10)

Tabla N° 10: Valores de VD Para Algunas Puntas (40)

Se podría decir que de dos puntas con igual VD, la que tenga mayor DST produciría un mayor diámetro de la herida durante la mayor parte de la trayectoria.

También estas fórmulas permitirían regular la performance de un proyectil según las variaciones de tamaño y peso del animal a cazar.

Así, podríamos aumentar el peso de la punta manteniendo el diámetro del meplat, lo que aumentaría el DST (penetración) y disminuiría VD por descender la velocidad, o bien aumentar el diámetro del meplat y disminuiría el DST (penetración), o si deseamos mayor penetración, disminuir el diámetro del meplat lo que disminuirá el VD y el diámetro de la herida, respectivamente.

Es conveniente hacer notar la importancia de los calibres más gruesos y lentos, porque los tejidos necesitarían menor velocidad de desplazamiento para salir de la trayectoria del proyectil y producir el mismo diámetro de herida que con una bala de menor calibre, pero mayor velocidad.

Se debe tener en cuenta, según V. Smith, que en general mata mejor una herida profunda de poco diámetro que una herida superficial de gran diámetro. Este se debe a que la mayor longitud de la herida aumenta el volumen de la Cavidad Permanente. (40)

"De allí que algunos cazados prefieran que la bala atraviese completamente al animal, para asegurar un buen diámetro de la herida durante todo el recorrido, lo que favorecería la rapidez y volumen de la hemorragia".

De lo antes expuesto se podría concluir diciendo:

  • 1) La teoría de Veral Smith y sus fórmulas de DST y VD, sería una forma más para poder conocer o predecir el comportamiento de un proyectil determinado, considerando sus limitaciones.
  • 2) Las puntas consideradas estarían destinadas a ser usadas en animales y no en seres humanos, y con velocidades muy altas (fusil).
  • 3) Los resultados obtenidos no se podrían interpolar con otros cartuchos. Se debe considerar una bala con un peso y velocidad determinada, para poder compararla también con otra determinada.
  • 4) Concedería gran importancia a la zona impactada (Sistema Nervioso Central o lugar donde se produzca gran hemorragia).
  • 5) No se hablaría del Stopping Power Inmediato, excepto para un proyectil ubicado en el cerebro.
  • 6) Se favorecería la penetración y especialmente la sobrepenetración, mientras que otros autores, prefieren que el proyectil, en el ser humano, quede dentro del cuerpo.
  • 7) La Cavidad Permanente sería considerada como el factor de mayor importancia en el mecanismo de la incapacitación o Stopping Power.

CONTINUARÁ...

Vanzetti Oscar Enrique

Médico Legista

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