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Caza

Chanchos con lluvia... de nuevo !

Nuevamente en Río Negro a la caza de jabalíes

Autor: Jaeger E.

Fecha publicación: 13/01/2015

Diciembre, luna en la primer semana y el aliciente que con el calor los jabalíes (en teoría) bajarían temprano a los charcos, y porque no, tal vez algún puma. En la provincia de Rio Negro la caza del felis concolor (puma) esta permitida lo que agrega un "extra" a la espera.

Salimos a la tarde temprano para llegar a Santa Rosa donde nos alojamos en el ACA (y no cruzamos al casino), y después de cenar en el restaurante a dormir temprano para salir para Rio Colorado bien temprano.

Sigue siendo incomprensible para mí como los últimos 3 o 4 kilómetros de la Ruta 154 dentro de la Provincia de La Pampa están virtualmente destruidos. Una vez en Rio colorado, la comisaria, lugar obligado de reunión para sacar el permiso de caza y después ir a la Delegación de Fauna para la guía de transporte de la carne/que todavía no cazaste?)

Después de los 100 kilómetros de ripio de rigor llegamos al campo para la hora del almuerzo. Los saludos de costumbre y los comentarios de la cacería pasada amenizaron el asado. Mi amigo Gilberto después de bajar sus trescientos bolsos, apostadero móvil, silla plegable, GPS, etc., etc. me sugirió ir a revisar los charcos para ver que rastros había. Yo le dije que nos fuéramos a dormir la siesta y que el que nos iba a decir adonde bajaban los padrillos era Benedicto, y así fue yo solo le pregunte "Adonde me vas a llevar?", y me dijo "Al chañar, ahí baja un padrillo grande y casi todos los días". A Gilberto le sugirió un charco distante cerca de una avena donde tambien había otro rastro interesante. Los otros dos del grupo, Juani y Pedro su suegro se fueron aun molino donde bajaba (y les bajo una piara).

Cuando termine de preparar la mochila, con un rollo de higienol (para no pasar las de la vez pasada), el fusil pedí un apostadero, pero me sugirieron que no le llevara, porque hacia mucho calor y el chancho iba a bajar temprano (eso creían). No muy convencido me apropie de la silla mas cómoda y me fui hasta el chañar. A unos setenta metros viento abajo deje las cosas y fuimos a ver el charco (había solo barro) y lo cebamos con maíz fermentado.

Los rastros eran del día anterior y bien interesantes, así que me volvi a mi silla y me senté a esperar a la sombra de un caldén. Pasaron las horas y el sol se fue apagando para dar lugar a una luna brillante. Y aquí empezó el problema .me iluminaba por completo, igual el charco estaba a70 metros, metro mas metro menos, así que cuando bajara el chancho tendría la oportunidad de verlo bien y después intenta cazarlo.

Y se hicieron las 8, y las nueve y las diez. A eso de las 10 y media unos pasos detrás mío me alertaron, un chancho no hace ruido, debe ser alguna vaca, y efectivamente un gran novillo Hereford apareció y a unos quince metros se paro y me miraba firmemente. Lo tuve que espantar, cosa que hice tres veces más hasta que se decidió a no volver.

Y a eso de las once, en el alambrado a unos setenta metros veo una sombra negra. Era el jabalí. Dos o tres veces asomo la trompa de hocico bien largo y se volvió para atrás un par de veces. Me dio la impresión que me había visto porque de repente con un trote rápido se vino hacia donde estaba, siempre detrás del alambrado. Me quede inmóvil y cuando llego frente a mi, ahí estoy seguro que me vi tomo el aires y lo soplo y salio como alma que lleva el diablo. Y ahí por un instante lo vi bien, hocico bien largo donde asomaban los colmillos y un cuerpo bien robusto. Y yo maldecía de no haber traído el apostadero. Tarde me volvi a la casa del campo para descubrir que ya estaban todos durmiendo, Gilberto se volvió a las doce o doce y media y a los otros dos le bajaron dos piaras y no quisieron tirar y a la una se volvieron a tomar algo y a comer... Me fui a acostar sin hacer ruido, para no despertar a los otros tres y me costo conciliar el sueño, parecía que estaba en un aserradero !

Al otro día amaneció nublado y presagiaba lluvia así que decidí volver al mismo lugar y pude ver que el chancho había estado dando vueltas sin bajar al charco porque evidentemente desconfiaba de algo. Pero no había bajado a comer lo que me decía que esta noche lo iba a hacer.

Del otro lado del charco, el viento se había dado vuelta, prepare el apostadero y pedí que me buscaran a las 6 y media de la mañana, no le iba a dar ninguna oportunidad?Sin embargo como estaba cerca de la casa les previne, que si escuchaban un tiro viniesen por mí.

A las siete ya estaba instalado y esperando. Al rato aparecieron cuatro vacas y se pararon en el charco hasta que se tomaron toda el agua que habíamos echado, y después se quedaron ahí sin moverse.

Garuaba muy finito y en forma intermitente. A eso de las ocho a unos doscientos cincuenta metros picada abajo un padrillo cruzo a la disparada y se metió en el monte del otro lado. Me quede atento.

Paso un rato y de repente las vacas que estaban a ochenta metros se pusieron nerviosas y miraban con insistencia al monte del otro lado del alambre. Una sombra furtiva apareció del otro lado del alambre, al principio pensé que podía ser un ternero pero la velocidad que llevaba me indico que rea un chancho. Llego al borde del pastizal alto y ahí levanto la cabeza olfateando. Le puse la cruz atrás de la oreja y dispare. Los 173 grains que salieron de la boca del Mannlicher dieron en el blanco y cayo de inmediato. Lo deje patalear un rato y con el 19 en la mano lo fui ver. Allí estaba un padrillo, pero en cuanto lo vi me di cuenta que no era el del día anterior, era mas chico, bueno ya estaba la cacería hecha así que lo arrastre hasta la picada del otro lado del alambre y me fui de nuevo a guarecer en el apostadero porque ya tronaba y la garua ya era lluvia y pintaba para peor. Espere en vano hasta las diez y nadie vino por mi. Tire tres tiros con el 357 y nada, seguí mirando llover.

A las diez, las vacas que se habían espantado por el tiro volvieron a instalarse en el charco. La lluvia aflojo un poco y de a ratos paraba mientras un viento fuerte iba corriendo las nubes y salía finalmente la luna.

A las once y algo, como si le hubiera sonado el despertador, a mi izquierda y a unos sesenta metros se asoma un hocico largo. Pega una corrida hasta el charco y igualmente de rápido se vuelve al monte. Empieza a llover de nuevo.

Al cabo de unos minutos se asoma de nuevo y en cuanto me da la paleta le planto un tiro, se volvió parta atrás y sentí en su loco andar que se llevaba alguna jarilla puesta. Pensé "esta pegado", y muy lejos no debe estar, pero seguí lloviendo así que me acosté me metí en la bolsa de dormir y a las 5 y algo, con la claridad me desperté.

Al rato siento el ruido familiar de la Toyota de Cartucho que llegaba. Si bajarse vio el primer padrillo y me dijo "viejo suertudo, siempre cazas algún chancho", yo no le dije nada y una vez que lo habíamos cargado a la chata, le dije "Ahora vamos a buscar el otro!!". Me miro con cara de no te creo pero lo que encontramos 30 metros adentro del monte fue suficiente para que lo creyera. Cargar a este otro nos dio bastante mas trabajo y a las 7 ya estábamos tomando mate en la casa. Pregunte por la suerte de mis compañeros y nada, Juani se volvió a las doce y se iba de vuelta a la Capital porque era el cumpleaños de la hermana, y Gilberto se volvió tambien a esa hora y se llevo puesta con la Amarok la tranquera de Lambaré de la entrada a la casa. Menudo lio fue desenroscar los alambres del eje trasero.

Quedaba una noche, yo me quede en la casa para cocinar algo y Gilberto se fue con Fino a un lugar que prometía. Pero como a eso de las doce y media no había cumplido lo que prometía se volvieron a la casa. Eso de volver temprano y cambiar todos los días de lugar a mi personalmente no me atrae.

No me quejo, dos padrillos con dos tiros en una noche. Y habrá que esperar a febrero a ver que me da la suerte de nuevo !

Jaeger E.

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