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Municiones

.44 Remington Magnum

El rey de los cartuchos de arma corta

Autor: Mendez Rolando

Fecha publicación: 21/11/2002

No se si les pasara a todos lo mismo, pero en mi caso al escuchar el nombre .44 Remington Magnum, o ver algún arma de este calibre, por mi cabeza pasa algo así como un "oohhh", e inmediatamente siento algo que podría llamar una mezcla de admiración y respeto. Es que al nombre de este cartucho lo asocio con poder, con contundencia, y me hace acordar que siendo un niño, el 44 Magnum era el arma con la que pelee una cantidad innumerable de batallas, tanto en el viejo oeste acompañado de El Llanero Solitario, como en la Segunda Guerra Mundial junto al Sargento Saunders.

Mas allá de volver al pasado, y supongo que a muchos al leer estas líneas también le hará recordar sus aventuras infantiles, una vez que tuve la edad apropiada, me aleje de los campos de combate para meterme de lleno en lo que es el verdadero calibre. Y debo decir que después de conocer las reales posibilidades, aun sigo sintiendo por el 44 mucho de ese sentimiento que tenía de niño.

Historia

Existen personajes en cada ámbito de la vida que con sus acciones marcan rumbos a seguir; en nuestro medio, el señor Elmer Keith fue uno de ellos. Este norteamericano nacido en las postrimerías del siglo XIX tuvo una vida dedicada a las armas, fue escritor, cazador, experimentador, y combatiente en la Segunda Guerra.

A mediados de la década del 20, Keith comenzó a experimentar con el calibre .44 Special, buscando la manera de desarrollar cargas de mayores prestaciones. No fue el único con estas inquietudes, ya que varios personajes contemporáneos estaban abocados a la misma tarea. Y no solo se dedicaron a la experimentación, sino que comenzaron a publicar los resultados de sus investigaciones, con Keith a la cabeza.

Con el tiempo esto provocó que varios de estos tiradores con similares inquietudes se unieran, creando una sociedad que se autoproclamo como "The .44 Associates", los que en conjunto solicitaban a las fábricas la producción de munición con similares prestaciones a las cargas desarrolladas por ellos.

Para el desarrollo de estas cargas, se utilizó las armas disponibles de la época, en el caso de Keith el hacia uso de un viejo modelo de la Smith Wesson anterior a la Primera Guerra Mundial, denominado comúnmente Tripe Lock , arma de gran tamaño, y excelente manufactura, aunque los metales de dicha arma carecían de los tratamientos térmicos actuales.

Para los primeros años de la década del 50, y estimo que después de haber destruído varios revólveres, el pedido de los usuarios de un 44 mas fuerte, nuevamente con Keith como abanderado del mismo, comenzó a ser tenido en cuenta por parte de las grandes fabricas. Keith se reunió con directivos de la Remington, a los que les presentó los resultados de sus estudios, y a grandes rasgos delinearon los aspectos fundamentales que debía poseer el nuevo cartucho.

Este, se basaría en la vaina del .44 Special. Como medida de seguridad y para obtener el espacio necesario para albergar mas pólvora se adoptó una solución similar a la tomada con otro desarrollo anterior, el .357 Magnum, que consiste en alargar la vaina para prevenir que esta pueda ingresar en los tambores de las armas equivocadas. Las puntas a utilizar, eran de similar construcción y peso a la de su antecesor.

Una vez que se acordaron los principales parámetros para el nuevo cartucho, entre los directivos de Remington y Keith surgió una cuestión de importancia capital: Faltaba el arma que sería capaz de poder disparar a tal cartucho. Lo primero que hizo Keith luego de finalizar la reunión con Remington fue entrevistarse con el presidente de la Smith Wesson, Carl Hellstron, quien se mostró muy interesado en tal propuesta. A partir de este momento, fines de 1953, ambas fábricas trabajaron en conjunto para desarrollar arma y cartucho.

Durante la primera mitad de 1954, las fabricas trabajaron cada una en su área correspondiente. A partir de que la Remington tuviera las dimensiones finales que tendría el nuevo desarrollo, en julio de ese año, la Smith produjo 4 prototipos, que no eran mas que viejos modelos del conocido Hand Ejector de fines del siglo XIX con un tambor mas largo para albergar al nuevo cartucho. La otra diferencia con los modelos de antaño era que los materiales que componían a los prototipos habían recibido tratamientos térmicos que le conferían mayor resistencia, necesaria para soportar las altas presiones de trabajo.

Luego de realizadas las pruebas y correcciones correspondientes, en febrero de 1955 la Smith comenzó con los preparativos necesarios para la producción en serie de los nuevos revólveres para el 44. Finalmente, el 29 de diciembre de 1955, salieron de la línea de producción los primeros modelos en serie de lo que a mi criterio es el Rey de los cartuchos de arma corta hasta nuestros días. El arma poseía un caño de 6 1/2 de largo y su terminación era en pavón azul brillante o bien niquelada.

El tambor podía albergar en forma integra al cartucho ya que tenían maquinado el escalón correspondiente al culote. Las cachas eran del tipo Goncalo Alves y los aparatos de puntería eran novedosos para la época ya que el guión poseía un inserto plástico de color para brindar mayor definición.

A medida que el nuevo modelo de arma y cartucho fue siendo conocido, se convirtió en un éxito. La Smith convirtió a su desarrollo en el producto top de su línea de armas. Los pedidos recibidos eran tales que la fábrica no podía cubrirlos. Los aficionados querían poseer al nuevo revólver que podía disparar al cartucho más poderoso de arma corta de todos los tiempos, incluso mas que el jovencito en ese momento .357 Magnum.

Como todo nuevo desarrollo, al revolver original se le practicaron modificaciones, a medida que se detectaban falencias del diseño original. Estos cambios fueron en su mayoría menores, ya que tanto armazón como tambor, y caño demostraron que estaban perfectamente diseñados para soportar al nuevo cartucho.

Sin embargo, el revólver no tenía aún un nombre, solo se lo conocía por las siglas con que se lo identificaba en fabrica: NT-430. Para el año 1957 se le asignó el definitivo nombre: modelo 29

El suceso que produjo el modelo 29 y su nuevo cartucho pronto comenzó a decaer: La razón es sencilla; a todo el mundo le gusta tener el arma más poderosa del mundo, pero no todo el mundo gusta de dispararla. Es así que muchos tiradores quedaban maravillados con semejante fierro, pero rápidamente perdían el entusiasmo con los primeros disparos.

Es que la contrapartida de la mayor potencia se paga con retroceso y rebufo, y mucha gente lo consideraba mas allá de lo que estaba dispuesta a tolerar. Según varios escritores norteamericanos, en las armerías de su país no se encontraban muchos modelos 29 nuevos, pero era posible adquirir una de estas bellezas usadas (si se le puede llamar usado a un arma en que no se dispararon mas de 100 tiros) a buen precio.

El espaldarazo que hizo que el 44 Magnum y el modelo 29 saltaran a la fama, no lo dio ninguna novedosa invención de la industria armera, sino que fue el cine. La saga de películas protagonizadas por Clint Eastwood, personificando a Harry el Sucio, y utilizando un modelo 29 puso la mira otra vez en esa arma. A pesar de que en su primera película utilizo un modelo 57 (.41 Magnum) por no poder la Smith entregar a tiempo un verdadero modelo 29, estas películas produjeron el renacimiento del calibre.

Solo por mencionar algunos otros productos

Luego de la Smith, la siguiente fabrica en sacar al mercado un arma corta en 44 Magnum fue la novel (en ese momento) Sturm Ruger Co. Según he podido investigar, parece ser que por casualidad un empleado de Ruger encontró en un basural de la Remington (algunos dicen que el basural era de Winchester) vainas demasiado largas de 44 Special.

Bien podría tratarse de alguna falla pero el culote estaba marcado con una sigla que llamaba a la confusión: decía 44 Remington Magnum. Al enterarse Bill Ruger (el presidente de la firma) de esto, no perdió tiempo en comunicarse con la Remington y consiguió que se le proveyeran los datos técnicos de este misterioso cartucho. Basándose en su modelo Blackhawk para el .357 Magnum, Ruger rediseño al mismo y unos nueve meses después de que viera la luz el modelo 29 fue anunciado el nuevo Ruger Blackhawk en 44 Magnum.

En materia de armas largas las empresas no se quedaron tampoco atrás. Las propiedades del cartucho hacían factible el uso de viejos y probados sistemas de armas para dispararlo. Es así que pronto Winchester lanzó al mercado su versión de la carabina palanquera modelo 94, y Ruger ha recamarado tanto una carabina palanquera como semiautomática para el calibre. Remington adapta a su acción modelo 788 a cerrojo pero el mismo no ha entrado al país y hoy esta discontinuado. Y más recientemente fabricas de origen brasileño como Rossi, tomando como base al modelo 92 a palanca de la Winchester han comercializado productos para el 44.

Pero, regresando atrás en el tiempo:

¿Qué aportaba de novedoso el 44 Magnum para los tiradores?

En principio, como argumento de venta, dar a publicidad que se ha creado el cartucho más poderoso de arma corta del mundo, por si solo, ya llama la atención. Según Jan Libourel, columnista de la revista Guns Ammo, la primera carga original de Remington ponía en el aire una punta de plomo con gas check de 240 grains de peso a una velocidad de 1570 pies por segundo desde las 61/2" de caño del modelo 29.

Esta era la solución en cuanto a energía y trayectoria que muchos cazadores de arma corta necesitaban. El 44 vino a ser como el eslabón perdido entre los calibres de arma larga y el hasta entonces 357, que era lo mas poderoso que se podía tener en arma corta. Por lejos superaba a este último en cuanto a generación de energía. Estas prestaciones, también eran lo que se necesitaba para modalidades de tiro como Siluetas Metálicas.

Para los aficionados norteamericanos a la caza con arma corta, la introducción del 44 significó que se podía disponer de un cartucho comercial con lo necesario para abatir a gran parte de la fauna de su país, sin tener que recurrir al desarrollo de cartuchería especial. Ya existían en aquella época experimentos hechos por particulares para lograr obtener mejores prestaciones tratando de llenar el vacío existente. Uno de los ejemplos mas conocidos al día de hoy, y que es contemporáneo a la creación del 44, es el que realizo Dick Casull, que dio como resultado la creación de su 454 Casull, que se mantuvo durante mucho tiempo como cartucho wilcat, hasta que no hace mucho tiempo comenzó a tener producción comercial.

El principal problema que presentaba la velocidad del nuevo Magnum era un rápido emplome del caño. Para los primeros años de la década del 60 las fábricas de municiones comienzan a utilizar punta encamisadas, en reemplazo de los hasta ese momento proyectiles tipo Keith de plomo. Por otro lado las velocidades se redujeron a valores que permitían mayor control por parte del usuario, hasta llegar a nuestros días, en donde una punta encamisada de 240 grains de peso alcanza unos 1350/1400 pies/seg desde un revolver con caño de 6 pulgadas.

La introducción de armas largas no solo le brindó al cazador la ventaja logística de contar con un mismo cartucho para dos tipos de sistemas de armas, sino que la experiencia de campo demostró que los caños más largos aumentaban considerablemente la velocidad inicial de las puntas.

Para tener una idea aproximada del aumento de prestaciones, la misma carga que en un revólver viaja a 1350 p/s, desde una carabina con largo de caño de 18 - 20 pulgadas, puede llegar a velocidades cercanas a los 1800 p/s., con lo que se consigue un incremento de energía de casi un 80 %.

Con estas prestaciones, ¿qué usos se le puede dar, tanto al calibre como a sus armas?

Antes mencioné que el 44 es adecuado para la modalidad de caza con arma corta. Aunque no me atrae esta última, no puedo negar que muchos cazadores han probado que poniendo en práctica las diferentes técnicas propias de este tipo de caza, han podido obtener limpiamente piezas tanto pequeñas como grandes. No me parece que la potencia del calibre, desde un arma corta sea la adecuada para toda la fauna mundial, sin embargo en el segmento de animales medianos, y cortas distancias, si el cazador hace bien su trabajo, puede ser utilizado.

Desde un arma larga, la principal ventaja que se tiene es que la trayectoria del proyectil es un poco mas tendida merced a la mayor velocidad. En rangos entre los 30 y los 70 metros, en aguada o monte puede ser una opción para la caza de jabalíes, pumas, corzuela, y animales mas pequeños.

En nuestro país es habitual la práctica del tiro sobre siluetas de jabalíes en movimiento. En general se usan revólveres doble acción, teniendo como calibre menor al 357 Magnum. Con cargas suaves del 44, ayudados por el peso de un revólver con caño de seis pulgadas y con la práctica necesaria, este se muestra mas que apto para esta disciplina.

Como calibre de defensa no me parece adecuado. Y digo esto no porque le falte energía, todo lo contrario ya que tiene de sobra. Pero me parece que la relación entre energía y maleabilidad le juega en contra al usuario. Es innegable que un tiro bien puesto pone fin a cualquier discusión, pero hay otros calibres que pueden hacer el mismo trabajo con menor esfuerzo por parte del tirador. Además, las armas para el calibre, por mas que sean de caño corto, son voluminosas, pesadas e incómodas de portar en forma oculta por largo tiempo.

Aún con cargas reducidas, la energía sigue siendo suficiente como calibre de defensa, pero me parece un despropósito usar a un 44 Magnum como un 44 Special. En ese caso, preferiría un revolver más liviano de 5 tiros y caño corto del Special, en lugar de uno de seis tiros, mas pesado y ancho del Magnum.

Recarga

Al igual que su antecesor, el 44 Magnum mantiene las cualidades en cuanto a la facilidad con que se lo puede recargar. Como entre el 38 Spl. y el 357 Magnum, los dies a utilizar en la recarga del 44 Special, son los mismos para el 44 Magnum. Siguiendo con el ejemplo anterior, entre el 44 y su antecesor existe dos diferencias apreciables. La primera son los tipos de propelentes a usar, y la segunda, que es para tener bien en cuenta es la diferencia en las presiones de trabajo entre ambos. De los 15500 psi. máximos en los que trabaja el 44 Special, el Magnum ronda los 36000 psi.

El diseño de la vaina es el típico utilizado en los cartuchos de revólver. Sus paredes son rectas, y entre el largo y el diámetro de la misma brindan la posibilidad de contener abundante cantidad de propelente, sumado a la excelente superficie para asentar puntas.

Las altas presiones de trabajo reducen su vida útil con relación al 44 Special, ya que tanto la mayor presión y temperatura producen en el material el endurecimiento del mismo. Este cambio de estado se manifiesta a través de rajaduras, las que en general comienzan en la boca y se prolongan hacia el cuerpo de la misma. Se puede mitigar este proceso con el recosido de las vainas, pero en el caso de las vainas de arma corta, con una longitud menor a las vainas de arma larga, la fuente de calor debe poseer gran intensidad para evitar que se produzca la toma de alta temperatura de una gran parte del cuerpo de la misma. Lamentablemente la hornalla de la cocina no brinda la entrega de calorías necesarias para lograr el cocido del cuello, sin afectar al cuerpo de la vaina.

Como en todo cartucho con altas presiones de trabajo, las vainas que mayor rendimiento nos darán, en cuanto a vida útil, son aquellas que no poseen baño de níquel alguno. Es que las vainas niqueladas son mas duras, y tienden a rajarse con mas facilidad. Además con el uso, muchas vainas pierden por desprendimiento parte del recubrimiento y pueden, aunque no es frecuente, rayar al die de recalibrado.

Los fulminantes a usar son los del tipo Large Pistol. Tanto el fulminante estándar como el Magnum pueden usarse. Como muchas veces no se recarga munición full power, y se utilizan pequeños cantidades de pólvoras rápidas, no se justifica el uso de fulminantes del tipo Magnum, que no otorgan mejora en las prestaciones finales, pero si pueden generar aumento en las presiones de trabajo.

A medida que la variedad de propelente usado tiende a ser de quemado mas lento, se hace necesario el uso de fulminante del tipo Magnum para asegurar una correcta ignición. Esto ultimo no significa que necesariamente debemos usar fulminantes Magnum con pólvoras lentas, ya que puede colocarse fulminantes standard también, pero puede producirse el quemado de demasiada pólvora fuera del caño, una vez que el proyectil esta en vuelo, desaprovechando la energía de esta.

Es conveniente verificar el asentamiento a la profundidad adecuada del fulminante. Además de los problemas de encendido que la colocación incorrecta puede producir, como existen muchas armas largas con cargadores tubulares para el 44 Magnum, el fulminante que este asentado incorrectamente puede producir la detonación del cartucho que este aún en el cargador al momento del disparo, ya que la construcción de los almacenes obliga a los cartuchos a tocarse entre sí.

Como mencione antes, las pólvoras que mejor rendimiento tienen son las de quemado lento para arma corta. Desde la clásica Hercules (hoy Alliant) 2400 hasta propelentes de origen más actual como las Accurate N° 9, pasando por la Winchester 296 o Hogdon 110, nos darán la posibilidad de obtener cargas con prestaciones similares o mayores a la munición factory. Sin embargo para que estas pólvoras hagan bien su trabajo necesitan de un arma con un buen largo de caño donde quemarse.

No tiene sentido colocar estas pólvoras para ser disparadas desde armas con caños cortos, porque solo lograremos generar un estampido y llamarada tal que atraeremos la atención de varios, pero no lograremos una buena velocidad de la punta. Creo que, en materia de armas cortas, la relación optima entre un arma que nos permita un buen quemado de propelente y que sea aceptablemente cómoda de manejar lo da un revólver con caño de 6 pulgadas.

Caños más largos favorecerán el aprovechamiento del propelente, mientras que la experimentación con pólvoras más rápidas tal vez nos brindara mejores prestaciones con armas equipadas con caños más cortos. En cambio, cuando recargamos para arma larga, la lenta velocidad de quemado unida a un largo de caño que en general ronda las 18-20 pulgadas es una combinación excelente para que la punta acumule la energía que en caños cortos se disiparía en el aire.

No conozco pólvoras nacionales que sean las indicadas para generar altas prestaciones y que al mismo tiempo sean fáciles de conseguir. En cierto sentido esto es una ventaja, porque los propelentes nacionales disponibles nos brindan la posibilidad de recargar cartuchos suaves, que por ser más fáciles de manejar y de tolerar nos permiten prolongar las sesiones de tiro, a un costo sensiblemente inferior.

Con cierta precaución, se puede usar hasta pólvora de escopeta. Obviamente, las velocidades máximas a obtener con este tipo de pólvoras rondarán los 1000 p/s para las puntas de 240 grains, y en cierto sentido esto también es beneficioso porque podemos usar puntas de plomo económicas y no nos costara limpiar tanto el caño luego del uso.

En materia de puntas, existe gran variedad de estas, y por suerte hay varias con las que se puede recargar. Obviamente las puntas más económicas son las de origen nacional confeccionadas en plomo, las que pueden tener un baño de teflón, de cobre y las que simplemente contienen plomo o alguna aleación de este para endurecerla un poco y contienen lubricante en las ranuras practicadas a tal efecto.

En general, la forma de estas es la semiwadcutter, tipo Keith. Esta punta puede ser usada para propósitos generales, tiro de recreación y precisión. Si la idea es fundir las puntas, existen moldes, tanto nacionales como importados, que nos pueden brindar puntas con rangos de pesos desde los 200 a los 300 grains. En este caso, creo que lo mejor sería tener bien en claro cual es el diámetro del anima de nuestro revolver, para que al trafilar las puntas fundidas, obtengamos la mejor prestación de las mismas. Con las puntas importadas, hoy en día el surtido no es tan variado como pocos años atrás, y la influencia del dólar hace que para muchos la opción de usar este tipo de punta se restrinja a usos específicos, como la caza.

Para mantener las puntas inmóviles, tanto en los tambores como en los almacenes tubulares es necesario efectuar el cierre de la vaina o crimp sobre las mismas. Además, este cierre favorece la combustión pareja de la pólvora al inicio del proceso de disparo. En contrapartida, el crimp produce dos inconvenientes: en primer lugar es uno de los factores que facilitan el rajado de la boca de la vaina, ya que la porción que se dobla sobre la punta es la misma que se expande para facilitar la colocación de las mismas al recargarlas, y por otro lado es la porción que más sufre estiramientos al momento del disparo y muchas veces, el material no es homogéneo como en vainas sin uso.

Esto hace que el crimp no sea parejo y la sujeción de la punta se ve sometida a presiones de cierre desiguales, produciendo el despegue desparejo de la punta desde la vaina y el ingreso incorrecto del proyectil en el cono de forzamiento. Tal vez sea hilar demasiado fino, tratándose de un calibre de arma corta, pero es bueno saberlo porque puede ser un factor mas que marque la diferencia entre una buena y mala recarga.

Conclusión

A partir de la creación del 44 Magnum, las necesidades del hombre han creado ingenios, en forma particular o comercial, que lo han superado pero ninguno de ellos ha podido hasta el momento tener la popularidad del mismo. Mucha de esta fama puede estar dada por el cine, y por los "poderes" sobrenaturales con que solemos los tiradores resaltar a nuestros calibres favoritos. Sin embargo, el Magnum tiene sobradas condiciones, merced a sus prestaciones y también debido a la gran variedad de armas recamaradas para el como para tener bien merecido el titulo de El rey de los Magnums de arma corta.

Las cargas fueron disparadas desde un Smith Wesson 629 con caño de 83/8" de largo.

Mendez Rolando

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