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Municiones

La elección del calibre justo

Consideraciones sobre una elección

Autor: Cappi Tomás

Fecha publicación: 19/03/2007

En más de una oportunidad elegimos un calibre por la tendencia imperante al respecto o por la moda (casi siempre generada por la prensa especializada). Y es así como pasan ante nuestros ojos "experimentados veteranos" dignos de ser tenidos en cuenta en este momento tan importante para el Cazador.

La disyuntiva ante la que se encuentra el Cazador a la hora de elegir el arma que lo ha de acompañar de allí en más, ha hecho correr ríos de tinta, vino y café. Porque cuando uno va a la Armería a definir la compra de un rifle de caza, generalmente tiene en claro lo que quiere pero no siempre lo que en realidad necesita.

Desde hace ya unos cuantos años somos testigos (y a veces víctimas), de esta invasión de Magnums con vainas belted, proyectiles que viajan a más de 3000 pps, puntas desarrolladas (por la NASA o alguien por el estilo) para "matar" vehículos blindados livianos (o a veces pesados!) y para producir heridas explosivas dignas de un thriller actual.

En primer lugar están el entorno y las condiciones en que vamos a cazar en la realidad (no en la de las revistas). Por ejemplo: muchas veces elegimos un rifle con un costoso cañón Bull (ideal para un Sniper) y con una precisión digna de una competencia olímpica y nos olvidamos que vamos a llevarlo en nuestro hombro. Cuando nos desplazamos en los verdaderos terrenos de caza, mojados, embarrados, con frío, o simplemente cansados, cada gramo cuenta, y es entonces cuando nuestro rifle, orgullo ante nuestros amigos, pesa más que una culpa. Y es en ese mismo momento cuando empezamos a pensar en cambiarlo.

Lo mismo sucede cuando después de estudiar, digerir y elaborar tesis magistrales sobre Tablas balísticas, parábolas, y balística terminal: resolvemos la compra de un Super Ultra Mágnum. Grande es nuestra sorpresa al comprobar que nuestro baqueano usa un venerable 7.65 x 53.

En Tiro Práctico se tiene por Ley la Trilogía: Precisión, Velocidad, Potencia. Este es un trípode fundamental en el que cada concepto necesita de los otros dos, para hacer que un impacto sea efectivo a la hora de abatir el blanco. En la Caza se puede hacer un paralelo similar, sin embargo, y a mi criterio, el más importante de los tres es la Precisión. Un disparo que no da en el blanco no caza nada (aunque sea un Mágnum).

Ya en tema, podemos decir que en nuestro medio será bueno elegir un calibre del que nos sea fácil conseguir vainas, puntas y que se lo pueda cargar en lo posible con pólvoras nacionales. Esto reduce ampliamente el espectro, por lo menos a lo que nos muestran las tablas de los Manuales.

Si la caza es de montaña, necesariamente deberemos considerar la posibilidad de realizar algún que otro tiro muy largo y con incidencia del viento. En este caso, las puntas que mejor se comportan son las más largas que nuestro calibre permita, ya que con la longitud aumenta el peso, y a igualdad de calibre el comportamiento aerodinámico es superior. Por otro lado es mayor la superficie en contacto con las estrías lo que también mejora la precisión.

En lo que respecta a la velocidad, sucede que las puntas más rápidas son las más livianas, porque las pesadas se ven limitadas en este sentido, para poder mantener las presiones dentro de los límites permitidos. Nuevamente debemos tener en cuenta las puntas de mayor peso que permita el calibre en cuestión.

Sabemos que la diferencia entre un cartucho Mágnum y uno convencional generalmente radica en la posibilidad de animar a una determinada punta con una velocidad mucho mayor. Como resultado obtenemos un importante incremento de la energía. En este punto es donde, personalmente me inclino por utilizar una punta más pesada a una velocidad similar a la correspondería al calibre convencional. Con respecto a la Energía, sabemos que aumenta directamente con la masa y en forma cuadrática con la velocidad. Es allí en donde el Diablo nos tienta. En esta ecuación nos falta un elemento, menos empírico pero el responsable en gran medida a la hora de la gran verdad: "Abatir o No Abatir".

Como vemos son dos los elementos que inciden en el aumento de la Energía. Sin embargo son tres los que inciden en la disminución de la misma, ya que a la hora de cazar se agrega la distancia. A medida que el proyectil recorre su trayectoria, pierde velocidad. Por el contrario que con las otros variables, es mucho mas difícil de formular. Ello se debe a que son muchos más los factores que intervienen. Por ejemplo el ángulo de disparo (en una montaña: disparos hacia arriba o hacia abajo), temperatura, altitud, etc.

Si en cambio nuestra cacería es en monte, deberemos tener en cuenta la desviación producida por las ramas y otros obstáculos. Una punta más liviana es más sensible a esto. En definitiva un Mágnum no "mata más", (y mucho menos solo por su nombre) sino que lo hace un poco más lejos.

En este punto debemos recordar que una punta al impactar entrega Energía. Si la misma es cedida en forma inmediata y sin penetrar a zonas vitales, estaremos cometiendo un acto de gran crueldad y totalmente alejado de los fines de todo cazador serio. De toda esa Energía que vemos en las Tablas, lo importante es que la misma sea cedida al blanco y no al paisaje. El caso extremo es cuando perforamos un blanco en el polígono: ¿Cuánta Energía fue cedida al cartón?

En este sentido podemos decir que si hay Cartuchos que pecan por exceso y otros que lo hacen por defecto, seguramente habrá un tercero que cubre con nuestras necesidades.

El otro elemento que no debemos dejar de tener en cuenta la elección de la punta. El tipo de la misma, su capacidad de deformación, peso de la misma y el peso del animal son todas variables a considerar (y precisamente en este laberinto es donde habitualmente nos perdemos).

En definitiva recordemos que para cazar en nuestro país, necesitaremos un rifle que sea lo más manejable posible (léase liviano), tanto para montaña como para el monte. Y si cazamos en aguada tampoco necesitamos un Bull Barrel aunque no tengamos que transportarlo tanto ya que las distancias de tiro no superarán en general los 150 metros.

Un punto fundamental a considerar es la recarga. Todo tirador responsable, debe tener en cuenta como Legítimo Usuario, el hecho de inscribirse como Recargador. Las normativas vigentes, no por estrictas deben ser un obstáculo para los cazadores y tiradores serios, ya que es un auxiliar de gran valor a la hora de practicar estos deportes. Es mi consejo, pues, conocer dichos requerimientos, como ciudadanos respetuosos de las Leyes vigentes. Bajo esta óptica, y sólo así, marcaremos las diferencias con aquellos que se encuentran fuera de la legalidad. Es de hacer notar que esto nos permitirá practicar y conocer más nuestra arma y nos hará eficientes a la hora de abatir la presa.

Personalmente (y sin querer herir las preferencias de nadie), reduciría la lista a los calibres siguientes: .270 Win, 7.65 x 53 Mauser Arg, .308W, .30-06 Spr, .300 Win Mag. Sin lugar a dudas son los calibres que más trofeos han cazado en nuestro medio.

Cualquiera de estos calibres en un rifle con cañón de entre 20" y 24", apenas pase los 3 Kgs mira incluida y utilizando puntas promedio de 180 grains, seguramente no nos va a defraudar a la hora de cazar.

Solo una recomendación más

Mucha práctica, ayudada por la recarga para que sea económicamente accesible. En lo posible practicar con la carga de caza y si es recarga mejor, ya que prácticamente nadie puede entrenarse con cargas factory. Se ha dicho que el arma ideal para un cazador, es la más potente con la que tiramos igual que con un .22. La respuesta es una vez más la práctica. Si sólo sacamos nuestro fusil para ir al campo, nuestros resultados serán pobres, y en ese caso la culpa no la tendrá "la Flecha", sino "el Indio".

Cappi Tomás

Tiro táctico, armamento y recarga de munición
Legajo RENAR ITA-4795

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